El laberinto catalán
Los independentistas celebran la Diada cada uno por su lado
Los independentistas abordan hoy la Diada en medio de reproches y luchas fratricidas entre ellos. En cinco años el separatismo ha pasado de aspirar a la independencia exprés a pelearse por cuotas de poder
José María Aznar vaticinó acertadamente en 2014 que «antes se dividirá Cataluña que España». El independentismo siempre ha lanzado la proclama de que Cataluña es un sol poble (un solo pueblo) pero este eslogan se ha demostrado que más que una realidad es algo aspiracional. El independentismo no solo ha divido a los catalanes entre independentistas y constitucionalistas, sino que se han divido entre ellos de forma infinita.
La relación entre CiU y ERC fue durante décadas de subsidiariedad del segundo frente al primero y de amor odio. Los gobiernos tripartitos entre el PSC de Maragall y Montilla con ERC en 2003 y 2006 dejaron una herida profunda entre ERC y CiU. Artur Mas ganó las elecciones, pero los republicanos optaron por «los españolistas» del PSC y no por dar la presidencia a sus homólogos de ideología pero adversarios por el mismo espacio electoral.
En 2015, por primera y única vez, ERC y CDC comparecieron juntos en las elecciones bajo el eslogan «El vot de la teva vida» (el voto de tu vida). Para evitar que la lista fuera encabezada por Artur Mas o Oriol Junqueras, líderes de sus respectivos partidos, se optó por poner al frente a un poco conocido Raúl Romeva, nacido en Madrid y procedente de Iniciativa per Catalunya, hoy Podemos. La lista conjunta ganó, pero la noche electoral fue amarga porque no obtuvo la mayoría absoluta que se habían fijado como meta para demostrar que la mayoría de los catalanes deseaban el referéndum de independencia que era, casi, su único punto de programa. Tuvieron que pactar con la antisistema CUP y Puigdemont, que ocupaba un lugar irrelevante en la lista por Gerona, acabo siendo presidente por que la CUP exigió la retirada de Artur Mas, al que consideraban corrupto.
La unidad forzada se rompió tras la huida de Puigdemont a Bélgica y la aplicación del artículo 155 de la Constitución para frenar la declaración de independencia de octubre de 2017. Tanto Torra, procedente de la órbita de Junts, como Aragonés (ERC) han conseguido formar gobiernos de coalición entre los dos partidos independentistas con el apoyo externo de la CUP y, cuando ha sido necesario, de los Comunes –aliados de Podemos– y los socialistas, pero la relación entre ambos partidos está rota y además hacen ostentación pública de ello.
La manifestación convocada por la ANC
El último encontronazo es a cuenta de la manifestación convocada hoy por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) a la que el presidente de la Generalitat y los consejeros de ERC no asistirán y en cambio los de Junts, sí. Mientras Junqueras se ha pasado la semana paseándose por todas las emisoras de radio llamando a la desmovilización y criticando a la ANC, desde Waterloo Puigdemont ha realizado un llamamiento a la movilización.
'Insultómetro' en el monumento a Casanova
De forma previa a la manifestación, que se pone en marcha a las 17 horas y 14 minutos, para conmemorar el 11 de septiembre del año 1714, cuando las tropas defensoras de la candidatura de Carlos de Austria a la corona de España rindieron la ciudad de Barcelona frente a las del aspirante Felipe de Borbón, la tensión entre separatistas se medirá en la ofrenda floral que se realiza esta mañana en el monumento a Rafael de Casanova, defensor de Austria y conseller en Cap de la ciudad de Barcelona. Todas las instituciones y partidos, excepto Vox, Cs, PP y Valents, pasan por los pies de Casanova, mientras poco más de un centenar de irredentos independentistas de edad avanzada lanzan todo tipo de improperios a los políticos que realizan sus ofrendas mientras una cobla toca Els Segadors.
Las elecciones municipales de mayo del próximo año pueden suponer un punto final en la relación entre ERC y Junts. Ambos partidos buscarán retener el máximo poder territorial posible con Barcelona en el centro del campo de batalla. La previsible confrontación entre Maragall (ERC) y Trias (Junts), que parece que anunciará su candidatura en octubre, llevará a pactos de gobierno tanto de unos como de otros con el PSC y una posible ruptura del gobierno y adelanto electoral en Cataluña, algo a lo que los catalanes ya están acostumbrados, dado que en los últimos doce años ha habido cinco convocatorias de autonómicas.
La CUP, por su cuenta, a esperar que anochezca para apedrear a la Policía
La división entre las filas independentistas es absoluta. La CUP ha anunciado su propia manifestación para la tarde de hoy domingo en la Plaza Urquinaona, lugar donde se iniciaron los altercados que hicieron arder Barcelona todas las noches a lo largo de una semana tras la sentencia condenatoria del TS a los líderes independentistas. Fuentes de los Mossos han manifestado su temor a que esta manifestación termine con altercados frente a la Comisaria de la Policía Nacional ubicada en Vía Laietana, a pocos metros de la Plaza Urquinaona.
Laura Borràs estudia crear otro partido
Asimismo Laura Borràs, molesta no solo con ERC sino con su propio partido –del que es presidenta–, dado que entiende que no la han defendido suficientemente para evitar que tuviera que abandonar la Presidencia del Parlamento catalán debido a su imputación por corrupción, amaga con la creación de un nuevo partido que sería una escisión de Junts. Borràs está estudiando con sus colaboradores más próximos, entre ellos Francesc de Dalmases –que saltó a la fama, por zarandear y acosar a una periodista de TV3 tras una entrevista a Borràs– resucitar la marca Reagrupament, partido hoy hibernado y que en su día fue una escisión de ERC.