Pimentel entrega al papa una camiseta de la UD Bellavista en RomaAYUNTAMIENTO DE SEVILLA

La historia que une a este modesto club de fútbol sevillano con el Papa, cuya camiseta ahora le han regalado

El Santo Pontífice recibió este miércoles a las delegaciones andaluzas para una reunión del Jubileo de Cofradías, y recibió un regalo muy especial de parte de un equipo sevillano

Un regalo muy especial, sobre todo para este histórico y modesto club de fútbol de la ciudad de Sevilla. La camiseta de la Unión Deportiva Bellavista, con el nombre del Papa Francisco y el dorsal número 50, ya está en las manos del sumo pontífice.

El encargado de hacerle llegar este regalo de parte del club fue el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento sevillano, Álvaro Pimentel, durante la recepción a la delegación española en el Vaticano con motivo de la procesión del Jubileo de las Cofradías, que se celebra en mayo en Roma y en la que participarán la Esperanza de Málaga y el Cachorro de Sevilla.

El obsequio lleva a la espalda el número 50 porque son precisamente estos años los que conmemora el equipo. Se da la circunstancia de que el barrio de Bellavista, sede del club, celebra su centenario en 2025.

Este barrio sevillano, que se inserta en el distrito Bellavista-La Palmera, tiene un origen relacionado con la ciudad argentina del mismo nombre –al norte de Buenos Aires–, por lo que sus responsables entendieron que Francisco, como argentino, era el candidato ideal a recibir un recuerdo de su equipación.

Relacionado con Argentina

Bellavista está situado al sur de Sevilla y nació junto a la carretera y vía férrea de Cádiz. Sus orígenes comienzan como una finca de reses que se dividió en parcelas a principios del siglo XX.

Su relación con Argentina viene porque en una de las parcelas se creó la urbanización Bellavista, que recibía dicho nombre porque su propietario –el sevillano Francisco Morillas y Morillas, que volvía de hacer riqueza en América–, había vivido en el país latinoamericano. Con el tiempo, todo el barrio comenzó a denominarse Bellavista, hasta como lo conocemos hoy en día.