La leyenda del origen divino de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla

La Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla, sale este jueves en procesión como cada 15 de agosto, día de la Asunción. En 1924, hace ahora cien años, estrenó su palio de tumbilla y llegó hasta la Plaza Nueva con motivo de la inauguración del monumento de San Fernando, protagonista de la historia de su origen divino.

Cuenta la leyenda que la Virgen de los Reyes se apareció en los sueños del rey Fernando III el día anterior a la reconquista de Sevilla. El monarca castellano vio a la Virgen sentada con su hijo en brazos y le dijo: «Fernando, por tu gran piedad, yo te prometo que habrás de conquistar Sevilla».

Cuando conquistó Sevilla, en 1248, San Fernando ordenó elaborar una talla de la Virgen como muestra de gratitud por guiarlo en su causa. Sin embargo, fue rechazando una a una todas las imágenes que escultores de su elección le presentaban, ya que ninguna se asemejaba a la que vio en sueños.

Y así fue hasta que comparecieron ante él tres jóvenes que aseguraban estar cualificados para tallar la Virgen. El monarca les dio todo el material necesario e incluso cobijo en la torre de los Herberos, levantada sobre suelo del actual municipio de Dos Hermanas. Hecho el encargo, los escultores se pusieron manos a la obra.

Un día, una de las sirvientas del rey escuchó música celestial proveniente de la sala donde se llevaba a cabo la talla y se apresuró a comprobar en qué estado se encontraba. Al mirar a través de la cerradura, la sirvienta vio que los escultores estaban cantando plegarias. Acto seguido, fue a comunicárselo al monarca, quien rápidamente se dirigió a la estancia.

Cuando el rey entró en la habitación, quedó sorprendido al contemplar la imagen exacta, tal y como había soñado, de la Virgen de los Reyes. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que los escultores eran en realidad tres ángeles del Cielo. Ellos se habían encargado de hacer realidad el sueño.

Un milagro

La imagen se esculpió en tiempo récord y aún en la actualidad no se encontrado una explicación sobre el método que emplearon los escultores para llevar a cabo la talla en un periodo tan breve de tiempo, por lo que se llegó a considerar un milagro en tiempos del obispo Don Remondo, quien ordenó que la obra se colocase en la capilla del Alcázar con la denominación de Nuestra Señora de los Reyes.

El rey Fernando III dejó escrito en su testamento el deseo de ser enterrado bajo los pies de la Virgen de los Reyes, y ese fue el motivo por el que la talla se trasladó a la Catedral, instalándose en la Capilla Real de la seo hispalense, donde descansan los restos del monarca.

La Virgen de los Reyes, coronada canónicamente en 1904, es patrona de Sevilla desde tiempos inmemoriales, aunque no fue oficial hasta el año 1946, cuando el papa Pío XII mandó al arzobispo de Sevilla, el cardenal Pedro Segura, un telegrama reconociéndola como tal: «Confirmamos y declaramos a la Santísima Virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Reyes, principal patrona ante Dios, la ciudad y Archidiócesis de Sevilla. Sin que obste nada en contrario».