El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, Daniel SireraEFE

Cataluña

El PP insiste en que podría apoyar un gobierno del PSC en Barcelona si excluye a Colau

Daniel Sirera ha vuelto a apuntar esta mañana la posibilidad de que, para evitar que gobierne el independentista Xavier Trias, apoye a Collboni siempre que garantice que no pactará con los comunes

A dos días de que se constituya el Ayuntamiento de Barcelona, el candidato del Partido Popular en la Ciudad Condal, Daniel Sirera, ha vuelto a abrir la puerta a la posibilidad de votar a favor del socialista Jaume Collboni siempre que este le garantice que en el Gobierno municipal no entraría Ada Colau ni habría ningún pacto con los comunes ni para la investidura ni después.

«Deberían darme garantías de que después de las elecciones generales, no me encuentro a los de Ada Colau en el gobierno municipal», ha señalado esta mañana en una entrevista en Rac-1, donde ha incidido en que «no regalamos votos a nadie», ni a Collboni ni a ningún otro candidato.

Lo ha expresado en línea con sus declaraciones de la semana pasada, en las que pedía al PSC explorar la vía de formar un gobierno «constitucionalista» para evitar que gobierne el candidato de Junts, Xavier Trias, y que como condición en ese Ejecutivo municipal no entrara la alcaldesa saliente, Ada Colau.

Y también ha reforzado esta idea el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, quien en una entrevista en RTVE «ha reconocido que Collboni y Sirera están manteniendo conversaciones para llegar a un acuerdo “sensato» en Barcelona. En este sentido, ha defendido que «todos tienen que ceder un poco». Aunque eso sí, ha dejado claro que hacer alcalde a alguien del PSC «no es un placer», pero aún así, cree que es mejor opción tener un gobierno constitucionalista en la capital catalana antes que otro independentista «para evitar el riesgo de que Waterloo gobierne Barcelona».

Y una prueba de que esas conversaciones pueden existir, son las consideraciones de la portavoz del PSC en estas negociaciones, Laia Bonet. Asegura que «no se entendería» que los comunes no actuaran «con la misma generosidad» que los socialistas tuvieron en 2015 y 2019 y que «hizo posible dos investiduras de Ada Colau sin ni siquiera haber dibujado un pacto de gobierno». Es decir, lo que piden los socialistas a los comunes es que les apoyen en la investidura para frenar a Xavier Trias, pero sin ofrecerles nada a cambio, ninguna consejería. Y es que es eso lo que pide el PP de Sirera, que Ada Colau no esté en el ejecutivo municipal.

Collboni mantiene todas las opciones abiertas, conscientes de que está ante su última oportunidad para ser alcalde, aunque lo tiene muy difícil. El socialista ha intentando impulsar un gobierno tripartito, con ERC y comunes. Pero aquí se ha topado especialmente con la resistencia de los republicanos, que no están por la labor. Y en el caso de la opción del PP, para que Collboni fuera investido alcalde, necesitaría, además de los votos del PP, el apoyo de los comunes. Y Ada Colau tampoco está por la labor de facilitar un pacto de estas características, sobre todo si el PP está en la ecuación.

Y en cualquier caso, luego estaría por ver cómo Collboni podría gestionar el día a día de la ciudad, teniendo en cuenta que los socialistas sólo tienen diez concejales, y la mayoría absoluta está en 21. Recordemos que el ganador de las elecciones, Xavier Trias, consiguió 11 concejales; el PSC, 10; los comunes, 9; ERC 5; PP, 4 y Vox, 2. Teniendo en cuenta este reparto, hay muchas opciones abiertas.

Todas las opciones abiertas

La que parece más probable ahora es un gobierno de Trias en solitario. También se baraja la opción de un entendimiento entre Junts y ERC, que también quedaría lejos de la mayoría absoluta. Otra posibilidad es un tripartito de izquierdas, aunque con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina, se aventura muy difícil; y también está la opción de la llamada 'sociovergencia', que quedaría también descartada hasta después de los comicios.

En estas últimas horas se están acelerando las conversaciones y los encuentros. Y es que la celebración del pleno este 17 de junio ha estado en el aire, pendiente de la decisión de Vox, de si impulsaba un contencioso-administrativo que podría haber retrasado ese pleno de investidura al 7 de julio. Vox estaba pendiente de la resolución de la Junta Electoral Central sobre su segundo recurso en el que pedía que se revisara el voto nulo. El organismo rechazó el recurso de la formación, pero Vox finalmente ha descartado emprender acciones judiciales.