Los investigadores Víctor Serrano-Gimeno, Maria Portella y Narcís CardonerInstitut de Recerca Sant Pau

Salud mental

El confinamiento aumentó más del 50 % los intentos e ideas suicidas en Cataluña: «Es la punta del iceberg»

El Instituto de Investigación de Sant Pau cuantifica el efecto en la salud mental de las medidas contra la pandemia

Un estudio del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau de Barcelona revela un aumento «significativo» de los pensamientos e intentos suicidas en Cataluña tras el confinamiento por el covid. La investigación, publicada en la revista The Lancet Psychiatry, muestra un incremento del 50,77 % en las conductas suicidas no letales; esto es, que no acaban en muerte, aunque la persona tiene la intencionalidad de quitarse la vida.

El estudio analiza datos de una cohorte catalana de todos los hospitales catalanes, recopilados mediante el Código de Riesgo de Suicidio Catalán, y los compara antes, durante y después del confinamiento de 2020. «El incremento es muy superior al que esperábamos», señala la investigadora María Portella, y destaca que este incremento se da especialmente en la gente joven y en las mujeres.

Una cobertura insuficiente

«Estos resultados cuantifican una sospecha que teníamos todos los profesionales de la salud: que no se dio una cobertura suficiente al malestar asociado a los confinamientos», continúa Portella, y destaca que el estudio revela solamente «la punta del iceberg» de un problema mayor, el del impacto de la pandemia y las medidas adoptadas en la sociedad, «sea por motivos sociales, económicos o de salud mental».

La investigadora de Sant Pau explica que los datos ya reflejan un incremento de estos comportamientos antes de la pandemia, pero mucho menor. «Desde entonces hasta ahora, sin pandemia, el aumento habría sido del 20 %, pero con ella ha subido hasta más del 50 %», detalla. Así, Portella lamenta que la salud mental –a la que se refiere como «la cuarta ola» del covid-19– fue «la gran olvidada».

En concreto, la curva dibujada por el estudio muestra una reducción de las conductas suicidas no letales durante el confinamiento y un incremento «significativo» en el período de postconfinamiento. En esta línea, el investigador que ha liderado el estudio, Víctor Serrano-Gimeno, explica a EP que «el aumento posterior al confinamiento refleja factores complejos, incluyendo aislamiento social y desafíos económicos».

El equipo que ha realizado la investigación trabaja ya en darle continuidad. Portella explica que el siguiente paso consiste en ver cuáles de estas conductas suicidas sí acabaron siendo letales, para medir el impacto de la pandemia aquí, aunque los datos para ello, señala, son más difíciles de obtener. También buscarán determinar en concreto cuáles son los factores que explican la magnitud del aumento.