¿A quién beneficia y perjudica el voto en blanco en las elecciones? ¿Y el nulo?

Las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo determinarán el rumbo del Parlamento catalán para los próximo cuatro años. Sin embargo, cada vez es más común ver votos en blanco en las urnas por parte de aquellos que no quiere apoyar a ningún partido en los comicios.

El voto en blanco se da cuando dentro del sobre no hay nada. Según la actual Ley Electoral, esta clase de voto se considera válido, por lo que se suma a los votos obtenidos por las diferentes candidaturas para hacer el reparto de escaños.

Aquí es donde entre en juego la Ley d´Hondt, el modelo de cálculo proporcional del sistema electoral español que beneficia a los partidos mayoritarios y perjudica a los minoritarios.

El voto en blanco beneficia a los partidos con más apoyo, ya que reduce el porcentaje de votos necesarios para alcanzar una mayoría, perjudicando a los partidos minoritarios ya que aumenta el umbral necesario para obtener escaños o representación. Conforme a esta ley, en cada circunscripción se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el 3 % de los votos válidos emitidos. Por lo tanto, al incluir los votos en blanco una candidatura necesita más votos para lograr escaño.

Este acto expresa una forma de protesta, descontento o falta de confianza hacia todas las opciones que se presentan.

Voto nulo

El voto nulo se produce cuando se realiza con un sobre o papeleta diferente del oficial, o si dentro del sobre se incluye algún objeto o símbolo extra.

También se da cuando una papeleta está marcada más de una vez, o hay mensajes o dibujos escritos en ella. A diferencia el voto en blanco, el voto nulo no tiene un significado político claro y simplemente se considera inválido en el recuento de votos, por lo tanto, no computa en el reparto de los escaños.