Casa Real El Rey condena el «flagelo de las desapariciones forzosas», que desgarra comunidades enteras en México
Don Felipe entrega el premio de Derechos Humanos Rey de España a la asociación Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco
El Rey ha condenado este miércoles el «flagelo de las desapariciones forzosas» en México, donde van ya más de 110.000 desde 2006, y en todos los países que las sufren o las han sufrido. Don Felipe ha llamado la atención sobre este drama en la Capilla de San Ildefonso de Alcalá de Henares, donde ha entregado el premio de Derechos Humanos Rey de España a la asociación Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco (FUNDEJ).
Este Estado mexicano está considerado el epicentro mundial de las desapariciones forzosas, con más de 15.000 en los últimos 18 años, desde que empezó la llamada guerra contra el narco y se expandieron las organizaciones criminales. Al drama de las desapariciones, se suma el desprecio de las autoridades mexicanas, «ciegas y sordas» a la hora de reconocer esta tragedia o intentar combatirla, según han denunciado las familias, que han pedido ayuda a la comunidad internacional para encontrar a sus seres queridos y poner fin al horror.
«La desaparición de un ser querido genera dolor, incertidumbre, desasosiego, temor y otros muchos sentimientos difíciles de asimilar. El vacío que deja se convierte en un eco persistente de preguntas sin respuesta», ha afirmado el Rey. «Esta es la dura realidad a la que se enfrentan numerosas familias en el Estado de Jalisco, en México, donde el flagelo de las desapariciones forzosas ha desgarrado el tejido de comunidades enteras», ha añadido.
Don Felipe ha afirmado que «la desaparición de un sola persona afecta a generaciones, erosiona la confianza en las instituciones y desafía a la conciencia colectiva» y ha elogiado la labor que desarrolla la asociación de familias de Jalisco, así como su «perseverancia y coraje» y ha animado a «no permanecer indiferentes ante la adversidad». «Hoy nuestro corazón late con todos vosotros -ha añadido-, con todo Jalisco y con México. Tenéis todo nuestro apoyo, ánimo».
El premio lo ha recogido María Guadalupe Aguilar, que conmovió a todos los asistentes con su testimonio. «Hoy me siento profundamente conmovida por la magnitud y relevancia de este premio; este es el presente, pero cambiaría todo esto por el pasado, cuando yo tenía a mi hijo», afirmó.
«Soy madre de José Luis Serrano, desaparecido desde el 17 de enero de 2011, dejando en el desamparo a sus dos pequeños. Desde entonces me dedico a encontrarlo. ¿Dónde está? Las autoridades son ciegas, sordas y mudas ante el delito de las desapariciones forzadas», denunció.
Aguilar relató que su Estado, Jalisco, la tierra del tequila y el mariachi, ahora también lidera las desapariciones. Y explicó cómo en 2013 unas pocas madres que buscaban a sus hijos desparecidos, cada una por su cuenta, decidieron asociarse. «Ahora somos casi 600 familias. Rezamos, marchamos y en general nos manifestamos», explicó.
«México es una poza»
La madre también habló del horror de las fosas halladas: «Jalisco es una poza. México es una poza», exclamó. Y denunció que, «a pesar de las amenazas y las indolencias, seguiremos buscando con ese amor que nos lleva a las madres a buscar a nuestros hijos» y pidió apoyo internacional y estrategias de búsqueda para conseguirlo. «Hoy nos llenamos de esperanza y fuerza para salir adelante y nos sentimos acompañadas en este camino», peros«no nos dejen solas. Es hora de poner fin a esta crisis humanitaria, de buscar justicia para las víctimas y sus familias», concluyó.
Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (FUNDEJ) es una asociación mexicana que tiene como misión encontrar a las personas desaparecidas en el Estado mexicano de Jalisco; orientan, asesoran, acompañan y consuelan a los familiares en el proceso de denuncia, búsqueda y localización.
Este premio, dotado con 25.000 euros, se instituyó en 2002 mediante un acuerdo entre el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá, con el apoyo del Rey. El premio tiene por objeto reconocer la labor de las entidades e instituciones de España, Portugal y demás países de Iberoamérica, en defensa de los derechos humanos y los valores democráticos.