Miriam Nogueras, en una imagen de archivo dentro del Congreso de los DiputadosEFE

El perfil

Míriam Nogueras: ocho años viviendo de un país al que desprecia

La portavoz de Junts percibe un sueldo público cercano a los 120.000 euros al año. Comenzó su carrera política como concejal de Cardedeu y ha hecho de la radicalidad su 'modus vivendi'

Una de las cosas que trajo la nueva política, y los exponentes del 15-M que ya peinan canas, fue una generación de diputados abiertamente contrarios (cuando no beligerantes) a la nación que tan generosamente les paga. Siempre hubo diputados independentistas, pero nunca hubo un desprecio hacia la cortesía parlamentaria como el que se vive en la actualidad.

Este martes Míriam Nogueras (Dosrius, Barcelona, 1980) apartó la bandera de España de la sala de prensa del Congreso de los Diputados porque «estaba muy cerca», pero mantuvo la europea alegando que «queda muy chula» y le representa «mucho más» que la primera.

Percibe 117.698,84 euros anuales, una cantidad solo al alcance del 4 % de la población española, según Hacienda

Nogueras nació en un municipio de apenas 5.000 habitantes y en el entorno de una familia burguesa. Se formó como empresaria y en su currículum del Congreso aparece como «emprendedora» y copropietaria de una empresa de nueva creación del sector textil, especializada en hilaturas. Casada en régimen de separación de bienes y madre de dos hijos, comenzó su carrera política en 2015 como concejala del Ayuntamiento de Cardedeu. Por entonces figuraba en las listas de Convergencia Democrática de Cataluña y, desde entonces, ha militado en todas sus variantes y escisiones posteriores, hijas de la corrupción y de las puñaladas traperas dentro del separatismo.

Al final, entre sigla y sigla, Míriam Nogueras se ha asentado en el Congreso de los Diputados, donde acumula ya cuatro legislaturas. Suma en total ocho años viviendo del Estado al que desprecia y percibe 117.698,84 euros anuales, una cantidad solo al alcance del 4 % de la población española, según datos de la Agencia Tributaria.

Míriam Nogueras (derecha) con la imputada Laura Borrás

La diputada tiene hoy, fruto de la debilidad de Pedro Sánchez, un sitio en la comisión de secretos oficiales. Es la eterna contradicción: odiar a España pero metida hasta la cintura en las instituciones, donde se vive bastante mejor que comerciando con hilo del Ebro para arriba.

La degeneración del parlamentarismo patrio –entre sus grandes hitos figura la frase «El Estado español es un nido de corruptos analfabetos y fascistas»– es un fenómeno relativamente reciente, impulsado seguramente por años de abandono educativo y las redes sociales.

Odiar «Madrit»

A comienzos de los años 2000, cuando aún no había Twitter ni necesidad de epatar en internet, llegó a Madrid Joan Puigcercós, parlamentario que acabó presidiendo ERC entre 2008 y 2011. Tenía por entonces 34 años y debutaba en el Congreso como diputado raso por Barcelona.

De allí llegó convencido de que la capital era una caverna donde se conspiraba contra Cataluña. Pronto descubrió que el Espanya en roba era una ficción: salía por las noches, hizo amistades y conoció restaurantes. Comprobó en definitiva que en Madrid a nadie le preguntan de dónde viene ni a quién vota. Cuatro años después, comentó a algún periodista que nunca más podría odiar «Madrit».

No sabemos si Nogueras gasta parte de los 1.959 euros que recibe cada mes en concepto de dietas dentro de alguno de los restaurantes de la capital. O si se mezcla en sus ratos libres con gente al margen de la matraca independentista. Pero lo que sí es demostrable es que ha hecho del odio a España un lucrativo 'modus vivendi'.