El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en una foto de archivoEFE / David Borrat

El laberinto catalán

Dos empresas abandonan diariamente Cataluña, el peor dato de salidas desde 2017

La combinación de una alta fiscalidad y un poder absoluto del independentismo hace que los expertos consideren lógico que 2023 presente un dato elevado de fugas y auguran que 2024 mantendrá esa tendencia al alza

Tanto el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Josep Santacreu, como el de la patronal catalana, Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, han manifestado reiteradamente que su principal objetivo es que las empresas que se fueron de Cataluña a raíz del golpe de Estado dado por los independentistas en 2017 regresen, pero los datos hechos públicos por Registradores ponen de manifiesto que sus deseos están lejos de cumplirse.

En los nueve primeros meses del año han abandonado Cataluña 679 empresas, una media de más de dos al día, y al finalizar el año este registro superará las 800 compañías, siendo el peor dato de salida de empresas de Cataluña desde 2017, cuando fruto de la inestabilidad política y jurídica y ante el riesgo de quedarse fuera de la zona euro, 2.536 empresas salieron precipitadamente de Cataluña.

La sangría de salidas queda parcialmente compensada por la llegada de sociedades, pero desde 2017 Cataluña ha arrojado todos los años un saldo negativo con un total de 5.200 salidas y una reducción de 2.568 empresas en comparación con 2017. La pérdida de músculo empresarial catalán contrasta con el de la Comunidad de Madrid, que en el mismo período ha captado 1.750 empresas más de las que han salido de la región capitalina.

En 2023, Madrid ha equilibrado sus datos con, hasta ahora, solo 17 entradas más que salidas en los tres primeros trimestres del año. Entre los expertos consultados por El Debate se explica que tras las elecciones autonómicas de mayo ha surgido a una oferta fiscal más atractiva de otras comunidades donde gobiernos de centroderecha han sustituido a gobiernos de izquierda, lo que ha impulsado a algunas empresas a cambiar su sede de Madrid a Andalucía, Valencia o Aragón.

Estos mismos expertos exponen que si bien en 2017 la principal motivación de los empresarios para abandonar Cataluña era la inestabilidad política y el riesgo real de que se materializara la independencia, en los años posteriores la cuestión fiscal ha sido un elemento decisivo en la toma de la decisión de cambiar de enclave, junto a la lentitud administrativa y trabas burocráticas de la Generalitat de Cataluña. En este sentido, los economistas y empresarios consultados recuerdan la paralización de las obras de ampliación del aeropuerto de Barcelona, el bloqueo a la línea de muy alta tensión o los nuevos impuestos creados por la Generalitat.

La combinación de una alta fiscalidad y un poder absoluto del independentismo, sin control ni contrapeso alguno, hace que los expertos consideren lógico que 2023 presente un dato elevado de fugas y auguran que 2024 mantendrá esa tendencia al alza, más teniendo en cuenta que si en el pasado Madrid captaba el 70 o 80 % de las empresas que salían de Cataluña, ahora hay que tener en cuenta que las comunidades limítrofes a Cataluña como Baleares, Valencia y Aragón, hasta mayo en manos socialistas y de Podemos, pueden ofrecer un marco normativo y fiscal más atractivo que acelere este éxodo.