El líder de Junts, Carles Puigdemont, llega a una rueda de prensaEuropa Press

Los oligarcas rusos expertos en criptomonedas se reunieron con Puigdemont en su despacho oficial de la Generalitat

La organización cívica Sociedad Civil Catalana emitió un comunicado hace pocos días solicitando que se investigara la vinculación del expresidente catalán con las criptomonedas

La imputación por traición realizada por el juez Joaquín Aguirre contra Carles Puigdemont no es, tal como intenta hacer creer tanto el Partido Socialista como el entorno de Puigdemont, un intento de que no se aplique la ley de amnistía, sino el resultado de años de investigación.

En mayo de 2022 la agencia oficial, EFE, informaba de que la ex secretaria general de la Generalitat, Elsa Artadi, había prestado declaración, como testigo, ante el juez Aguirre que estaba instruyendo el caso Volhov. La exdirigente, de máxima confianza de Puigdemont, admitió que se reunió con emisarios rusos para hablar de criptomonedas y que la reunión había sido un encargo directo del entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Artadi situó la reunión entre el 21 y 24 de octubre de 2017, unos días antes de la declaración unilateral de independencia, y recordó que la misma se había realizado en el Hotel Colón de Barcelona, en la Plaza de la Catedral de la Ciudad Condal. Artadi identificó como interlocutor a Nicolai Sadovnikov y explicó al juez que Sadovnikov le preguntó sobre las intenciones de la Generalitat sobre política en materia de criptomonedas. Veinticuatro horas más tarde se celebró otra reunión con la misma persona, pero en este caso el lugar de reunión fue la Casa dels Canonges, la residencia oficial del presidente de la Generalitat, y Puigdemont llegó a participar en ella por unos minutos. Según Victor Tarradellas, ex responsable internacional de CDC en tiempos de Artur Mas, quien participó en ambas reuniones, Puigdemont instó a «seguir hablando».

Según un reportaje publicado en esos días por OCDCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project), una red global de periodistas de investigación, Nicolai Sadovnikov le propuso a Puigdemont que convirtiera a la futura Cataluña independiente en un paraíso fiscal para criptomonedas con un banco central que operara en bitcoins, y a cambio le garantizó el apoyo de Rusia para poder hacer frente a la alta deuda con la hipotética república catalana.

Tras la huida de Puigdemont a Bélgica, su relación con los oligarcas rusos y el mundo de las criptomonedas, lejos de desaparecer, se incrementó. Entre los años 2017 y 2019, Puigdemont participó como ponente en el Foro de Crans Montana (Suiza) y aprovechó estas reuniones para reunirse con Yuri Emelin, quién le introdujo en el mundo del Ethereum, una criptomoneda que Puigdemont aún hoy promociona en su perfil de la red social X.

Emelin, CEO de FP Wealt Solutions es una empresa que se presenta como «experta en soluciones integrales para personas y empresas adineradas». La reunión entre ambos se mantuvo el 27 de junio de 2019, y poco más de un año después Puigdemont abría su cuenta en criptomonedas y publicaba un vídeo hablando de sus virtudes.

Victor Tarradellas, al que hoy el mundo independentista intenta desacreditar y quita toda credibilidad a sus revelaciones para evitar que Puigdemont se vea implicado en las relaciones de su entorno con Moscú, afirma que se pagaron 300.000 euros para facilitar que Puigdemont fuera uno de los ponentes del Foro de Crans Montana.

La organización cívica Sociedad Civil Catalana emitió un comunicado hace pocos días solicitando que se investigara la vinculación de Puigdemont con las criptomonedas y si la misma podía suponer un delito de blanqueo de capitales.