Mensaje del Rey de Navidad 2024 | Análisis España es una gran Nación
«Con todo estoy de acuerdo pero me parece que falta algo… Y me refiero a las referencias a la Navidad. A esas ideas cristianas que dieron sentido y unidad a un continente; que conformaron su historia, y que aún hoy siguen alimentando el espíritu de tantos ciudadanos, no solo de nuestro Viejo Continente»
Me suelen gustar los discursos del Rey en Navidad. Me gusta que agradezca que le escuchemos. Repasa los acontecimientos recientes más dolorosos: este año tocaba recordar la «terrible Dana que hace casi dos meses golpeó con inusual fuerza varias zonas del este y sur de España, especialmente en Valencia»; y sobre todo el recuerdo de aquellos voluntarios anónimos y de servidores públicos con los que nos identificamos todos los españoles”. Eso me gustó también.
«Prevalece en la sociedad española una idea nítida de lo que conviene, de lo que a todos beneficia y que, por eso, tenemos el interés y la responsabilidad de protegerlo y reforzarlo. Es algo que la Reina y yo hemos podido constatar y valorar aún más a lo largo de esta década de reinado». Pues es verdad: lo que el Rey llama «el consenso en torno a lo esencial». Luego ya viene lo que ya sabemos: «la creciente inestabilidad internacional, el clima en el que se desarrolla con frecuencia nuestro debate público, las dificultades en el acceso a la vivienda o la gestión de la inmigración». También suena bien.
Incluso muy bien cuando se refiere a los más jóvenes, y su dificultad para acceder a una vivienda. Y perfecto cuando recuerda la Constitución de 1978, su letra, su espíritu, y el pacto a la convivencia y al diálogo. Me gusta que el Rey diga que «España es un gran país. Una Nación con una historia portentosa» y que a renglón seguido hable del futuro y de nuestra juventud.
Faltan referencias a la Navidad
Con todo estoy de acuerdo pero me parece que falta algo… Algo que encontraba en los discursos de algunos monarcas europeos. No quiero irme más lejos. Y me refiero a las referencias a la Navidad. A esas ideas cristianas que dieron sentido y unidad a un continente; que conformaron su historia, y que aún hoy siguen alimentando el espíritu de tantos ciudadanos, no solo de nuestro Viejo Continente.
No puedo por menos que recordar las palabras de Isabel II de Inglaterra, Beatriz de Holanda, o de Margarita de Dinamarca cuando, a pesar de reinar sobre países no católicos se atrevían a recordar a sus súbditos cristianos y no cristianos las palabras de Esperanza y de Paz que trae un Niño Dios al mundo. Unas palabras que siguen siendo necesarias como hace más de dos mil años, unas palabras que siguen hablando de todo lo que los hombres llevamos especialmente en el corazón en esta noche tan especial.
Me dirán que los discursos del Rey los diseña y aprueba Moncloa y que no sueñe con términos religiosos en sus líneas, pero es ese el mismo espíritu de respeto y oración que llevó a tantos a rezar por las víctimas de la Dana y a recordarlos en las Misas y acciones de voluntariado que procedían de toda España. Aquello fue también solidaridad porque no hay mejor recuerdo que aquel que empieza en la cabeza pero se guarda para siempre en el corazón.