Cataluña
Anna Grau: «La nueva dirección de Cs ha dejado claro que ni tutelas ni tu tías. La marca no está en venta»
La precandidata de Ciudadanos a la Alcaldía de Barcelona también considera que los problemas internos en la formación se deben a «los cañonazos que vienen de fuera» y a los intentos de «matar» a la formación
Anna Grau (Gerona, 1967) se convertirá en unas semanas en la candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona, salvo sorpresas de última hora. A partir del 23 de enero se celebran primarias en la formación, y por ahora, es la única aspirante. Grau viene del periodismo. Empezó en el Diari de Sabadell y ha pasado por el diario Avui, o ABC. También ha sido corresponsal en Estados Unidos. Desde hace mucho tiempo, dice, es una analista de la política, aunque como periodista, y de ahí que no le venga de nuevas lo que ocurre en ese mundo, el de la política. Se define como muy trabajadora, es de las últimas en salir del Parlament. El Debate ha podido hablar con la precandidata de Ciudadanos.
–Comienzan las primarias de Ciudadanos, hay ahora una nueva dirección a nivel estatal. ¿Qué perspectivas tiene y a qué aspiran después de esa división interna que se ha podido evidenciar?
–Aspiramos a todo. Ciudadanos aspira a gobernar o a condicionar gobiernos y mejorar la vida de los españoles. Es un partido que ha tenido una historia tan apasionante como turbulenta y el objetivo de esta asamblea era una especie de 'reset'. La idea era salir más unidos y preparados para el nuevo ciclo político. Unas primarias siempre son un estrés test para cualquier partido político. Siempre digo que especialmente la cultura española que es muy apasionada, de bandos, y las primarias se viven de manera más agitada que en otros países, pero evidentemente el objetivo es llegar a una síntesis. Y eso es lo que ha hecho la asamblea de Ciudadanos. Como en todo proceso de primarias hay momentos de tensión, no vamos a negarlo, pero la asamblea ha sido ejemplar. Estuve allí y superó muchos mis expectativas.
–¿Y cómo puede afectar al partido en Cataluña?
–Estamos ilusionados y desde Cataluña estoy contenta con dos cosas: que la nueva dirección deje claro que ni tutelas ni tu tías, que la marca no está en venta, alquiler, renting o leasing. Podemos llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas, pero nunca mermando nuestras expectativas electorales. Primero vamos a las urnas, y luego a ver. Ciudadanos no se cierra a pactos, pero no haya supeditaciones. También ha dejado claro que los territorios tendrán mucha más autonomía, no se lanzarán consignas desde Madrid contrariando la realidad territorial. Esto es importante para Ciudadanos en Cataluña, que afronta unos retos distintos a los de otros territorios. Necesitamos manos libres para hacer lo que creamos más conveniente para el proyecto.
–Eso quiere decir, que esa unidad del constitucionalismo que se ha pedido, una candidatura conjunta para maximizar votos, ¿la rechaza?
–La verdadera unidad del constitucionalismo es la del votante, no de la poltrona o el escaño. Llevo ya muchos años en esto, antes como analista de la política, y he podido ver que pasamos de que el constitucionalismo era bien escaso en Cataluña, un lujo, o algo casi clandestino, a algo que de repente, cuando se percibe que los votantes están hambrientos de que alguien les defienda para que no les metan más ‘procés’ por el embudo, para que no haya catalanes de primera o de segunda, de repente, todo el mundo quiere ser constitucionalista, incluso los que lo habían dejado de ser.
Unidad del constitucionalisnmo
–¿A quién se refiere?
