Bóvedas del Salón de Sant Jordi, en el Palau de la Generalitat.Wikimedia

Historias de Cataluña

Colón, Lepanto y Caspe: los frescos «españolistas» del Palau de la Generalitat que Quim Torra ordenó eliminar

El presidente encontraba intolerables las pinturas, y mandó retirarlas, en un acto de borrado de la memoria histórica

El Salón de Sant Jordi, situado en el Palau de la Generalitat, es uno de los espacios con más historia del señorial edificio que en la actualidad alberga la sede del Gobierno catalán.

Hacia principios del siglo XX, el salón estaba decorado con tapices realizados por el taller belga de Willem de Pannemaker, pero en aquel momento se le pidió una reforma a Pere Blai. Se colgaron una serie de pinturas que representaban diferentes episodios de la historia de España, en concreto de la Corona de Aragón.

Estas pinturas eran intolerables para el presidente de la Generalitat Quim Torra, que en 2018 decretó que se retiraran. El proceso, no obstante, no se llevó a cabo hasta mayo de 2023. La intención al retirar aquellas pinturas –que tuvo un coste de casi 2,4 millones de euros– era borrar la memoria histórica y eliminar de las paredes del salón la vinculación de Cataluña con la Corona de Aragón y España.

¿Qué cuadros se retiraron? Se consideraron temas «españoles» la representación de Colón en Barcelona, la batalla de Lepanto y el Compromiso de Caspe. Los tres hechos presuntamente «españolistas» forman parte de la historia de la Corona de Aragón y se contradice con lo que un sector del independentismo catalán ha querido tergiversar. Si, según ellos, Colón era catalán… ¿por qué hacerlo desaparecer?

Retorcer la historia

Por otro lado, el gran protagonista de la batalla de Lepanto, además de Juan de Austria, fue el catalán Luis de Requesens. Y con respecto al Compromiso de Caspe, explican una realidad inexistente. Con la muerte de Martín I de Aragón, conocido como «el humano» en Cataluña, se tenía que buscar un sucesor. El independentismo considera que en el Compromiso se quiso acabar con la Casa de Barcelona por la persecución que España siempre ha llevado a cabo contra Cataluña.

No obstante, cabe recordar que estamos hablando del 1412, y que lo que ellos llaman España aún era el Reino de Castilla y el Reino de la Corona de Aragón. También es falso que se acabara con la Casa de Barcelona, pues el nuevo rey, Fernando I de Aragón -también conocido como Trastámara o Antequera- era sobrino de Martí l’Humà, ya que era hijo de su hermana Leonor.

La intención de Quim Torra era retorcer la historia y borrar aquello que al independentismo no le gusta, aunque forme parte de la historia de Cataluña. Para poder llevar a cabo lo que acabamos de explicar, blanquearon aquel ultraje con un informe en el que se concluía que «la decoración pictórica de los años 1926 y 1927, así como el resto de elementos, desvirtúan la arquitectura renacentista original».

La capilla de San Jorge

El Salón de Sant Jordi ejerció, durante unos años, las celebraciones religiosas en el palacio, ya que la capilla dedicada a San Jorge se había quedado pequeña. Marc Safont empezó a construir esta capilla en 1434, dos años después de que las cortes de Barcelona aprobasen la construcción de lo que hoy es el Palau de la Generalitat, y que fue, en su origen la sede de un órgano recaudatorio, la Diputación del General. También fue, hasta 1979, la sede de la Diputación de Barcelona.

Puerta de la capilla dedicada a san Jorge, en el Palau de la Generalitat.Wikimedia

El edificio se construyó en varias etapas. La fachada principal, del 1596, la diseñó Pere Blau. La que da a la calle del Bisbe es de Pere Joan y la de la calle Sant Honorat, gótica. La escalinata y el patio gótico son del 1425. El conocido como Pati dels Tarongers es del 1526. Recordemos que, hasta principios del siglo XIX, en la actual Plaza San Jaime, se levantaba una iglesia dedicada a este santo. Con su demolición se dio luz y perspectiva a los dos edificios, Ayuntamiento y Generalitat, que ocupan ese lugar.

La citada capilla de San Jorge era de planta rectangular, con arcos en forma ojival de nervios decorados. En la clave de bóveda central estaba la representación de San Jorge matando al dragón, mientras que en las ménsulas donde arrancan los nervios de los arcos que sostienen la bóveda hay representados, con esculturas, los cuatro evangelistas.

Esta capilla no se levantó donde hoy está. En el 1541 se trasladó, piedra a piedra, a su actual ubicación. Las obras las llevó a cabo Antoni Carbonell, y se tardó dos años y medio en el traslado y reconstrucción. La construcción de la capilla se debe a que, desde el principio, los presidentes de la Diputación del General eran sacerdotes, con lo cual tenían el poder eclesiástico.

Los tesoros de la capilla

La capilla conservaba una serie de tesoros de gran importancia. Entre las piezas más destacadas encontramos un Sant Jordi de plata, del año 1400, comprado en el 1536 a Joan Bravo de Saravia, residente en Soria. La obra se expone actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

San Jorge matando al dragón, de plataMNAC

También encontramos un antipendio con la vida de Sant Jordi, bordado por Antoni Sadurní, bordador oficial de la Diputación del General desde marzo de 1458. La obra «pallium ad opus altavis capella iuxta la nostra» se encargaron en el 1450. Su coste fue de 1.500 florines de oro de Aragón y 3 sueldos barceloneses.

El frontal esta bordado con sedas policromadas, oro y plata, con técnica de oro y plata matizado con sedas policromadas, oro escacado, plaquetas y piedras aplicadas, sedas policromadas a punto de matiz y de cordoncillo y grandes rellenos aplicados sobre el fondo. Es una pieza fundamental del gótico catalán tardío y del europeo.