Málaga
Pesadilla en las torres de Martiricos: más de 100 pisos turísticos acaban con la convivencia vecinal
Acumulación de basuras, peleas, pintadas, destrozos e intervenciones policiales y de los bomberos han colmado la paciencia de los vecinos, que han solicitado una reunión urgente con la Gerencia de Urbanismo
Las torres de Martiricos, los dos flamantes e inconfundibles bloques de viviendas de 30 plantas visibles desde cualquier punto de la ciudad de Málaga, han constituido uno de los proyectos urbanísticos más relevantes de la capital en los últimos años. 450 viviendas diseñadas con un estilo moderno y rodeadas por amplias zonas comunes que, a ojos de cualquiera, constituyen el lugar perfecto donde encontrar la tan ansiada tranquilidad.
Sin embargo, lo que parecía un complejo residencial de lujo en el que merecía la pena invertir los ahorros de una vida, se ha transformado en una pesadilla completamente insostenible para los vecinos de los dos bloques de apartamentos. El motivo: las 141 viviendas turísticas que ocupan el 31 % del total de inmuebles de ambas construcciones. Concretamente, la torre sur tiene registrados 111 pisos turísticos de los 252 que alberga el edificio, mientras que la torre norte cuenta con 30 de un total de 198 apartamentos.
En las últimas semanas, los vecinos han manifestado sus quejas públicamente, tanto a través de los medios de comunicación como de las redes sociales, focalizándose en la ausencia de respeto por las normas y la convivencia que muestran estos grupos de turistas, generalmente extranjeros muy jóvenes con ganas de fiesta.
Cantidades ingentes de basura rodeando papeleras y contenedores, pintadas en los ascensores, turistas cortándose el pelo en los pasillos o con sus maletas pasando el día en la piscina cuando se les acaba el tiempo de uso del piso turístico, fiestas clandestinas e incluso peleas que han terminado con la intervención de la Policía hasta en cuatro ocasiones son sólo algunos de los cientos de incidentes que sufren a diario los vecinos y propietarios de estas exclusivas viviendas.
Se quejan, además, de su falta de educación con los conserjes, de que lanzan comida y basura desde las terrazas y de que ocupan las plazas de aparcamiento que no les corresponden, además de proporcionar una sensación de inseguridad en los edificios por los gritos y trifulcas hasta altas horas de la madrugada y el uso abusivo de las zonas comunes y ascensores bajo los efectos del alcohol.
El último incidente destacable fue hace apenas unos días cuando varios efectivos del cuerpo de Bomberos se desplazaron hasta el complejo a las 02:00 de la madrugada tras la llamada de auxilio del conserje ante lo que parecía un incendio. Los bomberos, tras desalojar parcialmente el edificio, pudieron constatar que se trataba de una falsa alarma desatada por los inquilinos de un piso turístico de la planta 17 tras haber vaciado un extintor por pura diversión.
Por todo ello, los vecinos han decidido aunar fuerzas y solicitar una reunión con Gerencia de Urbanismo para denunciar el centenar de viviendas que no cumplen con la reciente normativa con el único objetivo de que su licencia turística sea revocada.
Apoyo del Ayuntamiento
Esta petición no queda ahí, sino que el propio Ayuntamiento de Málaga, con su alcalde, Francisco de la Torre, a la cabeza, ha solicitado a la Junta de Andalucía la baja de 124 viviendas de las torres de Martiricos por no cumplir con los requisitos de acceso y suministros independientes, exigencias que quedaban recogidas en el último decreto del pasado mes de junio. De esta manera, y de cumplirse con lo establecido por la ley, únicamente quedarían bajo régimen turístico 17 inmuebles en todo el complejo.
El proceso de baja de estas viviendas aún podría prolongarse dos o tres meses, puesto que se iniciaría un procedimiento de cancelación que lleva implícita, además, la apertura de un período de alegaciones de los propietarios y el análisis individual y exhaustivo de cada uno de los casos.
Por otro lado, tal y como ha adelantado Sur, los propietarios de los inmuebles vacacionales de ambas torres no están dispuestos a ver revocadas sus licencias y aseguran estar movilizándose y agrupándose para llevar este caso a juicio al entender que la instrucción de la Gerencia de Urbanismo «está cogida con pinzas» y que los estatutos del complejo no prohíben la existencia de alojamientos turísticos en su comunidad.
En cualquier caso, el enfrentamiento entre partidarios y detractores de este tipo de inmuebles está más caldeado que nunca en la zona y se augura un proceso de resolución difícil e irremediablemente largo.