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El Rey, que celebra este jueves su 57 cumpleaños, mantendrá hoy audiencias en el Palacio de La Zarzuela
El Rey cumple 57 años El franquismo, la última estrategia del Gobierno y sus socios para intentar debilitar al Rey
Don Felipe celebrará los 50 años de Monarquía: será el 22 de noviembre, aniversario de la proclamación de Don Juan Carlos
El Rey cumple hoy 57 años y celebrará su aniversario en un nuevo campo de minas. La última estrategia de la izquierda para intentar debilitarle consiste en colgarle la etiqueta de franquista. El mensaje no tiene recorrido entre los españoles que conozcan medianamente la historia reciente de su país y saben que fue su padre, Don Juan Carlos, quien se despojó de los poderes que había heredado de Franco para restaurar la democracia en España.
Y lo hizo con toda rapidez, ayudado por Adolfo Suárez y Torcuato Fernández-Miranda. De hecho, año y medio después de la muerte de Franco, España celebró sus primeras elecciones democráticas y se constituyeron las primeras Cortes con Dolores Ibarruri, La Pasionaria, y Rafael Alberti, dos comunistas históricos, como vicepresidentes de la mesa de edad. Y 18 meses después, España se dotaba de su primera Constitución aprobada por consenso y sometida a referéndum por el pueblo español.
Estos son hechos innegables, pero en estos tiempos de confusión, bulos y reescritura de la historia, la estrategia de la izquierda sí puede prender en otros segmentos de la población menos informados y más manipulables. A ellos se ha dirigido esta semana la eurodiputada de Podemos Irene Montero, quien llamó «antipatriota» al Rey por acudir al aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz, pero «no decir nada de los 50 años de la muerte de Franco».
También Pablo Iglesias se ha apuntado a alimentar esa estrategia: «Felipe VI es Rey gracias a Franco, no porque le votara ningún español», afirmó el fundador de Podemos en RNE borrando también de un plumazo la doble legitimidad, histórica y constitucional, de la Monarquía.Las polémicas innecesarias
Pero la primera piedra la lanzó el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando anunció la celebración de un centenar de actos en 2025 para celebrar los 50 años sin Franco y Moncloa filtró a los medios afines que había invitado al Rey al primero de ellos.
Don Felipe tenía otros compromisos institucionales ese día, pero había una razón de peso mayor para no acudir ni a ese ni a cualquiera de los otros actos convocados para celebrar la muerte de Franco: como Rey de todos los españoles, Don Felipe debe ser neutral, mantenerse al margen de las diferencias políticas y propiciar la reconciliación y no el enfrentamiento.
Sánchez debía saber que el Rey está obligado a ser neutral, pero aún así intentó suscitar una polémica en torno a su figura, como ya ha hecho en otras ocasiones, abriendo debates innecesarios, pero que intentan dañar a la Monarquía, sobre la inviolabilidad del Jefe del Estado, la ley de la Corona o la supresión del delito de injurias al Rey.
Zarzuela intentó zanjar la polémica a primeros de enero, en el primer despacho del año que mantuvieron Don Felipe y el presidente del Gobierno. En esa reunión se acordó que Moncloa vendería como parte de los actos de Franco las visitas de los Reyes a los campos de concentración nazis de Auschwitz, que realizaron el lunes pasado, y de Mauthassen, que harán el 5 de mayo, al cumplirse 80 años de su liberación.
Sin embargo, se da la circunstancia de que los Reyes ya estuvieron en Auschwitz en 2020, cuando nadie hablaba de la muerte de Franco, y que el propio Don Juan Carlos ya rindió su particular homenaje en 1978 a los 7.000 republicanos españoles muertos en Mauthassen.
Lección de Monarquía en Mauthassen
En aquella ocasión, el Rey se encontraba de visita oficial en Austria y envió a dos representante suyos, el jefe de Protocolo, Antonio Villacieros, y el jefe de su Secretaría, Jose María Allendesalazar, con una corona de claveles rojos y amarillos, para que la depositaran ante el monumento a los españoles muertos en ese campo de concentración. En la corona, una cinta con los colores de la bandera nacional en la que ponía: «El Rey de España a los españoles muertos fuera de su Patria».
A los representantes del Rey les acompañó un español superviviente del campo, Manuel García, toledano, que en ese momento tenía 66 años. García les agradeció el gesto, pero Villacieros le dijo: «Agradézcaselo al Rey. Quisiera que usted guardara en su memoria que el Rey de España quiere ser el Rey de todos los españoles».
Con ese espíritu de reconciliación es con el que Don Felipe tiene previsto participar el próximo 22 de noviembre —la fecha ya figura en el programa del Gobierno— en un acto que conmemorará los 50 años no de la muerte de Franco sino de la restauración de la Monarquía, porque ese día fue proclamado Rey Don Juan Carlos. Una Monarquía que, en un tiempo récord y por un camino pacífico que sorprendió al mundo, trajo la democracia y propició la etapa más larga de paz, prosperidad y libertad de la historia de España. Y así fue hasta que José Luis Rodríguez Zapatero, primero, y Sánchez, después, decidieron resucitar lo peor de nuestro pasado para movilizar el voto a su favor.
Don Juan Carlos y Sánchez
Ahora, la clave es saber si Don Juan Carlos participará o no en dicho acto. Preguntado por esta cuestión, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, respondió «el Gabinete de Presidencia del Gobierno está en contacto permanente con la Casa Real. Lo que hagamos, lo acordaremos».
Estas palabras se interpretaron como que Moncloa dejaba la decisión en manos de Zarzuela, pero esa interpretación supondría un giro radical por parte de Sánchez, que habría pasado en cinco años de expulsar a Don Juan Carlos de su casa a permitir que se le rindiera homenaje por el gran éxito de su vida. Don Felipe siempre ha sido muy claro y, con la misma contundencia que ha censurado los errores personales de su padre, ha reconocido sus inmensos logros institucionales.