
Disturbios provocados por jóvenes violentos que se enfrentaron a la policía en Molins
Cataluña
Los sindicatos de Mossos piden una «reflexión de la sociedad y de la Generalitat» para no acabar como Suecia o Francia
Desde USPAC lamentan que la administración prefiere ponerse «la venda en los ojos» ante el problema de inseguridad que hay en Cataluña
No es la primera vez que sucede y si se sigue en esta línea, la situación sólo ir a peor. Es lo que denuncian los sindicatos de Mossos, que ven cómo una y otra vez son objeto de ataques por parte de jóvenes que provocan disturbios; o incluso se ven superados en número por los atacantes, por operativos mal planificados y escasos.
Y a todo estoy hay que añadir, dicen, una situación muy complicada desde el punto de vista de la seguridad, donde los incidentes con arma blanca o las agresiones sexuales están a la orden del día. La sociedad, pero también la clase política y las administraciones, aseguran, tendrían que hacer una reflexión sobre esta situación.
Los sindicatos se referían a lo ocurrido este fin de semana en Molins de Rei (Barcelona) cuando, tras un concierto de fiesta mayor, un grupo de jóvenes, algunos de ellos extranjeros, provocaron graves disturbios: se enfrentaron primero a la policía local, luego a los Mossos, por lo que tuvieron que acudir unidades ARRO y BRIMO; pero también quemaron mobiliario urbano y destrozaron comercios, entre ellos, un concesionario de coches. Los agentes se vieron claramente superados.
Los sindicatos SAP y SME denuncian el operativo que se montó este fin de semana, porque inicialmente sólo se destinó una unidad ARRO para defender unas instalaciones policiales, y dos agentes resultaron heridos. Ante la situación, porque ya se les estaba yendo de las manos, tuvieron que llamar a otras unidades de orden público, algunas incluso procedentes de Barcelona.En la misma línea se ha pronunciado el portavoz del sindicato USPAC, Albert Palacios: «siempre se pueden hacer las cosas mejores, pero los efectivos son los que son. Y la comisaría de Sant Feliu apenas tiene dos patrullas para toda la demarcación. Y claro, hace daño la imagen de una persona subida en un vehículo policial».
Y no es la primera vez que ocurre una situación así. Hace un par de años, también durante las fiestas de Tiana, un grupo de jóvenes provocó incidentes, pero lo que más daño hizo al cuerpo de Mossos son las imágenes de varios agentes de la policía autonómica, pero también municipal, corriendo para liberarse de ese grupo que pretendía agredirles.
Pero ya no es sólo que los dispositivos estén mal planificados o que falten agentes en las calles y no tengan material adecuado. El problema, dicen los sindicatos, es la situación de falta de seguridad que hay en Cataluña. «Una pelea entre dos clientes de un bar de Figueres acaba con uno de ellos apuñalado»; «Investigan la muerte de un joven que llegó herido al Hospital de Vilafranca del Penedès»; «Una salvaje pelea a navajazos acaba con cuatro heridos en las calles de Vic». Estos son sólo algunos de los titulares que se han podido leer en la prensa este fin de semana. Son incidentes violentos que han tenido lugar este sábado y domingo.
Pero tampoco hay que irse mucho más allá, sólo unos días, el 23 de septiembre, para encontrar una batalla campal entre un grupo de dominicanos y marroquíes en el centro de Manresa; también algunos jóvenes de origen magrebí se dedicaron a tirar piedras contra los cristales de autocares que estaban en la estación de Manresa; y en Barcelona, en la segunda noche de las fiestas de la Mercè, seis personas resultaron apuñadas y 19 fueron detenidas tras una pelea que tuvo lugar poco después de que finalizaran los conciertos en la zona de la playa del Bogatell. Las fiestas de la Mercè que, por otro lado, se han convertido en noticia durante los últimos años también por la actuación violenta de grupos de jóvenes que se han enfrentado a la policía.
¿Qué es lo que está pasando? SAP y SME consideran que «la sociedad y la clase política en general y el Gobierno de Cataluña en particular tienen que hacer una reflexión muy serio sobre lo que, de forma demasiado frecuente, está pasando en Cataluña». Por eso piden que este tipo de situaciones no se consideren como anécdotas, porque no sólo pone en riesgo la integridad de los efectivos policiales que actúan, sino que afecta a la imagen de Cataluña y a sus ciudadanos, aseguran.