–Me hace mucha gracia ver al señor Sirera diciendo que el PP es la única fuerza constitucionalista con capacidad real para entrar al ayuntamiento. Sin prejuzgar los resultados, que primero hay que votar, el constitucionalismo del PP a veces recuerda la luz intermitente. Por ejemplo, Ciudadanos normalizó el uso del español en el parlamento catalán. Y los primeros que osaron usar el español, que eran del PP, fueron expedientados por su propio partido, por el PP, que ahora nos vuelve a hablar de constitucionalismo amable y de catalanismo cordial. Y todavía no se nos ha olvidado el Pacto del Majestic. Y qué voy a contar del Partido Socialista, que ahora mismo, quien toma las decisiones de indultar o no indultar, de hacer códigos penales a la carta del separatismo, no actúa como si el constitucionalismo fuera la prioridad. Y hay otros partidos que intentan ahora abrirse un hueco. Y sin pecar de petulante, la madre del cordero constitucionalista en Cataluña es Ciudadanos, y todas las operaciones políticas que hayan pasado por intentar debilitar a Ciudadanos, por intentar captar gente de C’s, matar a Ciudadanos, para ponerse ellos, no pueden pensar en ser la verdadera unidad del constitucionalismo. Es decir, tú no intentas salvar la vida del niño matando a la madre. Por eso hay que lograr que todo el constitucionalismo unido vote. Y eso lo vimos en 2017 cuando ganó Inés Arrimadas las elecciones. Se vio esperanza. Nosotros estamos dispuestos a reunificar el constitucionalismo.
–Hablaba antes de situaciones turbulentas en Ciudadanos, como la que se ha vivido en Barcelona. Había una candidata, Luz Guilarte, y por problemas internos, renunció. Al final tenemos a Anna Grau, por ahora como precandidata.
–Confío en obtener la confianza de mis compañeros porque en los últimos tiempos me han hecho varios regalos de confianza. Por un lado, y para mi gran sorpresa, fui la compromisaria nacional más votada en toda España para la Asamblea General y también para entrar al Consejo General. No es tanto por mí, sino porque los compañeros ven que busco una unidad. Y la unidad en un proyecto político es muy importante. Creo que parte de los problemas internos que ha tenido Ciudadanos, a nivel nacional, en el grupo parlamentario en el Congreso o en el ayuntamiento de Barcelona, tienen que ver con esos cañonazos que vienen de fuera, porque Ciudadanos da miedo, es la china en el zapato de todo el mundo.
Riesgo en Cs
–¿Y cómo tomó la decisión de dar el paso, del Parlamento catalán a la política municipal?
–Hace falta. Yo no tomo decisiones políticas en función de un cálculo oportunista personal. Yo rechacé hace años entrar en Ciudadanos porque mis circunstancias familiares no eran compatibles con la dedicación política. Me afilié en noviembre de 2019, entré en política activa como candidata en 2021, que las perspectivas no eran las mejores. Y ahora he dado un paso sabiendo que hay un riesgo, que el partido no está en su mejor momento, y que las cosas pueden salir bien, mal o regular. Pero cuando creo que se me necesita, no doy la espalda.
–¿Qué ofrece a los votantes?
–Yo he estado en el comité de campaña de la anterior candidata y la llevo tiempo colaborando en la política municipal. Pero un problema que he detectado es que hay una especie de extraño telón de acero entre el municipalismo y el resto de las instituciones políticas. Se piensa que el municipalismo trata sólo de estar pendiente de lo más concreto y básico, y no levantar la cabeza del suelo de las 'superillas'; y, en cambio, hacer política nacional es no saber qué cuesta una T-casual. No. es importante desenredar la telaraña invisible que comunica todas las instituciones, y más en el caso de Barcelona.
–¿Como por ejemplo?
–En este Parlament se toman muchas decisiones que afectan a la ciudad de Barcelona, se incumplen muchas promesas, que luego repercuten en la ciudad, y al revés. Por ejemplo, si la Generalitat pagara la deuda que tiene con el ayuntamiento, a lo mejor podríamos hacer algunos de los planes que tengo, como 100 millones más en seguridad para pasar de 3.200 agentes a 4.500 y sobre todo, que den una respuesta rápida. O meter 100 millones más para el contrato de limpieza, y si tenemos que desratizar y hacer algo más que no sea pasar sólo el plumero, sino limpiar a fondo la ciudad habrá que gastarse el dinero. Quiero echar a Ada Colau.
