El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés (1i), y el presidente de Junts en el Parlament, Albert BatetEuropa Press

Cataluña

Más presión para Aragonès: los comunes se mantienen en su 'no' a los presupuestos y Junts le pide que convoque elecciones

A pocas horas de que se voten las cuentas, a ERC no le salen los números

Esta tarde se votarán los presupuestos de la Generalitat, y ERC no tiene asegurados los votos para que se puedan aprobar. Y si no hay cambios y acuerdos de última hora, a Pere Aragonès no le va a tocar más remedio que prorrogar las cuentas. Los comunes insisten en su 'no' a los presupuestos porque el Govern no para el proyecto del Hard Rock en Tarragona. Y desde Junts ya advierten al presidente catalán, que o saca adelante las cuentas, o deberá convocar elecciones.

El propio Pere Aragonès`s se reunió ayer por la tarde con Jessica Albiach, líder de En Comú Podem, a quien le trasladó la última propuesta del Govern: estudiar una moratoria a los macroproyectos por la sequía. Pero los comunes lo rechazan porque no afectaría al Hard Rock. Y es que la zona en la que se tiene que construir, entre Vila-seca y Salou, no está en emergencia. En definitiva, dan un rotundo a lo que llaman «Las Vegas del Mediterráneo».

Y los que también mantienen su negativa a apoyar los presupuestos son los de Junts, quien dicen, han hecho un «último intento» para salvar las cuentas a cambio de que se introduzcan medidas para reducir la burocracia o en materia de fiscalidad, como la bonificación del 99% del impuesto de sucesiones. Pero para el Govern, mantenerlo es una «línea roja». De ahí que el portavoz parlamentario de Junts, Albert Batet, haya lanzado un ultimátum a Aragonès:«o hay una propuesta sólida de presupuestos, o le toca convocar elecciones. ¿Qué más le hace falta para ver que no se puede seguir así?».

Las propuestas de Junts pasan también por deflactar el IRPF en todos los tramos un 5 % y reducir el impuesto de sucesiones, así como equiparar la dotación de recursos de la educación inclusiva a los de todo el sistema educativo e implantar la sexta hora en centros de alta complejidad.

También ha pedido que los profesionales de la salud acrediten el nivel B2 de catalán un año después de su incorporación y que, en el plazo de dos años, acrediten el nivel C1, entre otras propuestas.

El desacuerdo con ERC

Batet recordaba a Aragonès que ahora no puede «dirigir responsabilidades» y que «debería haber venido pactado de casa». Y le ha reprochado que haya sido incapaz de conseguir los votos necesarios «fruto de su debilidad, falta de liderazgo y falta de diálogo con los grupos parlamentarios».

Y es que, efectivamente, los votos de ERC y PSC no suman. Llegan a 66 y se necesitan 68 para alcanzar la mayoría absoluta. Pero desde el Govern se han dedicado en las últimas horas en traspasar la responsabilidad, si no hay acuerdo, a Junts y, sobre todo, a los comunes.

Lo hacía ayer la portavoz del ejecutivo, Patricia Plaja, y en esta línea insistía la consejera de Economía, Natàlia Mas Guix, que acusaba a En Comú Podem de «incoherencia y electoralismo». Reprochaba la responsable de economía a los comunes que «hoy no se vota nada sobre un casino. Y han preferido ignorarlo».

Y les advertía que pasarán «muchos años» hasta que Cataluña pueda volver a disponer de «un crecimiento como el que se prevé en los presupuestos de este año». Además, añadía que decir 'no' a los presupuestos también es decir 'no' a mejoras para la sanidad, la educación y otros ámbitos sociales.

Ayuntamiento de Barcelona

Aun así, todos dejan la puerta abierta a un acuerdo in extremis, porque las enmiendas a la totalidad se votan esta tarde. Pero, si no hay un giro de guion sorprendente y de última hora, todo apunta a que Pere Aragonès no tendrá más remedio que continuar con los presupuestos prorrogados. Y está por ver, si podrá mantener su palabra, después de lo que supondría un duro varapalo, de mantener las elecciones autonómicas para febrero de 2025.

Y tampoco hay que perder de vista que hay otras negociaciones, en este caso para formar un gobierno de coalición en el Ayuntamiento de Barcelona. También en la capital catalana, PSC y ERC han llegado a un acuerdo, de momento, de presupuestos. Y el socialista Jaume Collboni se resiste a que el partido de Ada Colau forme parte del ejecutivo municipal. Llevar al límite la tensión y la negociación para los presupuestos es una forma de los comunes para reivindicarse.