El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, en una imagen de archivoEuropa Press

Gastronomía

Los pasteleros de Barcelona y Gerona premian a la familia de Puigdemont

En la Gran Gala de la Pastelería 2024 también han galardonado a las familias Escribà y Brugués

Los gremios de pastelería de Barcelona y Gerona entregaron este domingo sus premios, en el marco de la Gran Gala de la Pastelería 2024. Entre los galardonados destacan tres familias: los Escribà, los Brugués… y los Puigdemont.

Se trata, efectivamente, de la familia del expresidente de la Generalitat, cuyo abuelo fundó en 1928 la Pastisseria Puigdemont en el municipio de Amer, en La Selva. Nació como tienda de ultramarinos, pero acabó especializándose en dulces artesanales como los «caprichos de Amer», unas pastas secas parecidas a los carquinyolis.

Francisco Puigdemont abrió la tienda después de la guerra civil española, y el negocio pasó a su hijo Xavier, que lo regentó junto a su mujer, Nuria Casamajó, la madre de Carles Puigdemont fallecida recientemente. Ambos trabajaron allí durante décadas, y de ellos pasó a algunos de sus hijos.

El ex presidente, no obstante, no siguió la tradición pastelera de sus padres, sino la política de su tío: Josep Puigdemont fue el primer alcalde democrático de Amer.

Otros premios

Los gremios de pasteleros también han premiado a la familia Escribà, célebre saga de chocolateros barceloneses con locales en Gran Vía y en La Rambla, y a la familia Brugués, que cuentan con una pastelería desde hace casi medio siglo en L’Estartit.

También se entregaron los premios Alumni a Ruth Gou; Proyecto Innovador a Taula Dolça; Relevo Generacional a David Pérez; Pastelería en Entorno Rural a Antoni Llavina, y Emprendedores a Jordi Reverter y Anna Negre. La Medalla de Oro de la Escola de Pastisseria del Gremi de Barcelona fue para Tejasvi Chandela y Bruno Andreoletti.

Durante la gala, además de los premios profesionales, se premió como el Personaje más Dulce del año al historiador y periodista Toni Soler, que el año pasado dedicó al dulce el número 25 de la revista de historia que edita, El Món d'Ahir.