El intenso color del agua le aporta cierto magnetismo y atractivo a este balneario naturalTurismo de Casares

Málaga

El manantial malagueño donde se bañó Julio César hace más de 2.000 años

Estos baños sulfurosos tienen, según cuentan, propiedades curativas, sobre todo para afecciones cutáneas y son de acceso gratuito

Aunque está demostrado por diversos estudios que su origen se remonta a la época romana, las historias y leyendas que circulan acerca del nacimiento de los Baños de la Hedionda, en la localidad malagueña de Casares, le añaden cierta magia y misticismo a este curioso y llamativo manantial de aguas sulfurosas.

Una de ellas, quizá la más singular, cuenta que el demonio habitaba en estas aguas y que, tras ser expulsado por el apóstol Santiago, exhaló su último aliento, motivo que justifica el fuerte olor a azufre que se respira.

Otra leyenda, la más conocida y generalizada, ubica su origen en el año 61 A.C; cuando las tropas romanas, acampadas en la zona a la espera de enfrentarse al ejército de Pompeyo, se infectaron de sarna y sanaron sumergiéndose en las aguas de la Hedionda. Otros dicen, sin embargo, que los baños fueron mandados construir por Julio César tras curarse de un herpes al bañarse en sus particulares aguas tras la batalla de Munda.

Lo que sí es cierto es que en sus aguas sulfurosas ferruginosas, con esa tonalidad celeste tan característica y ese olor a azufre tan poco agradable, se han sumergido cientos de miles de bañistas desde tiempos inmemoriales por sus supuestas propiedades curativas para tratar enfermedades cutáneas, tal y como se asegura en los más antiguos tratados geográficos escritos sobre la zona.

Los Baños de la Hedionda, protegidos como Bien de Interés Cultural y Rincón Singular de Málaga, se encuentran a los pies del macizo de Utrera, junto al cauce del río Manilva, a pocos minutos de Casares y sumergidos en plena naturaleza. Su recinto, de forma cuadrada, con una bóveda esférica de pechinas y dos bóvedas de cañón, corresponde a una estructura inicial romana que ha sido modificada con el paso de los siglos. Los árabes, en su paso por la Península, ampliaron y mejoraron sus muros y canalizaciones, adaptándose a las variaciones del caudal del manantial, y desde el siglo XVII hasta el XX continuaron ejecutándose cambios; los últimos, en 2016, cuando se añadieron piscinas naturales en el exterior.

A día de hoy, su acceso es totalmente gratuito, aunque en temporada alta (desde el 23 de junio hasta el 10 de septiembre) es necesario adquirir una entrada a través de la página web del Ayuntamiento de Casares para acceder al recinto y poder disfrutar de los beneficios de estas aguas. La entrada está restringida a 24 personas para evitar su masificación y preservar su valor patrimonial, con visitas de lunes a viernes entre las 12:00 y las 19:00 horas, ampliando su cierre hasta las 20:00 horas los fines de semana. En las piscinas naturales exteriores se permite el baño sin restricciones de horario.