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Andrés Cassinello PérezEl Debate

La última entrevista que concedió Andrés Cassinello, jefe de Inteligencia en la Transición

El teniente general relató algunos hechos del 23-F y la misión que le encomendó Suárez para que tanteara cómo pensaba Tarradellas en el exilio

El teniente general Andrés Cassinello falleció el pasado miércoles en Madrid a los 97 años y se llevó sus recuerdos de la Transición, una época en la que él jugó un papel clave como jefe de los Servicios de Inteligencia y como jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil. Intervino en la restauración de la democracia, la legalización del PP, contribuyó a abortar el golpe del 23F y luchó contra el terrorismo de ETA.

El 9 de febrero de 2021, en plena pandemia de Covid, nos recibió en su casa con todas las medidas de prevención para concedernos la que probablemente fue la última entrevista que aceptó. En aquellas fechas se cumplían 40 años del 23F, y Cassinello estuvo relatando cómo días antes del golpe volvió a advertir al CESID de que el teniente coronel Antonio Tejero «estaba preparando algo», pero no le hicieron caso. «Si hubiera advertido a la Policía o al director de la Seguridad del Estado, aquello se hubiera parado. Pero no lo hice, me equivoqué», manifestó.

Cassinello ya había detenido a Tejero con anterioridad, cuando estaba preparando otro golpe, pero fue absuelto porque quienes le juzgaron en el Consejo de Guerra eran los mismos que después le apoyaron en la asonada.

El teniente coronel Tejero irrumpe en el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981EFE

También relató cómo él fue la primera persona que supo que el golpe solo había funcionado en Valencia y en el Congreso de los Diputados, porque hizo una ronda de llamadas por todas las comandancias y comprobó que en el resto de España no pasaba nada: «El capitán general de Valladolid, Campano, que era de extrema derecha, no hizo nada. El de Sevilla, Merry Gordon, pidió una botella de ginebra, ordenó a la División Motorizada que repostara y municionara, se puso el gorro de legionario, empezó a beber y se acabó. Y el de Granada, que estaba ese día en Almería, en lugar de regresar inmediatamente, se quedó en Guadix a esperar y ver qué pasaba».

El desconocido Tarradellas

Pero, aparte del 23F, Cassinello también contó algunos episodios que él protagonizó en la Transición, como la misión que le encomendó el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. Pocos días después de que se celebraran las primeras elecciones de la democracia (15 de junio de 1977), Suárez le pidió que viajara a Francia y que se entrevistara con Josep Tarradellas y le informara de cuál era su posición.

Tarradellas era el presidente de la Generalitat en el exilio, pero en España era un desconocido porque Jordi Pujol y los demás dirigentes nacionalistas catalanes lo tenían marginado. El financiero catalán Manuel Ortínez había informado al gobierno de Suárez de la existencia de Tarradellas, que podía ejercer de contrapeso con los dirigentes catalanes, y recomendó establecer contacto con él.

Adolfo Suárez y Josep Tarradellas el 15 de septiembre de 1977 en La MoncloaEFE

Cassinello, que entonces era director del SECED (precedente del CNI) visitó a Tarradellas en su casa, muy austera, de Saint-Martin-le-Beau, a unos 90 kilómetros de París, y el presidente de la Generalitat en el exilio le invitó a almorzar. «Una señora mayor sirvió la mesa, y pasaba las bandejas con mucho oficio. Me dijo que aceptaba la legalidad y únicamente pedía la restauración de la Generalitat», relató Cassinello.

La visita al baño

Y aquí desveló su forma de trabajar: «Hubo un momento en que pedí ir a orinar al cuarto de baño. Subí unas escaleras y entré en el baño, pero no para orinar sino para darle la vuelta al casete en el que estaba grabando toda la conversación». Cuando regresó a Madrid, Cassinello recomendó a Suárez que lo recibiera, "y siguió mi consejo».