Entrevista al presidente de la Organización Nacional de Afectados por la Okupación
Toni Miranda:«Para el Gobierno, los okupas no son delincuentes, son clientes electorales, y son muchísimos»
Miranda considera que la ocupación ilegal merece un debate en profundidad y sobre diferentes temas: leyes, vivienda social e inmigración
Toni Miranda es presidente de la Organización Nacional de Afectados por la Okupación, y recientemente ha publicado un libro, La invasión okupa. En él denuncia que el Gobierno es un protector de los okupas, un protector de «delincuentes», que se dedica a ocultar los datos y a negar la realidad porque, entre otras cuestiones, le conviene desde el punto de vista electoral.
El Presidente del Gobierno, vino a decir el otro día, durante su intervención en el Congreso, que lo de la ocupación era un bulo.
Es así, exactamente. Llevan negando el tema de la ocupación desde que están en el Gobierno. Es una cosa que a algunas personas les resulta difícil de entender, porque al fin y al cabo son las instituciones del Gobierno y son las instituciones del país. Pero hay una política de Estado que protege a la delincuencia ocupa y esto es una realidad. No solamente lo han negado, sino que han hecho acciones para que no exista información al respecto.
¿En qué sentido?
Por ejemplo, la única información que publican de las ocupaciones son esas demandas que se interponen. Pero han hecho una política que ha favorecido que no se interpongan demandas. Y luego están las empresas anti ocupación, que son, en muchas ocasiones, unos bestias que se dedican mediante coacciones a hacer animaladas y que, además, estafan a los afectados por la ocupación.
Pues bien, con todo esto, el Gobierno está encantado. Cualquier gobierno acabaría con una empresa que se dedica a coaccionar a la gente, porque es una labor que tiene que hacer la policía y la justicia. Y no es trabajo para una empresa de seguridad. Y los están dejando porque así no se denuncia. Es una vergüenza. Este Gobierno está haciendo una política de Estado favorecedora de la de la delincuencia ocupa. Lo digo en el libro.
Pero lo cierto es que, a veces, algunos ciudadanos se ven abocados a pedir la ayuda de estas empresas porque se tarda meses y meses en devolverles un piso que ha sido ocupado
En un procedimiento de desahucio normal, si no hay oposición, pueden tener la orden de desalojo en cuatro meses. Esto no lo sabe mucha gente. En menos de un año pueden tener el desalojo si lo hacen bien y tienen un buen abogado. A ver, si el abogado es un chapuzas, se pueden tirar una vida, claro. Pero con buenos abogados y haciendo bien el trabajo, la verdad es que funciona. Es algo que se intenta decir desde muchos ámbitos, que la justicia no está funcionando. No es cierto. Las leyes siguen ahí.
Es cierto que el gobierno ha aprobado leyes que intentan eliminar la defensa legal del ciudadano para protegerse en el tema de las ocupaciones, que son estas leyes antidesahucios. Pero, en realidad, todavía tenemos un sistema judicial y un Estado de Derecho. Aún no le han tumbado a pesar de la de la brutalidad que acaban de hacer con el Tribunal Constitucional, pero ahí está. Ahí aún sigue funcionando el sistema de Justicia. El camino siempre ha sido la ley.
Bueno, en cualquier caso, usted apuntaba antes lo del libro, su libro se llama invasión ocupa que desde luego no tiene nada que ver con lo que decía el Presidente del Gobierno. Pero invasión ocupa, ¿por qué?
Porque es una masa enorme oculta de okupas que ha sido propiciada por la política del Estado. Realmente el número es aberrantemente grande. Pero está totalmente oculto por este Gobierno, suponemos que algún día puede terminar saliendo. No estamos muy seguros, dado el nivel de calidad de la oposición, pero esperamos que algún día salga. El problema es que no hay debate serio, profundo y riguroso.
Debate, ¿en qué sentido?
Por ejemplo, sobre el tema de la inmigración, que tiene un efecto directo en el tema de la ocupación. Se ha conseguido criminalizar el debate de la inmigración en este país, además de radicalizarlo, pero el debate es necesario en la sociedad, porque la inmigración es una causa importante de la ocupación. Al final no estamos trayendo a ingenieros nucleares. Lo que estamos trayendo es gente que apenas sabe leer y escribir, que no conoce el idioma, no tiene preparación y está cargando el tema de asistencia social del país. No puede pagar rentas ni alquileres. Y a eso hay que añadir que no hay una solución habitacional. No existe en España el desarrollo de una política de vivienda social adecuada. Y eso tiene unas consecuencias enormes.
¿Por qué?
Al no haber un parque de viviendas social, la gente solo puede acudir al mercado libre. Y entonces se está haciendo entender al público, que el mercado libre está sometido a los intereses del Estado, y todo porque no han hecho los deberes. Si realmente hay un interés general y el mercado libre tiene que participar, será a cambio de un precio, a cambio de compensar a las personas que tengan que aportar su vivienda. ¿O tiene que ser en plan salvaje, rompiendo todos los temas de defensa y sin ningún tipo de compensación económica?
