Los sindicatos y las escuelas, cómplices necesarios del Govern para mantener la inmersión lingüística
La Plataforma Som Escola, que agrupa a entidades civiles, educativas y a sindicatos, ya prepara movilizaciones para defender «el modelo de escuela catalana»
En la cuenta de Instagram de la escuela Puigventós de Olesa de Montserrat aparece este mensaje: «Lo que hay que hacer en los centros educativos del país es reforzar el uso del catalán. Lo haremos con firmeza, convicción y realismo. Estamos ante una muestra más de que lo que necesitamos es un Estado Propio. Josep González-Cambray».
Y acompaña el mensaje con una imagen (en la que se ha recortado, por cierto, el logo de ERC) en la que aparece un niño que está pintando el lema: «El català no es toca» (El catalán no se toca). Una publicación que ha indignado a los padres, que consideran «vergonzoso» que una escuela «sea capaz de colgar en sus redes sociales una publicación como esa». Y no sólo es que defiendan la inmersión lingüística, sino que, además, como dicen estos padres, es increíble que una escuela pública defienda «el estado propio, la independencia de Cataluña».
Este es sólo un ejemplo, pero lo cierto es que las propias escuelas son un factor importante en la defensa de la inmersión lingüística en Cataluña, un «modelo de éxito», como se repite una y otra vez. Y no sólo los centros públicos, también los concertados.
Som Escola es una plataforma que agrupa a medio centenar de entidades cívicas y educativas y ha anunciado que va a poner en marcha movilizaciones para «hacer frente» a los ataques de la justicia al «modelo educativo catalán». Movilizaciones y también «acciones en los centros y en las calles, y apoyo a los centros educativos y docentes».
En un comunicado, esta plataforma insiste en que «los estudios como los datos sobre los resultados de la inmersión lingüística evidencian que es un modelo de éxito tanto para los alumnos como para la sociedad: contribuye a la cohesión social, a la igualdad de oportunidades y a la normalización del catalán». Y también considera que es «intolerable» la intrusión «de los tribunales para regular el modelo y la política educativa del país».
Quién está detrás
¿Quién forma parte de Som Escola? Además de Òmnium Cultural, Plataforma per la Llengua o el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans, también algunas agrupaciones de escuelas, como la Fundación Escola Cristiana, a la que pertenecen las escuelas Vedruna. Precisamente esta misma semana desde Vedruna Catalunya (que cuenta con una treintena de centros) se ha enviado a los padres un Informa especial dedicado a la inmersión lingüística, en el que se deja claro que «las escuelas Vedruna de Cataluña no compartimos la sentencia del Tribunal Supremo que impone la impartición de la docencia en castellano en un 25 %. Consideramos que la sentencia adopta criterios políticos y no pedagógicos, y que choca con el modelo de inmersión lingüística y de escuela catalana y en catalán que queremos». Aseguran que «el uso de la lengua propia y el arraigo en el país son un eje fundamental de nuestra identidad».
Y no es extraño que en los centros aparezcan carteles o pancartas haciendo bandera de la inmersión o con el lema: L’escola en català, ara i sempre (La escuela en catalán, ahora y siempre).
Cómplices del 1-O
Tampoco hay que perder de vista que, en 2017, con el referéndum ilegal del 1 de octubre, algunos centros jugaron un papel importante, abriendo sus puertas para que se pudiera votar. Es más, unos días antes se celebró un acto en el que algunos representantes de las escuelas que formaban parte de Escoles obertes (Escuelas Abiertas), entregaron sus llaves simbólicamente al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. También desde esta plataforma se dieron instrucciones para ocupar los centros y evitar el desalojo por parte de la policía.
Y no sólo los centros educativos en su gran mayoría defienden abiertamente la inmersión. También lo hacen los sindicatos, y no sólo los sindicatos de profesores, como USTEC-STES o la Intersindical, afín al independentismo. También lo hacen las dos grandes organizaciones sindicales, UGT y Comisiones Obreras.
UGT Cataluña hizo público un comunicado, unas horas después de conocerse la decisión del Supremo, en el que reafirmaba su «compromiso» con la inmersión lingüística y pedía su continuidad porque es una «herramienta de cohesión de primer orden e imprescindible de la escuela catalana». Y, cómo no, insiste también en el mantra: «Se ha convertido en un modelo de éxito, reconocido internacionalmente, basado en el consenso y que asegura la igualdad de oportunidades para todo el alumnado».
Y lo mismo ocurre con CC.OO. Cataluña: «No nos toquéis la lengua», decía la sección de educación de este sindicato a raíz de conocerse la decisión de los tribunales. Este sindicato rechaza «las injerencias políticas y judiciales», también insiste en que el catalán, la inmersión es una herramienta de «cohesión social» y pide a la Generalitat «que garantice la seguridad jurídica de los docentes, más formación y recursos para tener cuidado de nuestro modelo educativo».
Ninguno de los dos sindicatos hace referencia a aquellas familias que desean la educación en castellano, algo que, por cierto, les reprochan algunos de los usuarios de las redes sociales, que los acusan de «entreguismo» al Gobierno de la Generalitat. Claro que UGT y CC.OO. también forman parte de la plataforma Som Escola.
Para acabar de completar este panorama no hay que olvidarse de la figura del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, el defensor del pueblo catalán, a menudo en el centro de la polémica porque sus posicionamientos siempre avalan las tesis independentistas. Ribó, en el cargo desde 2004 y con un sueldo que ronda los 140.000 euros, también, cómo no, ha defendido el modelo lingüístico catalán porque «garantiza derechos» y porque hay «riesgos de segregación social y lingüística» si no se consolida.
También considera que la decisión del TS «interfiere en el marco jurídico vigente y obvia que, de acuerdo con los datos disponibles hasta ahora, el castellano también tiene un uso vehicular en el sistema educativo». El Síndic también recuerda que en Cataluña el catalán sigue siendo «minoritario como lengua inicial y de uso habitual».