Instalaciones de un transformador en las Tres Mil Viviendas de SevillaEndesa

Sevilla

Las redadas en las Tres Mil Viviendas traen consigo casi un 50 % menos de incidencias eléctricas

Se ha registrado un descenso del 40 % en la carga de algunos transformadores tras la operación contra las plantaciones de marihuana en el barrio

Las redadas que la Policía Nacional ha llevado a cabo en el marco de la operación Vulcano contra las plantaciones de marihuana en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas han traído consigo un 47 % menos de incidencias en las redes de distribución eléctrica, gracias a un descenso del 40 % en la carga de algunos transformadores, según Endesa.

En las barriadas de Murillo, Las Letanías y Martínez Montañés se encuentran seis de los transformadores afectados por la sobrecarga excesiva de la red derivada de las plantaciones de marihuana. Estas instalaciones sufren continuamente las consecuencias de un fraude masivo que ha alcanzado tal nivel que este verano, en apenas, 15 días salieron calcinados dos de ellos: el de la calle Mago de Oz, que ya en el mes de mayo se vio afectado por un gran sobrecarga, y el de Martínez Montañés, conocida popularmente como Las Vegas.

Las plantaciones de marihuana demandan una energía muy superior a la del consumo normal de una vivienda, ya que una plantación en un piso de 80 metros cuadrados puede llegar a consumir como un bloque de 80 viviendas. Además, la demanda energética se requiere las 24 horas los 365 días del año.

Estos seis transformadores, analizados cinco días antes de la intervención policial y cinco días después, han visto como se han reducido en un 47 % las incidencias que en un 90 % eran provocadas por fusibles fundidos. Este efecto deriva del descenso de carga registrado, por ejemplo, en uno de esos centros de transformación donde se redujo en los días siguientes hasta en un 40 %.

Endesa insiste en que la causa y el efecto de la marihuana en las redes de distribución está intrínsicamente ligado y afecta no solo a la compañía y a sus trabajadores, sino también, y sobre todo, a los clientes que tienen contrato de suministro en vigor. Estos se encuentran con problemas en el suministro no causados por una falta de energía, sino por «exceso de demanda energética fraudulenta, y con instalaciones manipuladas» que pueden suponer un peligro para la seguridad de las personas.

Un peligro para la seguridad

Los enganches ilegales que se han registrado en estos barrios de Sevilla se llevan a cabo con materiales no adecuados y sin cumplir ningún tipo de norma de seguridad. Las viviendas que se encuentran enganchadas ilegalmente carecen de los sistemas de protección básicos que toda vivienda debe tener. Además, en las zonas donde se registran enganches ilegales masivos la única protección que funcionaría son las propias redes de Endesa, que también son boicoteadas.

Endesa denuncia también que sus operarios no pueden ir libremente a hacer su trabajo ordinario, pues reciben amenazas y coacciones de los que intentan impedir que se corten los enganches ilegales. Por ello, las reparaciones en la red de distribución se tienen que hacer bajo el auxilio de la Policía Nacional o de la Policía Local.

Los técnicos de Endesa tienen incluso que acudir con el rostro tapado, por indicación expresa de los agentes de la autoridad, para que no se les reconozcan en las intervenciones conjuntas de corte de suministros fraudulentos.