Un grupo de policías nacionales abandonan un hotel de Pineda del Mar, en octubre de 2017Efe

Cataluña

Así amenazaron dos concejales del PSC de Pineda a directores de hoteles: «o echas a la policía o cerramos el hotel durante cinco años»

Este martes empieza el juicio en la Audiencia de Barcelona. El fiscal pide tres años de prisión para los dos cargos municipales y para el jefe de la Policía Local

Este martes empieza en la audiencia d Barcelona el juicio contra el teniente de alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) Jordi Masnou, la exteniente de alcalde Carme Aragonés y el jefe de la Policía Local, Carles Santacreu, por un presunto delito de coacciones. Según el escrito del fiscal habrían amenazado a los propietarios de una cadena hotelera para que expulsaran a los policías nacionales que se alojaban en esos establecimientos, y que formaban parte del operativo desplegado en Cataluña con motivo del referéndum ilegal del 1 de octubre.

El fiscal del Servicio de Odio y Discriminación pide para ellos tres años de cárcel. Explica que un día después de la consulta, el 2 de octubre, los tres acusados se acercaron al hotel Chekin Mont Palau y Chekin Pineda y amenazaron a los directores de estos establecimientos. Según el escrito del ministerio público, pidieron ver al director a que advirtieron que «si no echaba a los policías le iba a cerrar el hotel al día siguiente durante cinco años». En uno de los hoteles se alojaban 268 policías y en el otro 228 agentes. Su estancia allí transcurrió sin problemas hasta ese día, el dos de octubre, cuando los dos responsables municipales y el jefe de la policía local se acercaron «de forma irregular, sin cita programada y, por tanto, fuera de la agenda oficial».

Y no sólo eso. El fiscal considera que los tres se valieron de su cargo para conseguir que expulsaran a los agentes de la Policía Nacional, que tenían previsto alojarse allí al menos hasta el 5 de octubre. En relación al jefe de la Policía Local, explica que «si bien no vestía uniformado, se identificó expresamente como tal», y sobre el teniente de alcalde Jordi Masnou «le dijo que él era el que mandaba allí, que si él decía blanco era blanco». Y, de hecho, amenazó a los directores con el cierre de los hoteles.

Por este motivo, por el temor a que se pudieran llevar a cabo estas represalias, emitió un comunicado asegurando que se veían «obligados» a echar a los policías antes de las cuatro de la tarde del 3 de octubre.

Recordemos que no sólo los agentes recibieron la presión de los políticos, en este caso del PSC. También una multitud de independentistas rodearon los hoteles durante varias noches, y no sólo ciudadanos de a pie. A algunas de estas protestas se sumaron bomberos uniformados. Los Mossos de Esquadra tuvieron que hacer un cordón de seguridad para que no llegaran lasta la misma puerta del hotel, aunque las furgonetas de la Policía Nacional que volvían de servicio, recibían pedradas y golpes por parte de los manifestantes.

Precisamente el fiscal explica que esa noche del 2 de octubre, la exteniente de alcalde, Carmen Aragonés, «como forma de disuadir y contentar a una multitud exacerbada», hizo unas declaraciones ante los medios de comunicación en las que aseguró que el ayuntamiento había logrado un acuerdo con la dirección para que los policías no se alojaran allí y también negó que el consistorio los hubiera amenazado para que les expulsaran.