La legislación no ayuda. Un ejemplo lo tenemos en Cataluña, que lidera el ranquin de okupaciones ilegales
A ver, la legislación no es que no ayude. Tampoco es tan diferente de la que tendría que ser. Se han aprobado algunas leyes que son las que defienden el evitar los desahucios, que es básicamente el principal ataque legal contra el tema de la ocupación. Pero, en realidad, tiene más efecto, por ejemplo, lo que hacen desde el Ministerio del Interior: ojo con los policías que quieran actuar en estos casos.
En este país no hay un policía que se vaya a quedar sin sueldo para su familia, porque le sancionen por actuar contra los okupas. Entonces, cuando la policía ha quedado inhabilitada por los políticos que nombran a estos jefes de la policía, que no merecen serlo, pues lo que ocurre es esto, que no están actuando los sistemas que tiene el Estado de Derecho para defender al ciudadano. No es que las leyes sean aberrantemente distintas de cómo tendrían que ser, aunque sí que se pueden mejorar y tienen que ser más eficaces en el tema sancionador.
Antes también lo apuntaba. Mientras tanto, son muchos los que se benefician de la ocupación ilegal
Hay un mercado enorme. En el mundo de la ocupación hay todo un negocio que está generado por las mafias de la extorsión, las mafias de la droga, las mafias de la prostitución y las mafias del robo. Hay todo un conjunto de mafias dedicadas a sacar dinero de la ocupación. Luego están las empresas de desocupación. Hay verdaderas asociaciones mafiosas que están dedicadas a sacar dinero de los afectados.
Después están compañías que se dedican al tema de las alarmas y que no dejan de hacer propaganda de que protegen de los okupas. Pero a la hora de la verdad no dan el menor apoyo a los grupos que estamos luchando contra la ocupación. Lo máximo que hacen es llamar a la puerta diciendo: oye, si nos pasáis clientes, os damos una comisión, cosa que no nos interesa para nada. Es una vergüenza.
También como presidente de una entidad que agrupa a afectados de la ocupación. ¿Por dónde cree que tienen que ir las soluciones? Teniendo en cuenta que es un tema complejo
Hay varios factores que tienen ser tratados cada uno de ellos. Por un lado, necesitamos acabar con esa legislación protectora de la ocupación y ajustar la que tenemos para que realmente penalice este tipo de actos. La penalización es necesaria, pero tampoco es la solución. La patada en el culo al okupa que tanto defienden algunos partidos, no es la solución por sí sola. Este problema no se arregla a patadas, porque ya existía ocupación antes de este señor que tenemos ahora aquí en el Gobierno.
El tema es la vivienda social en España, es un factor realmente importante. Necesitamos vivienda social y actuar a partir de ahí, pero también necesitamos otro tipo de medidas. La inmigración tiene que ser tratada de otra manera. Y no podemos abrir las puertas a determinadas personas que solo son cargas para el sistema y, al final, no se les está dando otra opción que pegar una patada en la puerta, que okupar viviendas, o que hagan pisos patera. Si queremos una política migratoria, tendrá que ser la propia de un país europeo y civilizado. Creo que aquí es necesario un debate en muchos aspectos y el conjunto resolvería el problema.
El problema, con la falta de vivienda social y que las administraciones no hayan hecho los deberes, es que se traspasa la responsabilidad, en buena medida, a los particulares, y sin compensación.
Pretender que el mercado libre sea la solución, es de tontos. A ver, si aplicaran el método irlandés y el Estado acuerda con los propietarios la posibilidad de rentar directamente a las personas que lo necesitan, y paga el propietario por ese arriendo para ayudar a personas, tendría sentido. Pero no están haciendo nada de todo eso. Además, y no es porque no se les haya ofrecido, es porque no están por la labor.
De todas formas, ¿a quién le interesa esta situación? ¿Dejarla pudrir de esa manera?
Al Gobierno, le interesa muchísimo. Es una de las cosas que explico en el libro. ¿Por qué un Gobierno podría hacer semejante barbaridad? ¡Si son delincuentes! ¿Para qué? ¿Qué está pasando aquí? Bueno, es que para el Gobierno, no son delincuentes, son clientes electorales. Usted imagínese que ocupa una vivienda, y que el Partido Socialista, porque ahora mismo ellos se dedican a devorar a todo lo que tienen a su izquierda, se cae. A usted le van a dar una patada en el culo. ¿A quién va a votar? Es que tienen un interés enorme para ir a votar a la izquierda, llueva, truene o haya un terremoto. Van a ir a votar porque son unos clientes superfieles, porque en el momento en el que caiga la izquierda, esta gente pierde a todo ese grupo de subvencionados que los mantiene clientelarmente, y todas esas viviendas que han conseguido entrar ahí de una patada. Por eso son superfieles clientes y es un número enorme
Y usted, bueno, como decía, representa una asociación de afectados. ¿Cuántos son más o menos? ¿Qué? ¿Qué tipo de casuística se encuentra también ahí, en la asociación?
La asociación tiene básicamente un tipo, un perfil de afectado muy concreto que son particulares. Nosotros no tenemos ni una sola empresa dentro como socio, ni tenemos nada que ver con fondos, no con bancos, ni con nada de esto. Simplemente, es gente normal que tiene su vivienda y que está siendo ocupada. Somos miles, y la casuística es muy amplia, porque las formas de ocupación han ido evolucionando. Y muchos okupas son unos jetas o unos delincuentes.