El exministro de Sanidad y líder del PSC, Salvador Illa (c), durante la Comisión sobre mascarillas en el Congreso de los DiputadosEuropa Press

El laberinto catalán

Los socialistas afirman en su programa que la Policía Nacional se dedicó a la represión durante la Transición

El programa del PSC para las elecciones catalanas son 149 páginas de intervencionismo en estado puro. La capacidad de crear entes de todo tipo es desbordante, además de proponer la aprobación de 20 nuevas leyes. Pere Aragonés llevó 10 a la cámara catalana en la legislatura que terminó abruptamente.

Salvador Illa despliega una catarata de observatorios, centros, Pactos nacionales –en referencia a Cataluña, no a España–, planes estratégicos, programas, planes, planes integrales, consorcios, planes nacionales, planes de choque, planes territoriales, pactos catalanes, altos comisionados, nuevos directores generales, agencias, nuevas oficinas, registros, clusters, servicios, consejos y redes.

En realidad, el programa electoral socialista es una joya del derecho administrativo, que requeriría de una guía para comprender la diferencia entre un plan estratégico y un plan de choque; o entre un centro y una oficina, o un observatorio y un consejo.

El documento va acompañado de propuesta constantes de incremento del 20% dotaciones, incluso de miles de millones, como por ejemplo para las Universidades catalanas. Y es un incunable de literatura burocraticista a la hora de denominar la amplia variedad de institutos, centros, direcciones, planes, etc que va a crear en el caso de poder gobernar.

El candidato del PSC a las elecciones, Salvador Illa

Se hace difícil de comprender que es lo que ha apoyado el PSC durante tres años, dado que por la lectura del programa da la sensación de que en Cataluña está todo por hacer. La inestabilidad política catalana y la fijación con el procés ha llevado al Parlamento catalán a una baja producción legislativa. Ahora Illa propone la tramitación de 20 leyes, alguna de ellas llaman la atención como la Ley del amianto, la de la calidad del aire, la ley de memoria democrática de Cataluña o la de pluralidad lingüística; esta última tras pactar con ERC y Junts una ley para que el Govern pudiera incumplir la sentencia que obligaba a la Generalitat a impartir una tercera hora semanal de lengua española.

Seis tipos diferentes de planes

El programa del PSC ofrece a los votantes catalanes seis tipos de planes sin especificar cuál es la diferencia entre unos y otros: ocho planes estratégicos, treinta y siete planes sin más, tres planes integrales, ocho planes de choque, un plan nacional y un plan territorial.

En muchas ocasiones un plan se repite con otros de parecida denominación como, por ejemplo, el plan de igualdad de género en la ciencia con el plan de talento STEM; o el de mejoras en las infraestructuras del transporte público con el de cercanías.

También se mezclan o repiten los temas en organismos diversos de nueva creación. Así, por ejemplo, la lengua cuenta con un observatorio y un consorcio. Entre los siete observatorios llama la atención la creación de uno sobre el suicidio y entre los cinco pactos nacionales, a desarrollar, el más llamativo es el pacto nacional sobre la laicidad.

Entre los consorcios, el más inquietante es el tributario que, de facto, supondría la cogestión, en primera instancia, de los tributos del Estado entre la Generalitat catalana y el gobierno central. Hay que destacar la idea en primera instancia porque es sabido que cuando los nacionalistas dan un primer paso siempre acaban consiguiendo una nueva concesión al poco tiempo a cambio de la aprobación del presupuesto del Estado o de una investidura.

Entre las nuevas direcciones generales que Illa propone crear, en el caso de que sea investido presidente de la Generalitat, una vez más, hay duplicidades dado que pretende crear una de gente mayor y otra de soledad, que como es sabido afecta en mayor medida a las personas mayores.

Algunos de los organismos que los socialistas quieren poner en marcha interfieren en el sector privado, como la oficina de apoyo al cierre empresarial. Y otras, como la creación de un registro de ofertas de trabajo, se supone que es una actividad que actualmente debería realizar el servicio de empleo de la Generalitat.

Represión

Más allá de la propuesta de una administración expansiva sorprende la propuesta socialista en relación a la Comisaría de la Policía Nacional de la Vía Laietana de Barcelona. El texto socialista dice así: «promover un acuerdo entre el Gobierno de España, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, con el fin de encontrar una solución de consenso en lo que se refiera a la antigua comisaria de Vía Laietana que permita que en el espacio se articule una explicación del papel que tuvo este lugar en la represión en diversas etapas históricas y, en especial, durante la dictadura franquista y la transición».

Manifestación de apoyo a la Policía Nacional en Vía LaietanaEFE

En definitiva, los socialistas compran el relato independentista y de Ada Colau, que hace años que quieren expulsar a la Policía Nacional del centro de Barcelona y además afirman que la Policía Nacional ejerció la represión en los primeros años de democracia.