Mossos en la búsqueda de los autores de un tiroteo en Alella

Cataluña

Los Mossos lamentan su impotencia mientras aparecen más armas de guerra en Cataluña

  • En el último año y medio los Mossos han incautado varias armas de este tipo

El tiroteo en el barrio de la Font de la Pólvora de Gerona ha puesto encima de la mesa un debate que el consejero de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, ha intentado minimizar: el incremento de la violencia en Cataluña. Y no solo por el número de actos violentos en sí, sino por el nivel de violencia en las calles. El tiroteo provocó dos muertos y cuatro heridos, pero lo que encendió las alarmas es que el autor utilizó un arma de guerra, un AK-47 y en plena calle.

El consejero Elena no ha tenido más remedio que admitir que Cataluña tiene problemas de inseguridad, aunque eso sí, luego ha precisado que es «un país seguro». Mientras tanto, los sindicatos de Mossos piden a la Generalitat un cambio en el modelo policial y más recursos humanos y materiales para hacer frente a esta violencia, porque ahora mismo no luchan en igualdad de condiciones. Desde el sindicato SIP-Fepol aseguraron a El Debate que si una patrulla de los Mossos hubiera llegado al barrio de la Font de la Pólvora en el momento del tiroteo, los agentes no hubieran tenido mucho margen de actuación con dos armas cortas, por ejemplo. «Unos jugamos al parchís y los otros a un juego de aviones», nos resumía su portavoz, Iván Coca.

Y en esa misma línea se pronuncia el portavoz del sindicato USPAC, Albert Palacio, que ha explicado que «en los últimos meses, en el último año y medio, sobre todo, los mossos se han encontrado armas de guerra, y en varias ocasiones, en el maletero de coches que han abandonado los delincuentes. Vamos, que no es la primera vez y no es ninguna novedad que mossos encuentren un arma de ese tipo». Ha pasado en alguna ocasión, después de que estos delincuentes huyeran de un control policial y abandonasen el coche con el armamento.

¿Y de dónde vienen estas armas? Por un lado, de Francia. Porque la lucha de las mafias del país vecino, como la de Marsella, se trasladan hasta Cataluña, y por este motivo, se han llegado a ver hasta ajuste de cuentas entre ellos. Un ejemplo es el tiroteo que se produjo en Salou en mayo del año pasado. Tres sicarios se bajaron de un vehículo y se dirigieron hacia sus víctimas, de un clan rival, a las que dispararon sin piedad. Dos personas murieron en este ataque.

Y, además, esta comunidad autónoma es la «fábrica» de marihuana de Europa. Proliferan las plantaciones y un negocio que a menudo dirigen albanokosovares «que vienen de una guerra hace años, y utilizan desde hace tiempo rifles. Saben cómo conseguir este armamento en sus países. Y también aprovechan la guerra de Ucrania para comprar estas armas», apunta Palacio, que reconoce que hay «preocupación» por el aumento del uso de armas.

Sin la suficiente protección

Y ante esta situación, el portavoz de USPAC asegura que la policía autonómica no está preparada, ni con el armamento ni con el material que disponen para hacerles frente. De hecho, explica que los chalecos antibalas están preparados para armas de menor calibre, «pero no desde luego para un arma de guerra que también nos traspasa los escudos balísticos. Los pocos escudos que tenemos y tampoco están preparados».

Palacio pone como ejemplo una reciente intervención en Dosrius (Barcelona), a principios de marzo. «Hubo un tiroteo, recibieron a los ARRO con disparos y los escudos que llevaban eran muy pequeños, tanto, que no cubrían las extremidades», explica este mosso que también denuncia que los agentes no llevan un botiquín de emergencia en sus vehículos, por ejemplo, y son los sindicatos policiales los que ofrecen a los agentes cursos básicos de primeros auxilios, «para que sepan hacer torniquetes a ellos mismos o a terceras personas. Pero la administración ni nos forma, ni nos equipa».

Y a eso hay que añadir, según Palacio, que faltan más agentes. Una ciudad como Cornellà, asegura, tendrá una patrulla para 125.000 personas; o el aeropuerto del Prat, donde se registran más detenciones que en Hospitalet, «a lo mejor salen dos o tres binomios para toda la infraestructura». Y añade: «estamos en un punto crítico, faltan mossos, pero seguro que irán una cantidad importante a la Copa América de Vela en Barcelona en agosto. Para eso sí hay, mientras la ciudadanía se queda sin la protección de sus policías».

Ante este panorama, Albert Palacio pide que se cambie el modelo policial. Desde la Generalitat se ha apostado por u modelo de «policía de proximidad» o una «policía virtual, que ya está en funcionamiento», cuando la policía «tiene que estar en la calle, para la prevención, para la seguridad del ciudadano, y no con una visita virtual. Claro que se tienen que hacer visitas a los comercios, hablar con la gente, pero eso no es todo el trabajo policial. Se ha perdido hacer las identificaciones, los registros, en definitiva, lo que el papel de un agente», apunta Palacio.

Para el portavoz de USPAC el Govern quiere ir «hacia un modelo europeo, nórdico, de policía», pero advierte que «ya vemos como está funcionando en Suecia, por ejemplo, donde hay barrios en los que solo puede entrar el ejército. La policía no lo puede hacer por el peligro que conlleva, y eso es lo que nos encontraremos aquí».

Y si faltan agentes, falta formación y más medios materiales, también pone otro problema encima de la mesa: la falta de respeto de los ciudadanos hacia la autoridad. Y esto, según Palacio, lo han promovido «nuestros políticos», empezando por el Departamento de Interior que ni siquiera «defiende a sus trabajadores, cuando no se persona en las causas en las que hi hay un atentado contra agente de la autoridad». Por todo ello, asegura que, al gobierno catalán, los agentes de los mossos, «les importa bien poco».