El expresidente de ERC, Oriol JunquerasEuropa Press

Política

Junqueras pone en marcha su plan para reconquistar a una ERC partida en dos

El expresidente saca pecho con una reunión en Sant Vicenç dels Horts en la que ha congregado a 500 militantes

A menos de dos meses para la convocatoria automática de nuevas elecciones en Cataluña, la cúpula de ERC está volcada en su pulso con los socialistas. Día tras día, los líderes republicanos elevan el tono y exigen para Cataluña un concierto económico como el vasco, advirtiendo –Pere Aragonès dixit– que no aceptarán «gato por liebre».

Las negociaciones discretas con los socialistas avanzan lentas, abordando otros temas en paralelo, como el impulso del catalán. De puertas afuera, ERC trata de proyectar una imagen de dureza y contundencia, de partido sólido y entero. Hacia adentro, no obstante, los republicanos se desgarran: a las luchas intestinas por el poder del partido se le suma el rechazo entre no pocos militantes a pactar con los socialistas si estos no aceptan todas sus condiciones.

«Veo muy difícil que [los socialistas] accedan a un concierto económico. Te venderán eso de la singularidad catalana, que en el fondo no quiere decir nada», aseguraba el miércoles en una entrevista para The Objective Xavier Martínez, portavoz del Colectivo Primer d’Octubre, una agrupación de militantes de ERC muy críticos con la dirección y que abogan por situar la lucha independentista en el centro de la actividad de la formación.

Para Martínez, además, el asamblearismo del partido se ha ido perdiendo entre juegos de tronos en la cúpula. Como portavoz de Primer d’Octubre, no ve dramática la perspectiva de repetir elecciones: «Creo que puede ser bueno para el país y para ERC», asegura.

El plan de Junqueras

Mientras tanto, alejado temporalmente de estos campos de batalla, Oriol Junqueras hace algo más que lamerse las heridas. Hace dos semanas, el expresidente de ERC dimitió oficialmente de su cargo y se retiró de la primera línea política, como había anunciado después de las elecciones, cuando la presión interna dejó patente que no podía seguir al timón del partido.

Junqueras se retiró, pero en su cabeza tiene claro que quiere volverlo a intentar. La aplicación de la Ley de Amnistía debería borrar la inhabilitación para ejercer cargos públicos que, a día de hoy, aún pesa sobre él, y piensa que ahora es su oportunidad. Por eso, desde hace unos días ha puesto en marcha su plan, que pasa por volver a seducir a las bases del partido a base de patearse Cataluña de arriba abajo.

Esta semana, el expresidente republicano reunió a unos 500 militantes en su ciudad, Sant Vicenç dels Horts, de la que además fue alcalde. Se trata del primer gran acto de su particular campaña ganar en el congreso nacional de ERC previsto para el 30 de noviembre.

Fue un evento en el teatro Societat Cultural Vicentina, y que no se anunció oficialmente, ni por redes sociales, y al que asistieron militantes de las federaciones del Baix Llobregat y de Barcelona. Entre otros, acudieron a dar apoyo a Junqueras el conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena; el exconseller Raül Romeva, y el exportavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà.

Relaciones tensas

Las visitas de Junqueras a militantes de alrededor de Cataluña son frecuentes desde hace meses y, de hecho, son una de las razones que han ido tensando las relaciones con los cargos y colaboradores del actual Govern. Hasta hace poco se producían de forma discreta y a pequeña escala, con la vista puesta en la amnistía. Ahora, con la ley aprobada, Junqueras deja de esconderse.

Con todo, Junqueras no lo tendrá fácil. Se enfrenta a un bando liderado por Marta Rovira, actual secretaria general de ERC, que presentaron un manifiesto crítico implícitamente con el expresidente que ya suscriben cerca de un millar de militantes.