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El Rey, durante su intervención ante disputados y senadores de Italia en Roma

El Rey, durante su intervención ante disputados y senadores de Italia en el Palacio de Montecitorio en RomaEFE

Casa Real

El Rey advierte de «un peligroso deslizamiento hacia algo incierto…, y nada luminoso»

Histórica intervención de Don Felipe en el Palacio de Montecitorio de Roma, con unos 500 diputados y senadores reunidos en sesión conjunta

El Rey ha intervenido este miércoles en una sesión histórica en el Palacio de Montecitorio de Roma, donde unos 500 senadores y diputados italianos se han reunido en una sesión conjunta para escucharle. Una deferencia que Italia solo había tenido antes con el Rey Don Juan Carlos y con el Papa Juan Pablo II.

Don Felipe ha sido recibido en el Hemiciclo con un largo aplauso de los parlamentarios puestos en pie y, tras la interpretación de los himnos nacionales de Italia y España, han empezado las intervenciones de los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado, quienes han cedido la palabra al Rey. Mientras, Doña Letizia ha seguido la ceremonia sentada enfrente, en la primera fila del hemiciclo.

La ruptura de las reglas del juego

Ante todos ellos, Don Felipe ha hecho unas reflexiones sobre el mundo, sobre Europa y sobre Italia y España, y ha advertido de «un peligroso deslizamiento hacia algo incierto…, y nada luminoso», en alusión a la tentación totalitaria que amenaza algunos países y a la ruptura de las reglas del juego que han marcado las relaciones internacionales.

El Jefe del Estado ha empezado dando las gracias a sus anfitriones, en especial al presidente, Sergio Mattarella, en «la bellísima lengua italiana», lo que ha provocado el aplauso de los parlamentarios. Y se ha mostrado impresionado por poder «dirigirse al pueblo italiano a través de sus legítimos representantes» y en «este espacio histórico», sede de la representación de la soberanía nacional, donde «se proyectan los valores que nos definen: la democracia, las libertades individuales, los derechos humanos y el imperio de la ley».

Felipe VI visita la sede de la Cámara de Diputados de Italia, en el Palacio de Montecitorio de Roma

Felipe VI visita la sede de la Cámara de Diputados de Italia, en el Palacio de Montecitorio de RomaEFE/ Chema Moya

El Rey ha hablado de una forma de hacer política «presidida por una misma voluntad de acertar, de buscar el bien común, de ser útiles a la sociedad», en la que la discrepancia es «legítima».

Un pasado que no debe repetirse

Y, tras reiterar el firme compromiso de Italia y España con el multilateralismo, «es decir, con un orden mundial basado en reglas e inspirado en los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas», ha lanzado su inquietante advertencia.

«Somos dos países con memoria, con una clara conciencia del pasado, en particular del que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura», ha afirmado el Rey. «Y vemos con lógica inquietud cómo muchos tratados, instituciones y foros multilaterales sufren una erosión acelerada, al tiempo que se cuestiona su eficacia -aceptemos que muy mejorable- o el sentido mismo de su existencia; un peligroso deslizamiento hacia algo incierto…, y nada luminoso», ha añadido.

Y todo ello, ha seguido el Rey, «en un contexto global complejo y volátil, con conflictos abiertos y latentes, enormes desigualdades internas y entre países/regiones, y con una aceleración de los cambios tecnológicos y del deterioro del medio natural que sostiene la vida humana».

Ucrania y Oriente Próximo

«Qué frágil es la paz, incluso cuando se logra», ha vuelto a alertar el Rey, antes de referirse a las guerras de Ucrania y de Oriente Próximo, y de volver a condenar «con rotundidad la violencia y el terror en la región». En ese momento ha hecho «un nuevo llamamiento a alcanzar un alto el fuego definitivo, la liberación de todos los rehenes y al acceso masivo de la ayuda humanitaria».

«Cuando llegue el anhelado silencio de las armas -ha añadido-, España e Italia seguiremos compartiendo, por utópico que parezca, la visión de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo uno junto a otro en paz y en seguridad, como la única solución posible que sea durable y justa». Y estas palabras han suscitado otro aplauso de los parlamentarios.

La Reina visita la sede de la Cámara de Diputados de Italia, en el Palacio de Montecitorio de Roma

La Reina visita la sede de la Cámara de Diputados de Italia, en el Palacio de Montecitorio de RomaEFE/ Chema Moya

La civilización europea

Don Felipe también ha analizado los «complejos e ingentes» retos que Europa tiene ante sí, en materia de seguridad, de crisis climáticas, de transición energética, de gestión de las migraciones; de crecimiento económico, de competitividad industrial, de sostenimiento y equidad de nuestro bienestar social, e incluso de gobernanza. «Pero no hay reto, desafío o amenaza, por grave que sea, que justifique que nos apartemos de nuestra identidad y camino europeos. El precio/coste que pagarían nuestros ciudadanos, el que pagaría la propia Europa y el que pagaría nuestra civilización sería inasumible. No lo olvidemos».

Compromiso con el Flanco Sur

Además, se refirió al compromiso «incuestionable» de España e Italia con el flanco Este de la OTAN, pero lanzó otra advertencia: «Nuestros aliados deben saber que tanto Italia como España esperamos que el compromiso del resto de aliados con el Flanco Sur sea también incuestionable, como el nuestro lo es con el Flanco Este».

El Rey también se refirió a la voluntad de España e Italia de fomentar los flujos de inmigración «segura, ordenada y regular», y agregó: «Debemos, como europeos, seguir dando a los inmigrantes el trato digno que se le debe a todo ser humano».

El discurso que ha dirigido el Rey en Italia ha sido más largo de lo habitual, de unos 15 minutos de duración, y ha finalizado de la misma forma que empezó: con un largo aplauso del público en pie.

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