Andrea Llopart

Cataluña

Andrea Llopart: «Quizás ya no recibimos ataques tan directos, pero nos señalan sacando nuestras biografías»

La nueva presidenta de S’ha Acabat también lamenta que las universidades, especialmente la UAB, intente silenciar a la entidad

Andrea Llopart lleva poco más de un mes como presidenta de S’ha Acabat, una asociación de estudiantes universitarios en Cataluña que se ha convertido en los últimos años en centro de los ataques y de la ira del independentismo más radical. Ella ha asegurado que asume el reto con «responsabilidad y compromiso». Y se muestra especialmente orgullosa del documental que ha hecho la asociación y que hace un repaso a la trayectoria de S’ha Acabat. Ya se ha estrenado en Barcelona, y el 11 de abril se proyectará en el auditorio del Colegio Mayor San Pablo, en Madrid.

–Primero de todo, enhorabuena porque hace poquito que fue elegida nueva presidenta de S’ha Acabat. ¿Cuál es su objetivo al frente de la entidad?

–Hemos estrenado en Barcelona el documental en el que llevábamos mucho tiempo trabajando, y en el que se explica la historia de estos 5 años de actividad de S’ha Acabat. Y uno de los objetivos importantes y pilares de esta presidencia nueva es el de estrenar este documental y luego llevarlo a todos los rincones de España. De hecho, se proyectará en Madrid el 11 de abril.

También estamos en contacto con muchos concejales y profesores que lo quieren poner, tanto en sus pueblos o ciudades, como en algunos colegios. Y ese es un pilar importante. Aunque obviamente, no nos vamos a olvidar de las universidades. Esta semana hemos tenido dos carpas en dos ferias asociativas, en la Pompeu Fabra y en la Autónoma. Tenemos actos en mente que hacer, porque es importante también atraer a gente que acaba de empezar en la universidad a nuestra asociación. Y al final, todo tiene un objetivo. Tenemos unas elecciones catalanas en un horizonte no muy lejano y nuestro deseo es que los partidos se apoyen en nosotros, para escuchar a esa juventud, ver también las necesidades que tienen los jóvenes, no centrarse solo en el independentismo, sino en otros temas de la vida que también son importantes.

–Hablaba del documental. ¿Qué es lo que refleja? ¿Qué es lo que muestra?

–Son 50 minutos de visionado, pero es un resumen de la historia de S’ha Acabat. Se explican, por ejemplo, aquellos actos en los que hemos tenido problemas, aquellos ataques más sonados en redes sociales, y que también están en juicio. Y mostramos imágenes que quizás no se han visto nunca, y se escuchan testimonios, contamos lo que hemos vivido desde dentro... También aparecen profesores que nos han apoyado siempre, y políticos que han hecho lo mismo, así como asociaciones que nos han puesto como ejemplo de valentía y de resistencia y que nos han reconocido nuestra labor. Pero sobre todo, el documental tiene un final feliz, un final esperanzador. Y también tiene un mensaje claro para los jóvenes, que es que no tenemos que tener miedo a defender la democracia, a defender la libertad. Aunque a veces parece que cueste.

–Pero lo tienen complicado. Se les acusa de ser de extrema derecha. Son uno de los blancos favoritos de determinados grupos de radicales.

–Hacía mucho que no había una juventud tan valiente en Cataluña, una juventud que plantaba cara a un separatismo tan radical. En los años 70, 80 sí que había asociaciones que hacían su labor, pero últimamente llevábamos mucho tiempo con ese independentismo en ebullición, pero nadie se levantaba contra él. Y al final, nosotros lo hicimos. Además, nos apoya el partido que más odian los independentistas. Y por eso nos tildan de extrema derecha. Desde luego nosotros no somos extrema derecha, sino que cualquier persona que defienda la unidad de España puede ser bienvenido en S’ha Acabat.

Andrea Llopart en la plaza de Cibeles (Madrid)Andrea Llopart

–¿Ustedes ven esa pacificación que desde el Gobierno central dicen que se está produciendo en Cataluña, y que se ha conseguido gracias a medidas como los indultos o con la ley de amnistía?

–Es cierto que ahora en la sociedad hay como una especie de paz tensa. Se necesitan unos a otros y no pueden arder las calles como antes. Y al final, como uno es la muleta del otro, no les conviene que se repita lo que se vivió en 2017 y en años posteriores. No obstante, en las universidades, lo cierto es que nosotros estamos totalmente silenciados. No nos dejan hacer actos, solo poner alguna carpa. En el caso de los actos siempre nos ponen cualquier excusa para que no los podamos celebrar, cuando otras asociaciones, también inscritas, los hacen sin problemas, y algunos son de carácter violento. Pero a nosotros no, ya estén relacionados con la historia o con otros temas. Pero no nos dejan nunca, y al final nos están silenciando y esto no va a quedar así.

El posicionamiento de los rectores

–¿Qué quiere decir con eso?

