Entrega de las llaves de Sevilla a san Fernando

La mayor victoria de Fernando III: cuando el Rey santo conquistó Sevilla tras 500 años de ocupación musulmana

Su recuperación significaría arrebatar a Al-Ándalus su penúltima gran ciudad y dejar casi concluida la Reconquista

Tras 27 meses de asedio, Sevilla volvió a ser católica. Fue el 23 de noviembre de 1248 cuando Fernando III, Rey de Castilla y León, rindió Sevilla después de 500 años de ocupación musulmana. Esta gran gesta militar fue de las empresas más decisivas e importantes, a la vez que difíciles, de la Reconquista.

La Sevilla del siglo XIII era una de las ciudades más cosmopolitas del planeta y baluarte de la España musulmana. Su recuperación significaría arrebatar a Al-Ándalus su penúltima gran ciudad y dejar casi concluida la Reconquista: con anterioridad había rendido Jaén y Córdoba, la que fue la gran capital del califato Omeya.

La conquista de Sevilla fue una operación naval y terrestre. Era imposible tomar la ciudad sin antes controlar el río. Por ello, con perspicacia, Fernando puso su base de operaciones en la localidad de Alcalá del Río, donde permanecería hasta el 15 de agosto, fecha en la que él y su ejército bordearon Sevilla. Al mismo tiempo encargó a Ramón Bonifaz la constitución de una flota para tomar la ciudad portuaria y éste preparó 16 embarcaciones en los astilleros de Santander, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera y Laredo.

Además, fue necesario el apoyo de alrededor de 1000 hombres entre marinos, galeotes y soldados que quedarían al mando del almirante cántabro Ramón Bonifaz, quien protagonizaría uno de los hechos que marcaron un antes y un después en la reconquista de Sevilla.

Bajo las órdenes del rey cristiano, el almirante Bonifaz con sus tropas marítimas de 16 embarcaciones, se aproximó desde Cantabria a Isbilya el 3 de mayo de 1248 con el fin de romper el antiguo puente de barcas que unía la ciudad con Triana y que, además, funcionaba como una barrera física que impedía la entrada de cualquier fuerza invasora a la ciudad a través del río.

Soportando el ataque con flechas de los musulmanes, la flota del almirante cántabro consiguió aproximarse al puente de barcas y romper las gruesas cadenas permitiendo así que las fuerzas de Fernando III pudiesen entrar en la ciudad y comenzar la reconquista. Gracias a esta gesta militar, Alxaraf (el actual Aljarafe), lugar desde el que entraba gran parte de los suministros que los musulmanes necesitaban para sobrevivir quedó aislado.

Sitiada la única vía de comunicación que tenían los musulmanes, la escasez de productos fue tal que el pueblo entró en una gran hambruna que solo pudieron aguantar hasta noviembre de 1248 cuando el emir árabe de la ciudad, Axataf, se vio obligado, meses de asedio a entregar las llaves de la ciudad al Rey castellano.

Algunas fuentes de la época recogen lo acontecido de la siguiente forma: «Una de las embarcaciones quebró el puente más o menos por su parte central y dejó a Sevilla completamente aislada, intensificándose el asedio. Los musulmanes estuvieron completamente encerrados desde Mayo de 1248, aguantando hasta noviembre. Entonces, las autoridades castellanas comenzaron con las negociaciones».

Axataf, viendo la derrota inminente, ofreció distintos acuerdos al Rey Fernando III: «Iban desde cederle el Alcázar y las rentas de la ciudad, a repartirse los terrenos de la ciudad entre musulmanes y cristianos, rechazando el monarca todas las propuestas. El 23 de noviembre se produjo la entrega de las llaves de la ciudad, que aún se conservan en la Catedral. A partir de este hecho, Fernando III, concedió una tregua a la población musulmana para que recogiese sus pertenencias y se marchase», recoge la página web de Patrimonio de Sevilla.