Barcelona será la primera ciudad de España que aplique la 'tasa Amazon'
Lo hará a partir de marzo y afectará a los operadores postales que facturen más de un millón de euros
El Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto cobrar a partir del mes de marzo una nueva tasa a los operadores postales por el uso especial que hacen del espacio público cuando reparten a domicilio productos comprados por Internet. De esta forma, la capital catalana se convertirá en la primera ciudad de España que aplique la conocida como 'tasa Amazon'. Se aplicará a aquellas plataformas que tengan una facturación anual superior al millón de euros. En concreto abonarán el 1,25 % de su facturación. Afectará a 26 grandes empresas, de las que cinco concentran el 62 % de las operaciones, entre ellas Amazon.
Una medida que es fruto del acuerdo con el grupo municipal de ERC y que está previsto que vaya primero a la Comisión de Economía y Hacienda y posteriormente al Plenario de diciembre, para que se pueda aprobar definitivamente en el Consejo Plenario Municipal de febrero. El Consistorio prevé recaudar por este concepto unos 2,6 millones de euros y serán las empresas las que tendrán que presentarlo matemáticamente entre el 1 y el 30 de julio.
¿Quiénes no estarán obligados a pagar esta tasa? Los establecimientos que tengan una flota de vehículos para entregar a domicilio los productos que los ciudadanos hayan adquirido presencialmente o bien a través de la web; las entregas que se hagan sin vehículo; las que se efectúen en un punto de recogida; las empresas que facturen menos de un millón de euros o las distribuciones business to business.
Competencia con el comercio de proximidad
El Ayuntamiento justifica la tasa por el hecho de que el comercio electrónico ha ganado peso durante la pandemia, lo que ha provocado que grandes empresas estén haciendo, de forma gratuita, un «uso especial del dominio público» para entregar los paquetes comprados a través de sus plataformas. Y no sólo eso, sino que además congestionan el espacio e incrementan la contaminación, apuntan desde el Consistorio. También consideran que genera un desequilibrio de la competencia con el comercio de proximidad.
El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha reivindicado la «solidez jurídica» de la tasa que, a su juicio, tiene que generar un cambio de hábitos y también la racionalización del comercio electrónico. De hecho, considera que «es de justicia» que se pueda cobrar la tasa a estas operadoras por el uso del dominio público que están haciendo; y porque el comercio físico, ha recordado, ya paga otros impuestos como el IBI o la recogida de basuras.
También desde el Gobierno municipal, Jordi Martí ha reivindicado la tasa a favor de una tendencia fiscal de ir gravando lo que es más pernicioso porque, a su juicio, no es sostenible que furgonetas que pesan una tonelada y media repartan un paquete de 300 gramos: «Este mundo no se lo puede permitir».