Carles Puigdemont a su llegada a una comparecencia ante los medios de comunicación en Perpiñán (Francia)Europa Press

Elecciones Cataluña 2024

Puigdemont se muda de Waterloo al sur de Francia

Aunque el prófugo no podrá hacer campaña electoral en Cataluña quiere estar muy presente en la misma y celebrar mítines

Carles Puigdemont ha decidido encabezar la lista de Junts a la Generalitat y está de mudanza. Su empeño es tan concienzudo que incluso le ha cambiado el nombre a la candidatura, que ahora se llama «Puigdemont per Catalunya», y ha decidido irse a vivir al otro lado de los Pirineos; a pocos kilómetros de la frontera española.

Como ya prometió en 2017, el prófugo se ha comprometido a personarse en Barcelona en caso de que la presidencia del Parlament le encargue afrontar un pleno de investidura. La estrategia de Junts la ha fijado el secretario general del partido, Jordi Turull: «Las elecciones son un cara a cara entre Puigdemont e Illa». Para los neocongerventes ERC es un partido amortizado.

La cúpula de Junts cree que Puigdemont podría pisar Barcelona y ser detenido, pero puesto en libertad a la espera de juicio dado que los cargos que se le podrían imputar son menos graves al haberse revisado el Código Penal y derogado la sedición.

Puigdemont, en el pasado, cada vez que tenía que realizar un acto cerca de Cataluña elegía Perpiñán, la capital del Rosellón francés, a 30 kilómetros de la frontera española. Para el imaginario independentista el sur de Francia es la Catalunya Nord dado que consideran que esa parte de la República Francesa forma parte de los Països Catalans. Pero desde que en verano de 2020 Luis Aliot, vicepresidente de Rassemblement National (RN), el partido de Marine Le Pen, gano la alcaldía de Perpiñán, ni Puigdemont quiere pisar la capital del Rosellón ni el alcalde quiere verlo por sus calles. Eso ha llevado a Puigdemont a celebrar actos en pequeños municipios cercanos a Perpiñán. Sin ir más lejos, este sábado 6 de marzo celebra su segundo mitin en pocos días en Elna, un pequeño pueblo con alcalde comunista que cede con entusiasmo las instalaciones municipales al líder independentista.

Aunque Puigdemont no podrá hacer campaña electoral en Cataluña quiere estar muy presente en la misma y celebrar mítines, así como dar entrevistas. Dado que va a perder la protección que le ofrece ser eurodiputado, pero también puede decaer la euroorden una vez entre en vigor la ley de amnistía, Puigdemont ha tomado la decisión de abandonar el que ha sido su hogar los últimos años en Waterloo y desplazarse a vivir al sur de Francia; donde estará cerca de sus seguidores y de su familia.

Desde febrero de 2018 el aún eurodiputado reside en la llamada Casa de la República en Waterloo, una ciudad residencial cercana a Bruselas. Ahora tras más de seis años su estancia en Waterloo toca a su fin. Cuando huyó de España, en octubre de 2017, se instaló inicialmente en el centro de Bruselas, pero a los pocos meses se trasladó a las afueras de la capital comunitaria huyendo de los constantes encontronazos que tenía tanto con periodistas como con ciudadanos españoles residentes o de visita en la capital comunitaria que se encaraban con él.

Ante la imposibilidad de vivir en Perpiñán, Puigdemont ha iniciado la búsqueda de un inmueble, que al igual que sucedía en Waterloo de la falsa apariencia de residencia oficial pero también de sede de un gobierno en exilio. Entre los municipios que Puigdemont valora está Prades, sede la Universitat Catalana d’Esti, evento político fuertemente subvencionado que celebra el independentismo cada año, Ceret o Elna.

Ahora Puigemont empieza a pocos kilómetros de la frontera una nueva etapa de su vida. Con el cierre de su periplo como europarlamentario y con la ley española adaptada a sus intereses llega a su fin la huida de Puigdemont a Bélgica, el país comunitario al que huyo aconsejado por Jaume Asens y Boye porque era el que ofrecía más garantías de que la euroorden dictada por el juez Llarena no llegaría a ser aplicada.