El Rey afirma que la España de hoy es fruto del «gran proceso de reconciliación» que fue la Transición

Los Reyes han asistido en la noche de este miércoles a la cena de gala que el presidente de Italia, Sergio Mattarella, ha ofrecido en su honor en el Palacio del Quirinal, de Roma, a la que han acudido unos 200 invitados, entre ellos las más altas autoridades de la República y la delegación que acompaña a Don Felipe y Doña Letizia en su visita de Estado.

Durante la cena, el Rey ha animado a Italia a ser, con España, «la caja de resonancia de los valores» y, tras recordar el paso del poeta Rafael Alberti por Roma, ha destacado «ese gran proceso de reconciliación que ha pasado a los libros de historia como la Transición española, de la que es fruto la España de nuestros días».

Don Felipe se ha dirigido a Mattarella como «carissimo presidente», y ha explicado que cuando los españoles llegamos a Italia, «cuanto vemos y encontramos se nos revela extrañamente familiar» porque reconocemos en esta tierra «una parte de lo que ya somos».

«Somos Mediterráneo, somos Europa»

«Somos Mediterráneo; somos latín y somos lingua franca -ha afirmado Don Felipe-. Somos mundo clásico y Renacimiento; somos humanismo; somos la vibrante vida urbana, el municipalismo, el comercio, las libertades. Y somos la Ilustración, la ciencia, la academia; el afán por viajar y por conocer, la curiosidad por los descubrimientos; el compromiso ético con un mundo más justo y mejor. Somos, en una palabra, Europa», ha añadido el Rey.

Y ha vuelto a advertir, como hizo en Montecitorio, del pasado que no se debe repetir, al recordar que el Tratado de las Comunidades Europeas, que se firmó en Roma en 1957, fue «un proyecto de integración concebido para pasar página de uno de los capítulos más oscuros de la historia, que no para olvidarlo».

Sentimiento de hermandad

Por ese motivo, ha dicho, "no puede ser solo amistad, ni sintonía, ni complicidad, lo que alumbre las relaciones entre italianos y españoles: es más bien un sentimiento de hermandad, o, como lo definía otro gran siciliano y gran conocedor de España, Leonardo Sciascia, `una ritrovata fraternitá´».

También Mattarella ha destacado ante el Rey «los sentimientos de amistad fraterna que Italia siente hacia su país, junto con la alta estima que tiene hacia su persona», como prueba el doctorado honoris causa que este jueves recibirá en Nápoles. El presidente de Italia ha reiterado su solidaridad con las víctimas de la DANA de Valencia y ha recordado los profundos lazos que unen los dos países.

Imprescindible renovación de Europa

«España e Italia unidas -ha dicho- pueden impulsar la imprescindible renovación de la Unión Europea y su fortalecimiento, una realidad indispensable para no caer en la irrelevancia y para proporcionar al mundo una aportación protagonista de la civilización europea». «Europa es un proyecto imprescindible», ha insistido.

«La fragmentación actual y los signos de erosión de la comunidad internacional, así como la ofensiva contra los principios de libertad, paz y justicia» hacen más necesario que Europa pueda influir en el contexto mundial «con una política exterior y de defensa cohesionada y creíble». «Europa no puede renunciar a impulsar la solución pacífica de las controversias», ha manifestado.

Entre los invitados a la cena se encontraban los presidentes del Senado, Ignazio La Russa; de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana; el vicepresidente del Consejo de Ministros, Antonio Tajani; los ministros de Desarrollo Económico, Adolfo Urso, y de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto Fratin; miembros de la magistratura, empresarios y representantes del mundo de la cultura.

La etiqueta recomendada para la cena era esmoquin para los señores y traje largo para las señoras, y Doña Letizia ha acudido con un sencillo vestido negro y las pulseras de brillantes de la Reina Victoria Eugenia, pero sin diademas, como corresponde en las visitas de Estado a repúblicas.

El menú de la cena

Tras los discursos, los invitados han degustado una crema de setas sobre panella de garbanzos y salsa de camomila; raviolis de pintada con fondue de provolone y aceite de laurel, cochinillo relleno de albaricoques asados y hierbas aromáticas con flan de patata, corazones de alcachofa y rollitos de berza y, de postre, sopa inglesa.