Imagen de la plantación de marihuana intervenida en Bormujos (Sevilla)

Los cultivos de cannabis 'indoor' en España gastan tanta electricidad como toda la ciudad de SevillaAyuntamiento de Bormujos

Los narcopisos vuelven a dejar sin luz a unas 15.000 familias en Sevilla a las puertas del invierno

Cada pocos meses, la misma historia. Si en verano, la llegada de las altas temperaturas amenaza con sofocar el día a día de los vecinos de algunos de los barrios más humildes de Sevilla, ahora, con el invierno, amenaza con dejarlos congelados.

Es lo que tiene afrontar la consiguiente bajada o subida de temperaturas sin suministro eléctrico, el cual se ve claramente afectado por los cultivos de marihuana de la zona. Los narcos ‘enganchan’ su consumo a la red y los cortes se producen. Los vecinos, hartos, exigen soluciones. Las eléctricas, en cambio, dicen que esas plantaciones equivalen al consumo de unas 80 viviendas. El Ayuntamiento pide más operaciones policiales para desmantelar estas instalaciones.

Fraude eléctrico

El problema viene de lejos y no solo afecta a los habitantes del famoso barrio de las Tres Mil Viviendas, enclavado en el Polígono Sur. Los narcotraficantes hace tiempo que encontraron este tipo de negocio en otras áreas humildes como Torreblanca, Los Pajaritos, Palmete…

Allí se concentran la mayoría de viviendas dedicadas a albergar plantaciones de marihuana, aprovechando que son alquileres baratos y la falta de vigilancia policial, que en los últimos tiempos, a raíz de diversos acontecimientos, ha aumentado.

Los narcos alquilan este tipo de viviendas o las adquieren a nombre de terceras personas y se enganchan al suministro de la luz para mantener con vida los cultivos.

Este fraude eléctrico, aparte de un quebradero de cabeza para los que se quedan sin energía en sus casas, suele ocasionar un peligro para la seguridad de los habitantes, puesto que suele ocasionar incendios en los cuadros eléctricos. El resto de vecinos no denuncia por miedo.

Placas solares

Antes de que se produzca la llegada del invierno, los vecinos, que ya sufrieron los rigores del calor extremo y sin aire acondicionado, buscan soluciones una vez bajen definitivamente las temperaturas. Se calcula que hay unas 15.000 familias afectadas, según datos de la plataforma Barrios Hartos.

En un reportaje emitido en Cuatro, se observa cómo algunos de ellos han optado por cambiar la placa vitrocerámica por la cocina de gas para volver a comer caliente o ducharse sin quedarse congelado.

Incluso hay quien, los más pudientes, han apostado por instalar placas solares en las azoteas para esquivar el problema.

La plataforma, mientras, ha venido concentrándose en los últimos meses ante el Ayuntamiento y la sede de Endesa, mientras que sus miembros expresan su enfado por pagar la luz como todos los demás y no recibir el servicio a cambio.

Por ello, en las semanas más recientes, las operaciones policiales se han intensificado para dar con estos cultivos domésticos y desmantelarlos, aunque en demasiadas ocasiones los agentes se encuentran con el muro legal de los permisos judiciales.

Tras la reciente operación denominada Vulcano, la demanda eléctrica cayó un 40 % tras desmantelarse cuatro narcopisos, lo que carga de razón a quienes apuntan hacia ellos como principales responsables.

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