–Estamos hablando con el abogado, con catedráticos, a ver qué podemos hacer contra la universidad, sobre todo contra la Universidad Autónoma de Barcelona, que es la que nos está silenciando más. Y sí, las calles están más tranquilas, pero es porque se necesitan unos a otros. Ya veremos qué pasa una vez se planteen las elecciones catalanas. ¿Qué van a hacer? Porque al final esto es todo un tablero y cada uno mueve sus fichas. Entonces ya veremos qué pasará cuando de verdad el independentismo no necesite a Sánchez o a la inversa. Veremos qué pasa y cómo reaccionan esas asociaciones, a las que se están regando con dinero público. Son muy fuertes. De hecho, las subvenciones que reciben esas asociaciones son muy numerosas. Así que dinero tienen, ideas también, y ya veremos qué es lo que hacen.

–Y ustedes nada, sin ninguna ayuda.

–Cero, nada. Nosotros somos conscientes de que la Generalitat no nos va a dar nada, porque por el carácter que tenemos, somos incompatibles con sus ideas, por así decirlo. Y lo hemos intentado varias veces desde las universidades, porque al final somos una asociación inscrita, que promueve la formación, que hacemos también cursos de debate, de oratoria para estudiantes, y que es un punto de encuentro de jóvenes. Lo que pasa es que, al no comulgar con lo que dicen los de arriba, nunca nos llega ninguna subvención. Entonces, a nosotros lo que nos falta es dinero, que no lo es todo, pero también es un medio importante para hacer cosas.

–Se supone que los campus, las universidades, no tienen que tener un posicionamiento ideológico, hay libertad de cátedra, pero lo cierto es que los rectores se han posicionado claramente siempre, en determinados temas, a favor del poder nacionalista.

–Sí, y eso es lo que denunciamos desde el principio. Puede haber asociaciones de todos los colores, teniendo en cuenta que estamos en contra de aquellas que son violentas y que fomentan el odio. Pero, lógicamente, que haya asociaciones más o menos catalanistas es normal, vivimos en una sociedad plural. Todos deberíamos encontrar nuestro sitio. El problema es cuando el rector se posiciona siempre hacia el mismo lado cuando recibimos los ataques. Y ha llegado a sacar un comunicado diciendo que nosotros íbamos a incitar, como que queríamos que acabara la situación en tensión. A ver, nadie quiere verse rodeado, ni que intenten agredirte.

Pero ahí está ese tablero inclinado que en Cataluña siempre existe y siempre ha existido desde hace muchos años. La posición del rector debería ser neutra y que no se viera ningún posicionamiento político, pero la situación no es así. Y lo cierto es que somos los marginados. Si es que hasta les cuesta condenar cuando hay imágenes de los ataques que recibimos que son claras y hablan por sí solas.

–Por cierto, volviendo en los ataques. En el documental se cuenta que ahora tienen otra forma de ponerles en el punto de mira.

–Es cierto que ahora ya no nos atacan de esa forma tan directa, tan física. A lo que se dedican ahora es, por ejemplo, a hacer unos hilos de Twitter, o poner nuestras fotos en Instagram, y nos hacen nuestra biografía. Dicen dónde vivimos, a qué partido votamos, dónde hemos estado de vacaciones. Desde luego, ellos saben perfectamente quiénes somos.

No tenemos nada que esconder, pero tampoco tiene que haber nadie diciendo si somos de Barcelona, de Tarragona, o de Gavà. Ellos no deberían nunca revelar dónde vivimos, ni qué estudiamos, ni dónde trabajamos. Y al final lo que intentan es inculcar odio, cuando explican que si esta chica se la ha visto con ese político; que si está afiliada a un partido; que si vive aquí, que si estudia allí. Me sacan una pequeña biografía, y muchas veces con datos falsos, pero que las van moviendo entre ellos. Y al final, pues sí, nos señalan. Quizás la persona que no te conocía en la universidad ya te conoce, y no por cosas buenas, sino porque ha visto esa publicación.

–¿Ya habéis tomado cartas en el asunto? Porque algunos datos pueden ser falsos, pero otros no.

–Lo hemos comentado con el abogado. No hemos tomado ninguna medida, pero lo cierto es que al final se están entrometiendo un poco en nuestra intimidad. Evidentemente, no vamos a enseñar nunca nuestra casa, o nuestra familia, pero tampoco te gusta que señalen dónde vivimos, quiénes son nuestros amigos o quién es nuestra pareja. No es agradable, la verdad.

–Ahora se viene un ciclo electoral. Antes hablaba de las elecciones catalanas, pero las más inmediatas son las elecciones europeas. Cómo jóvenes, ¿qué es lo que esperan?

–Nosotros queremos hacer unas jornadas en las que se incentive el voto juvenil en las elecciones europeas, porque al final son unas elecciones que quizás las vemos muy lejanas, pero realmente son muy importantes. Y nos gustaría contar con los partidos para hacer ponencias o poder resolver dudas que tengamos. Hace poco, estuvimos un grupo de 20 jóvenes en Bruselas y realmente ves el trabajo importante que se hace allí, y a veces a España no llega esa imagen.

Por eso queremos incentivar el voto, queremos tener un buen contacto con los partidos, y que les podamos preguntar sobre temas que nos afectan, como la movilidad, la seguridad, la inmigración, y sobre todo lo que está pasando con el campo. También queremos que nos hablen de los fondos Next Generation. Se trataría de preguntar lo que de verdad nos preocupa más como jóvenes. Y, en definitiva, lo que se trata es de incentivar el voto en las elecciones europeas.