Cataluña pone en marcha un plan de enseñanza del árabe a la vez que margina el español en las aulas
La Generalitat ha llegado a un acuerdo por cuatro años con la Liga Árabe
El pasado junio, la consejera de Exteriores de la Generalitat, Meritxell Serret, viajó a Túnez donde participó en la cumbre de la Organización Educativa, Cultural y Científica de la Liga Árabe, ALECSO. En el marco del encuentro, que dio a conocer El Debate el 19 de junio, se firmó un documento de intenciones que afirmaba que «Cataluña es un país comprometido con la lengua y el multilingüismo». Desde la Generalitat se justificó el viaje y el acuerdo como una forma de «estrechar vínculos con los vecinos árabes».
El acuerdo entre ALECSO –en el que no participa ningún país democrático– y la Generalitat llegó la semana pasada al Parlamento catalán mediante una proposición de Vox que solicitaba anular dicho acuerdo. La propuesta del grupo encabezado por Ignacio Garriga no contó con el apoyo de ningún grupo.
Durante el debate parlamentario se dio a conocer que el documento firmado entre los árabes y Cataluña tiene vigencia por cuatro años. No deja de ser contradictorio que, por un lado, Junts haya exigido la transferencia a Cataluña de competencias exclusivas en materia inmigratoria y el Gobierno catalán ponga en marcha planes de relación bilateral con estados que en muchos casos como Marruecos, Libia o Argelia son responsables de mucha de la emigración ilegal que llega a España.
Más allá de que es de dudosa legalidad el acuerdo debido a que las comunidades autónomas no tienen competencia en política exterior, el acuerdo para el fomento del árabe en las escuelas catalanas alegando un presunto «multilingüismo» choca con la realidad: ni Cataluña es un país ni en la escuela catalana hay multilingüismo, sino un férreo sistema de inmersión lingüística en catalán.
No se puede olvidar que hace pocas semanas una delegación del Parlamento Europeo visitó Cataluña para conocer la realidad sobre la aplicación de la inmersión lingüística en los períodos de enseñanza obligatoria y los motivos por los cuales no se aplican las sentencias judiciales que obligan a la Generalitat a dar un mínimo de tres horas semanales en lengua española. Para evitar la aplicación de estas sentencias la Generalitat modificó la ley dejando en manos de cada centro el número de horas de lengua española que dé cada centro. A posteriori los centros educativos reciben instrucciones claras de limitar el español a un máximo de dos horas o a asignaturas no troncales como Religión, Ética o Educación Física.
Actualmente un niño catalán que estudie en un centro concertado o público da dos horas semanales en español y dos en inglés. El resto del horario lectivo es en lengua catalana. Entre el profesorado no hay, hasta el momento, información de cómo se plasmará en concreto la aplicación de este acuerdo para la promoción del árabe.
El pacto entre La Liga Árabe y la Generalitat se basa en la reciprocidad, o sea, que en Cataluña los niños procedentes de países árabes podrán conservar en los programas educativos su lengua y los niños catalanes que viajen a países árabes también. El acuerdo de reciprocidad es meramente formal y la aplicación, de llevarse a cabo, solo favorece a los árabes, dado que el número de inmigrantes procedentes en especial de Marruecos a Cataluña es muy elevado y, en cambio, el número de niños catalanes que se desplazan a países árabes no es significativo. Se calcula que en Cataluña hay más de un cuarto de millón de marroquíes, así como otros tantos miles procedentes de otros países árabes.