Pedro Sánchez y Pere Aragonés, en la MoncloaEFE

Cataluña

Kitchen resucita transformada en Operación Cataluña para auxiliar a Pedro Sánchez

El independentismo catalán utiliza ahora a la justicia para blanquear sus casos de corrupción

El Congreso abrirá una comisión de investigación sobre el caso Kitchen, que afecta a exdirigentes del PP por temas iniciados hace más de diez años. Mientras, niega otra sobre el caso Mediador, donde está implicado el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo por asuntos muy recientes.

Hace pocos días el juzgado de instrucción número 13 de Madrid admitió a trámite una querella del expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, quien estuvo en prisión preventiva durante dos años, para luego ser liberado sin cargos. El juez considera que existen indicios de organización criminal que podrían afectar al comisario jubilado Villarejo y podrían llegar hasta el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz.

Tras la aceptación a trámite de la demanda en los juzgados de Plaza Castilla, un alud de dirigentes y empresarios vinculados al mundo independentista, como el exconseller Jaume Giro, han anunciado la presentación de otras demandas. Las casualidades no existen, pero son como la inspiración para Picasso: por si acaso, mejor que te pillen trabajando.

La paradoja que es que el independentismo, que lleva años acusando a la justicia de cómplice con las «cloacas del estado» y que siempre habla de persecución judicial, ahora se aferra a la justicia para acelerar el proceso de blanqueamiento de su proceder corrupto durante décadas; y que ha quedado demostrado en multitud de sentencias como la del Caso Palau, el de las ITV que afecto un hijo de Pujol, o el caso Pretoria que afecto a la mano derecha de Pujol, Macia Alavedra.

Caso Cataluña

En medio de la tormenta por el caso Tito Berni y la crisis de la coalición de gobierno, el caso Kitchen se transforma en caso Cataluña y los medios de comunicación catalanes empiezan a publicar todo tipo de tropelías cometidas desde 2012 con supuestas invenciones de pruebas falsas para incriminar a dirigentes independentistas y frenar el proceso independentista catalán.

A raíz de las informaciones publicadas, el independentismo empieza a golpearse en el pecho y a difundir su tesis: «sin guerra sucia habríamos logrado la independencia». Pero el caso Kitchen, o Cataluña, como se le quiera llamar, tiene dos derivadas más importantes que la nostalgia sobre como podría haber acabado el procés.

La primera es la eliminación a ojos de la opinión pública de toda culpa del independentismo. Desde las terminales mediáticas separatistas se clama por rehabilitar a Pujol y se afirma que fue un error que reconociera que tenía dinero en Andorra. Incluso, se niega tal realidad y se especula con fue la guerra sucia y no la corrupción o los errores políticos lo que llevaron a la desaparición de Convergencia Democrática de Cataluña. En poco tiempo es posible que veamos actos de reparación al estilo aurresku vasco a Artur Mas y otros dirigentes nacionalistas.

Poco importa que las informaciones publicadas hasta ahora revelen hasta qué punto el independentismo gobernante era corrupto o cuales eran las relaciones entre corruptores y corrompidos. Javier de la Rosa, según ha publicado La Vanguardia, se mostró dispuesto a colaborar con Villarejo por dinero y por vengarse de la familia Pujol, que considera que le dejaron tirado.

La segunda deriva es la fundamental. En Cataluña no se habla de Tito Berni, ni de la Ley del 'sí es sí', en la que ERC es un firme aliado de Podemos; las portadas de los principales medios las copan desde hace más de una semana el caso Cataluña.

Alianza del PSOE y el independentismo

El hilo argumental es diáfano: una serie de personas, que tienen en común su proximidad al independentismo o a instituciones y empresas cercanas al independentismo, han sufrido extorsión y chantaje por parte del Estado español. Esta extorsión, llevada a cabo según se publica por el comisario Villarejo por orden de Moncloa y el Ministerio de Interior en los años de gobierno de Rajoy, se ha basado en la invención de pruebas falsa que demostrarían que eran personas corruptas y así se desprestigiaba el proceso separatista.

El PSOE y Moncloa han recibido estas publicaciones con alborozo, incluso hay quien afirma que han sido decisivos para su publicación aportando datos e información procedente de los archivos de las «cloacas del Estado». Sánchez sabe que necesita a Cataluña para mantenerse en el poder. Y eso pasa por obtener un buen resultado en una comunidad que aporta 48 de los 350 diputados al Congreso. Y también porque el PP y Vox se mantengan en un tono bajo en las cuatro provincias catalanas, donde en tres de ellas no tiene representación parlamentaria.

La operación Cataluña, la alianza del PSOE con los ahora victimizados separatistas y la criminalización de sus adversarios del PP a ojos de la sociedad catalana son para Pedro Sánchez grandes noticias… Y las causalidades si existen. Como la inspiración, al equipo monclovita le pillaron trabajando.