Clara Ponsatí, a su llegada a BarcelonaEFE

Cataluña

La fugaz visita a España de Clara Ponsatí incomoda a ERC y pretende tapar la sentencia contra Laura Borrás

La prófuga de la justicia planeó hasta el más mínimo detalle su regreso al territorio español

La visita fugaz visita a España de Clara Ponsatí, eurodiputada y prófuga de la justicia, estuvo planeada hasta el más mínimo detalle. La fecha lejos de haber sido elegida al azar tenía dos motivos. El primero es que su traslado a dependencias judiciales se realizó el día antes de un pleno del Parlamento Europeo, lo que le permitió poder intervenir de forma victimista al día siguiente. El segundo es que sucede 48 horas antes de que el juez dicte sentencia contra la presidenta de su partido, Laura Borrás, juzgada por fraccionamiento de contratos; y por lo tanto se enfrenta a una petición de veintiún años de inhabilitación, seis de cárcel y multa de 144.000 euros.

Ponsatí planeó su regreso a España como un reality televisivo. Grabó su cruce en coche de frontera por la Junquera y luego convocó a los medios de comunicación para que la acompañaran en un paseo por el centro de Barcelona en dirección a la sede de la oficina europea de Junts, en el Borne.

Rodeada de prensa y escoltada por su abogado –el condenado por colaboración con ETA y encausado por blanqueo de capitales para Sito Miñanco, Gonzalo Boye– Ponsatí fue requerida a acudir a la ciudad de la justicia a declarar por un Mosso D’Esquadra no uniformado. Previamente se había pactado el momento y lugar de la intervención que prácticamente fue retransmitida en directo entre sonrisas y amabilidades.

Pinchazo de público

En la puerta de la ciudad de la justicia esperaban diversos cargos de Junts. Xavier Trias, candidato de Puigdemont a la Alcaldía de Barcelona, a través de sus redes sociales dio la bienvenida a Ponsatí «en su regreso a Cataluña». Asimismo, poco más de 200 personas se congregaron para esperar la salida de la europarlamentaria y exconsejera de enseñanza de los juzgados.

La poca capacidad de convocatoria y el pinchazo de público sorprendió al entorno de Junts, que había planificado el fugaz regreso de menos de 24 horas de Ponsatí a Barcelona como un acto de inicio de campaña electoral y sobre todo como una forma de incomodar a ERC. Su objetivo de cortar la Gran Vía, una de las grandes arterias de acceso a Barcelona desde el aeropuerto de el Prat, quedó frustrado.

Imagen de los independentistas cortando la Gran Vía, Barcelona

Los dardos de Junts no solo se dirigieron, de forma previsible, hacía el «Estado español» por lo que consideraban «una detención ilegal al contar –según Junts– con inmunidad parlamentaria», sino que uno de los objetivos del paseo por Barcelona de Ponsatí era poner de manifiesto que el Gobierno catalán, en manos de ERC competidor y adversario de Junts, colaboraba con Pablo Llarena y la Justicia «española» al proceder a detener a Ponsatí. Uno de los ejes de campaña de Junts es denunciar la connivencia entre Pedro Sánchez y ERC, colaboración que desde Junts es presentada como una traición al proceso separatista.

Tensión entre independentistas

A lo largo de la tarde de ayer se creó tal tensión entre Junts y ERC que el consejero de Interior, el exsocialista, Joan Igansi Elena, tuvo que dar una precipitada rueda de prensa afirmando que «los mossos actuaban como policía judicial obligados», pero que «desde el Gobierno catalán no se compartía la orden judicial de detención».

La actuación estaba tan planificada que de forma simultánea a su detención desde la oficina de Clara Ponsatí, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, se envió un mail a todos los eurodiputados que empezaba diciendo: «si lees este mail es que he sido detenida ilegalmente».

En el pleno de la Eurocámara celebrado el miércoles 29 Ponsatí pidió la palabra para atacar a la presidenta del mismo, la maltesa Roberta Metsola (PPE), acusándola de «no haber defendido su inmunidad». Su intervención ha sido contestada por Jordi Cañas, parlamentario europeo de Cs, y Dolors Montserrat (PP), ambos catalanes como Ponsatí. Por su parte, Diana Riba, de ERC, ha realizado una breve intervención de apoyo a Ponsatí.