Premios Princesa de Asturias El Rey alerta de «los graves riesgos de negar al otro porque piensa, reza o vota distinto»
Don Felipe advierte sobre las consecuencias de la «polarización»
La Princesa Leonor: «Hoy premiamos la emoción de la esperanza; siempre hay una grieta por donde entra la luz»
El Rey ha alertado este viernes desde el Teatro Campoamor de Oviedo de los graves riesgos de la polarización, la negación del otro, la radicalidad y la deshumanización, y ha recordado que la persona debe estar siempre en el centro de cualquier discurso, acción o decisión. «La historia nos alerta de las graves consecuencias de apartarse de ese camino. Como nos alerta de los graves riesgos de la polarización, de la negación del otro por sus convicciones o creencias; porque piensa, reza o vota distinto», ha advertido.
«Defender la dignidad de la persona significa también proteger y fomentar el régimen de Derechos y Libertades que la garantiza, y que fundamenta nuestra Democracia», ha añadido.
Don Felipe ha dirigido esta advertencia durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, que ha presidido acompañado por la Reina, la Heredera de la Corona y la Infanta Sofía. A la ceremonia también ha asistido la Reina Doña Sofía que, como es habitual, ha seguido el acto, muy emocionada, desde el palco real.
A su llegada al Teatro Campoamor, la Familia Real ha descubierto una placa que conmemora la mayoría de edad de la Princesa de Asturias y, tras el Himno Nacional, interpretado por las gaitas, ha comenzado el acto con el discursos de la presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, Ana I. Fernández.
Dos de los ocho premiados, Ana Blandiana y Michael Ignatieff, han intervenido antes de que la Princesa entregara los trofeos, y otros dos, Marjane Satrapi y Joan Manuel Serrat, lo han hecho después. Durante la entrega de los galardones, algunos no han podido contener las lágrimas, como la madre de Carolina Marín, que lloraba desconsoladamente, y otros, como Ignatieff o Serrat, han mostrado su gratitud lanzando un beso al público.
Serrat regala una canción
Pero la verdadera sorpresa de la ceremonia la ha protagonizado Serrat, cuando ha cantado en el escenario, acompañado de un violín, un fragmento de una de sus canciones más conocidas: «Aquellas pequeñas cosas». Y el público se ha puesto de pie. «Gracias, Joan Manuel, por ese regalo», le ha dicho el Rey.
Ha sido entonces cuando la Princesa Leonor ha tomado la palabra para dirigir un mensaje de superación y de ilusión: «Hoy premiamos la emoción de la esperanza; siempre hay una grieta por donde entra la luz». Y, después, el Rey ha cerrado el acto con su advertencia sobre los riesgos de la polarización y la negación del otro.
Don Felipe ha recordado una reflexión de «una de nuestras grandes pensadoras», Adela Cortina: «El peor castigo que puede infligirse es la condena a la invisibilidad, a ignorar la existencia del otro, el rechazo y el desprecio».
Y ha añadido: «Lo estamos viendo estos días, con las imágenes atroces, de muerte y desolación, que nos llegan de Oriente Próximo, de Ucrania, de África y de otros lugares del mundo». «Pero lo vemos también en ámbitos más cercanos y cotidianos: en cualquier desigualdad, prejuicio o injusticia, o en cualquier discurso condicionado por el miedo o basado en la indiferencia o la radicalidad».
Por todo eso, Don Felipe ha señalado que es «obligación de las instituciones, pero también de la sociedad civil, de los ciudadanos, luchar contra todo aquello que se separe, siquiera un ápice, de ese respeto integral que debemos a la persona, a cualquier persona, a la dignidad de cualquier ser humano; también luchar contra todo lo que se separe de la voluntad y el compromiso de seguir construyendo sociedades capaces de convivir, dialogar y trabajar por el bien común».
Tras la advertencia en el ámbito nacional, el Rey ha aludido también a la escena internacional, donde ha llamado a reforzar tratados e instituciones que dan soporte a la comunidad internacional. «El multilateralismo y la cooperación, sin duda, son nuestras mejores herramientas para afrontar los desafíos globales de nuestro tiempo».
Además, se ha referido a los «conflictos abiertos y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, que nos obligan a una llamada incesante a la contención y a la humanidad; también a la denuncia y a hacer lo posible para que la paz y la seguridad vuelvan a ser compatibles, complementarias y conducentes a la convivencia, o al menos la coexistencia».
Tras el himno de Asturias, interpretado por la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, Doña Leonor ha declarado clausurado el acto y ha convocado los premios Princesa de Asturias 2025. La Familia Real regresa ahora al Hotel Reconquista, donde ofrecerá una recepción en honor de los galardonados.