Cataluña camina a la repetición electoral

El independentismo obtuvo el peor resultado desde 1980. Los socialistas ganaron por primera vez tanto en votos como en diputados, pero Puigdemont reclamó para sí la presidencia de la Generalitat.

La primera vez que ERC volvió a la presidencia de la Generalitat desde la Segunda República terminó con un hundimiento de los de Aragonès y Junqueras, devorados por sus socios socialistas. Aragonès ya anunció su paso a la oposición y cerró la puerta a cualquier posibilidad de formar un tripartito de izquierdas con el PSC y los Comunes-Sumar, con los que aritméticamente sería posible formar gobierno.

La victoria del PSC no le garantiza el poder porque Puigdemont ya anunció, desde el sur de Francia, que quería formar gobierno y que buscaría un acuerdo con ERC para ser la minoría mayoritaria de la Cámara catalana.

Cataluña, que ha tomado la mala costumbre de no completar legislaturas, camina hacia el bloqueo, pero los meses que llevan desde hoy hasta el fin del plazo para elegir presidente de la Generalitat, el próximo 12 de octubre, es un tiempo magnífico tanto para Sánchez como para Puigdemont.

Para Sánchez fue una buena noche electoral. Su victoria le permite sacar pecho y reivindicar sus políticas, que se resumen en la concesión de indultos y la amnistía. Su primer puesto se ha basado en la desmovilización independentistas y en el transvase de votos desde sus aliados, ERC y Sumar, hacia la candidatura encabezada por Illa.

La repetición electoral sería una gran noticia para Sánchez dado que su objetivo principal en la campaña catalana era que el resultado no pusiera freno a su accidentada legislatura y una vez más la suerte le ha vuelto a sonreír. Sánchez ha ganado unos meses preciosos para seguir al frente del gobierno.

La noche tenía otras batallas no menores. El PP ha crecido más que nadie y ha superado a Vox. Tiene motivos para la felicidad. Un mal resultado hubiera dejado tocada a su jefa de campaña, que en pocos días será el cartel electoral de su partido a las elecciones europeas. Vox también tiene motivos de satisfacción. No han retrocedido a pesar de la irrupción de Aliança Catalana, que competían con ellos en el discurso anti-islamista. El constitucionalismo avanza en diputados y en peso electoral.

Junto a ERC, los otros perdedores de lo noche son Yolanda Díaz y sus Comunes; así como la CUP. Cataluña es tan inestable como ayer, pero hoy es menos de izquierdas y menos secesionista, pero los diputados independentistas en el Congreso seguirán teniendo la lleva de la gobernabilidad en el Congreso.