El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder de ERC, Oriol JunquerasDavid Zorrakino / Foto de archivo de Europa Press

Cataluña

El independentismo llega dividido a la Diada, entre reproches y acusaciones

ERC se descuelga de la manifestación de la ANC porque no es «inclusiva ni transversal» y se hace «contra muchos independentistas»

Hasta no hace mucho la celebración de la Diada, y especialmente la manifestación convocada por entidades como la ANC, servía para que los partidos y el entorno independentista se uniera y cerraran filas en sus reivindicaciones. Y los dirigentes políticos participaban con entusiasmo en este tipo de actos. Pero este año las cosas son diferentes. Y ahora ERC acusa a la Asamblea Nacional Catalana, la ANC, de dividir precisamente al independentismo y de poner el foco en los partidos independentistas y no en el Estado. De ahí las críticas que se han vertido desde la cúpula republicana a la manifestación, y el hecho de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, haya anunciado que no tiene intención de asistir. Tampoco lo hará ningún consejero de ERC.

De hecho, la ANC, en el texto que acompaña la convocatoria, deja claro que «se ha acabado esperar nada de los partidos, solo el pueblo y la sociedad civil organizada podrán conseguir la independencia. La victoria del 1-O y la mayoría independentista en el Parlament no se pueden malgastar en mesas de diálogo con el Estado español y trifulcas internas». Y deja claro que hay que «dejar los partidos atrás» porque «la fuerza de la gente es la única que conseguirá la liberación del país».

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, abría la veda en ERC y aseguraba que solo iba a participar en aquellos actos «en los que se puedan defender las ideas en positivo, de forma integradora y plural», algo que para él no representa la manifestación de la ANC, que, a su juicio, va «contra los partidos políticos y las instituciones catalanas, y no contra el estado español». Sin ir más lejos, Aragonès sí irá al acto independentista organizado por otra entidad, por Òmnium Cultural.

Sin unidad

Después del presidente de la Generalitat, el líder republicano en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, también anunciaba que no asistiría porque «la convocatoria no tiene ninguna pretensión unitaria». Y muy contundente también se ha mostrado el líder de ERC, Oriol Junqueras, quien considera un «error» que la manifestación sea «contra muchos independentistas», sea «excluyente» y ataque «al partido mayoritario del independentismo».

Desde la ANC rechazan estas acusaciones y dicen que en ningún caso se pretende ir «contra los partidos», sino contra «la estrategia de los partidos que no se adecúa con la independencia». Así lo asegura en un comunicado en el que también se dice que «es una movilización en positivo por la independencia, y que no se convoca en contra de nadie, pero no avalamos el autonomismo».

Y desde Junts per Cataluña no han desaprovechado la ocasión para pescar en río revuelto, en este enfrentamiento que mantienen la ANC y sus socios de gobierno, ERC. De hecho, poco después de hacerse público que Aragonès no asistiría a la manifestación, le faltó tiempo al vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, de Junts, para dejar claro que él sí acudiría. Él y todos los consejeros del Govern de esta formación.

Y el vicepresidente de Junts, Josep Rius, hacía un llamamiento a participar en la manifestación porque «no es un momento de partidismo ni de exclusiones», sino para demostrar «unidad». Y dejaba claro que «la movilización ciudadana ha sido y es una herramienta imprescindible para avanzar hacia la independencia juntamente con la acción política e institucional».

No hay que perder de vista la estrategia de tensionar las relaciones con sus socios de gobierno que están llevando a cabo los dirigentes de Junts, Laura Borràs y Jordi Turull. De hecho, desde la formación se ha llevado a cabo una auditoría para analizar si se está cumpliendo los acuerdos de Govern. Si no hay cambios de última hora, una vez celebrado el debate de política general en el Parlament (será a finales de este mes de septiembre), Junts debatirá si deben abandonar el Ejecutivo. Decisión que tomará la militancia en una votación.

Hay voces dentro de Junts que hacen un llamamiento para que no se llegue tan lejos, para que no se rompa el Govern, aunque lo cierto es que las discrepancias con ERC han sido constantes. Ya empezaron, de hecho, en el mismo pleno de investidura de Pere Aragonès como presidente. Junts lo obligó a someterse a un segundo debate y apurando plazos, llevándolos prácticamente al límite. Y desde entonces, las diferencias se han sucedido: por la validez de la Mesa de diálogo con el Gobierno; por la actitud de la hasta hace poco presidenta del Parlament, Laura Borràs (ERC votó a favor de suspenderla como presidenta de la cámara ante la apertura de juicio oral por parte del TSJC por presunta corrupción); por el llamado caso Juvillà o por la ampliación del aeropuerto del Prat.

Y el último o el penúltimo desencuentro entre socios viene a cuentas de la manifestación independentista convocada por la ANC, que a todo esto, empezará a las 17:14 horas en la avenida Paralelo de Barcelona, pasará por el Moll de la Fusta, el paseo de Isabel II y acabará ante la Estación de Francia, donde habrá un escenario.