Colau ha convertido Barcelona en un parque temático bolivariano y hace todo lo que se le ocurre a efectos de propaganda
–Bueno, la alcaldesa parece que sí tiene un plan, que es el de expulsar el coche privado de la ciudad.
–En Barcelona está el Plan Cerdà y sobre ese plan se puede trabajar. Si soy alcaldesa no habrá ni una 'superilla' más, y todas las que hay, las revisamos y las revertimos. Y mira, esta gente que es tan aficionada a los referéndums, pues se hace una consulta popular. Las 'superillas' es como el procés a escala municipal. Algún vecino estará contento, pero no tienen en cuenta cómo piensa al conjunto de la ciudad, o cómo afecta a la movilidad en general, también de la gente que viene de fuera, o que entra y sale. Pero a ver, carecemos de urbanismo estratégico. Colau ha convertido Barcelona en un parque temático bolivariano y hace todo lo que se le ocurre a efectos de propaganda, y no lo contrastan con urbanismo a escala humana y adaptado a las necesidades de las personas. Si hasta gente progre está hasta el gorro de Colau, aunque te lo dicen bajito. Claro, todo el mundo está harto de Colau, pero le votan presupuestos, cambian cromos, o cogobiernan con ella, como hace el señor Collboni.
–Parece que Jaume Collboni marca distancias ahora con Colau.
–Collboni lo hace como que no se note. Y luego está el señor Trias, que intenta erigirse como alternativa. Pero él representando al sector al que representa… a ver, los problemas de seguridad y la juerga okupa viene de la indulgencia de Trias con Can Vies. No tengo ningún complejo en darle la vuelta a lo que ha hecho Colau, y no me considero una facha peligrosa por eso, sino una ciudadana responsable.
Hay muchos medios que se dedican a hacer la campaña a cierta gente, como la señora Ana Pastor, que parece que se dedica a hacer la campaña a Colau
–Las encuestas que se han conocido de varios medios, han promocionado a diferentes candidatos, y reflejan la posibilidad de que ganen Collboni, Trias, o Maragall.
–Las encuestas son cada vez más ineficaces, porque cada vez hay más partidos, los escenarios son más volátiles, y los márgenes de error son importantes. Pediría a los medios de comunicación un mínimo de seriedad en el manejo de estos datos. Pero me encuentro con que hay muchos medios que se dedican a hacer la campaña a cierta gente, como la señora Ana Pastor, que parece que se dedica a hacer la campaña a Colau. Yo critiqué los incumplimientos de la alcaldesa sobre vivienda, di los datos compactados y me los rebatieron. Prometió ocho mil viviendas, de las que creó un 20 %, y lo ha hecho de aquella manera: imponer a los promotores privados un 30 % de vivienda de protección oficial; edificios que el ayuntamiento ha rehabilitado o que ha comprado, a veces a 200.000 euros la vivienda, casi a precio de mercado; o escenarios indignos como contenedores calificados de vivienda. Incluso así, con este 'poti-poti', la señora Colau ha puesto sobre la mesa menos del 20 % de lo prometido, unas 1.400 viviendas. Y claro, me acusan de ser engañosa a mí, y no las promesas electorales de Colau. Si tienes que hacer campaña electoral contra medios de comunicación tan poderosos que trabajan para unas determinadas ideas y que les da igual y no verifican las promesas electorales, así no llegamos a ningún lado. Estas cosas no me impresionan, pero últimamente se está saliendo de madre. Una cosa es tener sesgo informativo y otra, no tener vergüenza.
