El fotógrafo, vecino de la zona, ha estado recogiendo, almacenando y clasificando los restos durante los últimos mesesEFE

Málaga

Un vecino de Málaga halla por casualidad cientos de restos prehistóricos enterrados en la playa de Sacaba

Los más de 2000 objetos con 50.000 años de antigüedad se encontraban en una gran duna de tierra dragada, destinada a la reposición de arena de playa

Puntas musterienses, raederas, denticulados y restos óseos de animales del período Holoceno. Juan María Álvarez, fotógrafo de 64 años, dio por casualidad con cientos de piezas de gran valor arqueológico en un montículo de arena depositado en la malagueña playa de Sacaba. «Echando una tarde de playa vi una piedra y me di cuenta de que era sílex y que podía ser una herramienta».

Tal y como ha relatado a EFE el fotógrafo, su increíble descubrimiento tuvo lugar hace unos meses. Al principio no prestó mucha atención al hallazgo, pero durante sus visitas posteriores fue encontrando más y más restos que, a sus ojos, parecían tener cierto valor. En Navidad, se puso en contacto con José Ramos, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz (UCA), quien le confirmó el gran valor histórico de las piezas: eran materiales elaborados por poblaciones neandertales.

Así, durante los últimos meses, Álvarez ha estado recogiendo objetos prehistóricos en cada una de sus visitas a la playa, donde afirma que no hay día que pase por la zona y no encuentre nuevo material. Por el momento ha reunido más de 2.000 objetos «entre dientes, sílex, huesos, madera…» que guarda en un despacho perfectamente clasificados y documentados con la esperanza de que algún día descansen en el Museo Arqueológico de Málaga, donde actualmente hay guardadas un centenar de piezas, las primeras que recogió. «No es sólo la cantidad, sino la variedad y la calidad» de los restos lo que los hace tan valiosos a ojos de los expertos.

El profesor José Ramos encabeza la firma de un informe preliminar en el que, junto al grupo de expertos de las universidades de Cádiz y Córdoba formado por Salvador Domínguez, Eduardo Molina, José Antonio Riquelme y Manuel Alejandro Benítez, se determina «la importancia arqueológica, científica y patrimonial del hallazgo» y destacan la necesidad de conocer el origen del vertido, además de reclamar un mayor control y seguimiento de las extracciones de arena para evitar que se repitan situaciones como esta.

El rechazo de la Junta

A pesar de la rotundidad con la que el grupo de expertos valora el hallazgo del fotógrafo, la Junta de Andalucía ha restado importancia a su trascendencia afirmando que se trata de «materiales líticos muy rodados y conchas y restos óseos animales difícilmente adscribibles a período concreto alguno», afirmando en un informe fechado el 19 de junio que este conjunto de restos «no corresponden con material arqueológico».

Ante esta resolución, el profesor Ramos insiste en que «los restos son de gran interés y han de ser analizados». Según sus propias palabras, entre estos materiales se hallan «objetos líticos muy claros» pertenecientes al Paleolítico medio, con una antigüedad de entre 50.000 y 150.000 años, entre los que se encuentran núcleos, lascas y herramientas talladas por grupos neandertales.

Asimismo, completan la colección diversos elementos óseos, tanto de fauna marina como terrestre, como moluscos, cerdos, peces y ovejas de la época del Holoceno, que data de hace 12.000 años aproximadamente. «No destaca una pieza o un objeto, sino un conjunto que habla de la importancia de esos materiales, que deben ser controlados», asegura el catedrático.

Para Ramos, conocer el origen de estas tierras es vital para terminar de evaluar el hallazgo. Según la Junta, este material proviene de un solar en obras situado muy cerca de la playa y fuera de zonificación arqueológica, pero los expertos insisten en indagar en su procedencia puesto que ha quedado demostrado que en ese lugar permanecen restos de material paleolítico y, probablemente, otros objetos más recientes pertenecientes al Neolítico.

Tal y como afirman los expertos, la bahía de Málaga ha sufrido a lo largo de los siglos elevaciones y descensos del nivel del mar que han dejado sepultadas por el agua multitud de plataformas que constituían territorio de explotación y desarrollo de las sociedades cazadoras-recolectoras del Pleistoceno, por lo que encontrar restos «de gran relevancia histórica» en la zona es más que probable.