Absoluto modernismo en Albacete con su piedra labrada y el hierro de su cubierta. Una bella galería comercial. Columnas renacentistas, láminas de cristal en el techo, en el tragaluz, adornos por doquier entre medias de los comercios y las viviendas. Para ver, estar y pasear.
Calle de santa Isabel (Toledo)
Solo desde esta calle se puede contemplar de este modo la torre de la catedral primada con su aguja. Un espectáculo impresionante que se descubre en medio del laberinto toledano, como quien encuentra un paraíso o un oasis entre las callejuelas estrechas. En el número Benito Pérez-Galdós escribió su novela Ángel Guerra. Allí una placa lo recuerda desde 1923.
Calle de Alfonso VIII (Cuenca)
Antiguamente se llamaba la calle de Correduría, antiguo centro de negocios y comercio. Casi una escalera de edificios estrechos y hermosamente coloridos. Están los colores y luego el blanco de todos los marcos de puertas y ventanas, pintado así a propósito para descubrir mejor por la noche si alguien intentaba entrar sin ser invitado.
Calle de Cervantes (Villanueva de los Infantes, Ciudad Real)
Dicen que Villanueva de los Infantes es el lugar de cuyo nombre no quería acordarse Cervantes al principio de El Quijote. No es difícil imaginarse caballero y cruzar esta calle montado, oyendo los cascos de la montura sobre el empedrado. Fue un importante centro cultural gracias a Cervantes, Lope de Vega y Quevedo, quien está enterrado en la localidad.
Calle Mayor (Sigüenza, Guadalajara)
La Plaza Mayor de la localidad es donde comienza esta calle principal que recorre la bella villa medieval guadalajareña. Desde ella se llega a la Plaza del Castillo de los Obispos de Sigüenza, en lo alto de la ciudad, construido sobre una alcazaba árabe: el Parador. Por la Calle Mayor se puede ver un callejón donde está la Puerta del Sol, uno de los antiguos accesos en la muralla. La Iglesia de Santiago y la catedral también se encuentran en su rico recorrido.