No a todo de Colau
–Bueno, pues espérese, porque el consejero de Territorio nos ha sorprendido con la brillante idea de quitar las líneas low cost de El Prat. En vez de ampliar aeropuerto, reduces los vuelos. A él le debe parecer fantástico mandar viajeros a Girona y Reus. Que está bien para dinamizar esos aeropuertos, pero no para desguarnecer al Prat. A ver, o nos creemos que El Prat es un hub, o no nos lo creemos. Aquí vamos de ocurrencia en ocurrencia y no hay plan estratégico, sino intereses cortoplacistas de las diferentes instituciones. La señora Colau destaca por su populismo, por su urbanismo bolivariano. Ella interpreta que al ser alcaldesa le han reglado una ciudad para jugar y poner en marcha todas sus fantasías. Todos las tenemos, pero no lo puedes hacer sin más. Como en el caso de los okupas. Claro que me preocupa que haya familias desahuciadas, en la Barcelona de Colau la exclusión también afecta más a las clases medias. Lo que no puede ser es no tener ningún plan. Dice que no a todo y sí a la propaganda. Les regala dinero a los okupas de la casa de los 'Tres Lliris', les da 40 mil euros para hacer sus compras, ir a Ikea y decorar su casita okupa; da 80.000 euros más a la asociación de exmanteros, que está bien, pero no puede ser que dejes tirados al pequeño comercio. Y es un comercio heroico, con esos impuestos tan latos. No le deben nada al actual ayuntamiento.
–¿Y el turismo? Se apuesta por el de calidad, pero todas las medidas que toma Colau consiguen el efecto contrario.
–Claro, si dices no al Hermitage, no a los cruceros, no a esto, no a lo otro y no te gastas ni un duro en Policía… Mire, acabo de llegar y en cuestión de tres meses ya me entraron a robar en mi casa y presencié como un señor que estaba tomando un café en el Born, una persona con patinete le quitaba el reloj de la muñeca. Y la madre de una amiga mía aún está hospitalizada a raíz de que le intentaran robar el bolso. Este panorama no atrae el turismo de calidad. Creo que Colau ha confundido Barcelona con una casa de muñecas que ella tiene y no funciona así. Pero hacer política bien hecha, planificada, no te permite tener estos impactos de ocurrencia, tener voto cautivo, entidades afines, subvencionar chiringuitos, o llevar a cabo campañas judeófobas, como la campaña para romper el hermanamiento con Tel Aviv. Todo esto es impropio de una gran ciudad como Barcelona.
El debate de la lengua
–Colau también entra ahora de pleno en el debate de la lengua. E incluso tiene un plan para potenciar el catalán, que dice ella, o arrinconar al español, según se vea.
–Ella no tiene un plan. Ella tiene mala idea. Todos los ataques al bilingüismo son intolerables. Pero Barcelona es la gran capital bilingüe de España, el rompeolas del boom latinoamericano, cuando está a full es un faro de modernidad. Embarcar a Barcelona y someterla a esta catetada monolingüe del procés es hacer un daño inmenso a la economía, al sentimiento y a la ciudad. Y no lo vamos a permitir. No sólo en Barcelona, sino en toda el área metropolitana. Seguramente lanzaremos una iniciativa en varios ayuntamientos del AMB, con entidades civiles que trabajan en este ámbito. Pero el partido político que se ha partido la cara por el español ha sido Ciutadans. Sin él no se hablaría español en el Parlament. el PP y el Partido Socialista se apuntan cuando todo está hecho.
–Sin lugar a dudas uno de los temas de actualidad de los últimos días son las propuestas de Vox en Castilla y León en defensa de la vida. ¿Qué les parece?
–Me parece increíble que a estas alturas alguien crea que se está en contra del derecho a la familia, o a la vida, nadie está en contra de que nazcan niños. Yo creo que muchas mujeres que abortan lo hacen con el dolor de su corazón. Que se deje de frivolizar con estos temas. El derecho al aborto es trágico. Nadie va a abortar alegremente, pero son decisiones de fuerza mayor. El derecho a la vida se potencia ayudando a las madres. Tenemos unas de las natalidades más bajas de Europa y del primer mundo. Y no creo que se deba sólo a las personas que abortan, sino también a las que no se atreven a planificar tener una familia, porque no saben cómo van a poder mantener a sus hijos. Y ahí se demuestra la apuesta por la vida, no amenazando a personas que, muy a su pesar, se ven obligadas a tomar una medida extrema como el aborto. Y Vox hace esto no pensando en el derecho a la vida, sino que cuenta que se queda fuera de los grandes debates políticos de España, que no va a conseguir condicionar la política española como le gustaría y tira de fondo de fondo de armario estridente y populista, porque esto es populismo.