El ejemplo de Suecia o Francia
Más contundente se muestra Albert Palacios: «es el pez que se muerde la cola. Faltan efectivos policiales, hay una pérdida clara de autoridad por parte de la policía, las administraciones no apoyan y no se quiere atacar el problema de raíz». Palacio dice que desde algunos ámbitos se apuesta por la educación como solución a este panorama. «¿En este tipo de actos la educación es la solución? Pues vamos mal y esto irá a peor».
Para el portavoz de USPAC sólo hay que mirar a Suecia y a Francia para saber lo que tarde o temprano puede suceder en Cataluña. Recordaba que el país nórdico ya se ha decidido sacar al Ejército a la calle «por la inseguridad, la violencia, porque hay barrios que la policía ni se acercan porque no pueden. Y en Francia también tienen problemas de delincuencia y de violencia grandes. Y teniendo estos ejemplos, aquí se ponen la venda en los ojos y no quieren ver hacia qué camino vamos».
El caso de Morad
No es sólo las situaciones de violencia que se repiten a menudo y en cualquier parte de Cataluña, no sólo en Barcelona, sino que, en algunos casos, hay barrios en los que la policía no tiene fácil acceder. Es el caso del barrio de La Florida, en Hospitalet de Llobregat, y que es territorio del rapero Morad, aunque una juez le prohibió entrar. Y es que presuntamente incitó y pagó a un grupo de jóvenes para que provocaron desórdenes públicos. De hecho, quemaron dos coches y dos contenedores en la zona de los Blocs. Pero la Fiscalía también pide para Morad seis años de prisión por atacar él con una pistola «Taser» a los agentes de los Mossos durante el toque de queda nocturno por la pandemia, en julio de 2021.
Aunque el rapero ha tenido otros encontronazos con los Mossos por el control del barrio. El año pasado, tuvieron que personarse unidades de orden público a La Florida. La policía fue recibida con lanzamiento de objetos y huevos. La versión de Morad es que intentaba defender a unos menores del barrio a los que había agredido un agente. La policía asegura que los amigos del cantante empezaron a increpar a los agentes, en especial a una mossa por el siempre hecho de ser mujer. Fue entonces cuando el agente se bajó del coche y les avisó de que serían denunciados por una falta de respeto a l autoridad. Esta situación provocó que un centenar de personas, afines a Morad, le rodearan para increparle. Y de ahí que tuvieran que acudir ARRO y BRIMO.
Para Albert Palacio, la ciudadanía también tendría que decir «basta», porque en ello le va «su seguridad, la de sus hijos y la de las futuras generaciones». Y lamenta el desamparo absoluto con el que se encuentran los Mossos por parte del departamento de Interior en concreto, pero de la Generalitat en general. El portavoz de USPAC ha recordado que cuando se produce alguna mala actuación, como el caso reciente de seis agentes que fueron expulsados por llamar «negro de mierda» a un joven en Sant Feliu Sasserres, «en seguida sale toda la cúpula diciendo que hay que echarlos del cuerpo. Pero cuando un mosso es agredido y herido o denunciamos falta de material, aquí no habla ni el tato».
Los Menas
Y Palacio pone el dedo en la llaga, la situación de los llamados Menas, menores extranjeros no acompañados. Por hablar de esta cuestión, recuerda, el departamento ya le ha abierto una información reservada. Pero asegura que «tenemos un problema» con estos jóvenes. Es la administración, dice, la que tiene que poner las herramientas para que se integren y no delincan. Pero también pide que se tomen medidas si esto no sucede, «porque lo que no se puede hacer es silenciar los hechos o no querer admitirlo, porque aquí acabará pasando como en Francia o Suecia. Y ya no es sólo Barcelona, sino que puede suceder en cualquier pueblo de Cataluña. porque la violencia ya está instaurada y se creen impunes».
Ante esta situación, Palacio lamenta que la apuesta del Departamento de Interior sea el «paripé del Parlament», esa comisión parlamentaria para debatir y analizar el nuevo modelo policial. Lo que necesita ese modelo, asegura este agente, es «más recursos, más formación, mas vehículos y agentes en las calles y más herramientas. Pero se hace todo lo contrario. Y, además, no hay apoyo, se ha perdido el principio de autoridad de la policía».