El rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, conocido como Valtònyc, en 2023Europa Press

Cataluña

El rapero Valtònic deja la música y seguirá viviendo de la empresa caza-subvenciones de Puigdemont en Bruselas

«Tengo un buen trabajo, ya no sé qué tengo que explicar con el rap», ha dicho

El rapero mallorquín José Miguel Arenas Beltrán, conocido como Valtònic, anunciaba este fin de semana que abandona el rap y los escenarios. Cabe recordar que Valtònic se considera a sí mismo un «exiliado político» y víctima de persecución por sus letras, dado que fue acusado de apología del terrorismo e injurias a la Corona, motivo por el cual decidió fugarse a Bélgica al lado de Carles Puigdemont.

Tras su decisión, ha explicado en una entrevista para TV3 los motivos: «Tengo un buen trabajo, ya no sé qué tengo que explicar con el rap», ha dicho. «Cuando hacía rap tenía 18 años y un trabajo de mierda en una frutería y estaba enfadado con el mundo. Tenía rabia, pero ahora me da vergüenza salir al escenario e interpretar un personaje», asegura.

Además, el mallorquín considera que la gente está «un poco saturada y la canción protesta ya no es tan recibida porque, hoy en día, tú vas a un concierto y no tienes ganas de escuchar el que has estado consumiendo las 24 horas en las redes sociales».

«Un buen trabajo»

¿Cuál es el «buen trabajo» al que se refiere Valtònic? Desde hace un tiempo, según ha afirmado, es diseñador de páginas web en Bélgica para la empresa CatGlobal. Declarada como una asociación sin ánimo de lucro, CatGlobal se nutre con el dinero que recauda el Consell de la República, el organismo con visos de «gobierno paralelo» que encabezan Carles Puigdemont y Toni Comín.

En otras palabras, se trata de un conseguidor de subvenciones, en su mayor parte de la Unión Europea, aunque también de otros sitios. Por eso Puigdemont nombró al abogado Josep Monrabà Bagan, un talento en conseguir subvenciones, como cabeza visible de esta asociación.

La asociación se fundó en Bruselas en 2018, teniendo como presidenta a la comunicadora Erika Casajoana. Ahí también está la mano derecha de Puigdemont, Jami Matamala, que no se ha movido de su lado desde que se fugó en 2017. Además tenemos a Jaume Cabani, vinculado al digital VilaWeb.

También están en nómina Jaime Bernis como tesorero, el abogado Piet van den Berg y hasta no hace mucho Miquel Esquirol Clavero, uno de los fundadores de Convergència Democràtica de Catalunya. Según consta en el registro, CatGlobal se dedica a «favorecer, difundir y llevar a cabo iniciativas susceptibles de poner en valor el desarrollo y la realidad social de la comunidad catalana». Su sede social está en un coworking de Bruselas.

Gestión nefasta

Aunque se ha intentado tapar por el nacionalismo, y más concretamente por Junts, la gestión de Toni Comín al frente de la asociación ha sido nefasta. Varias revelaciones han puesto sobre la mesa que el Consell de la República ha gastado o despilfarrado gran parte de los fondos de CatGlobal, motivo por el cual se ha iniciado una auditoria externa para evaluar la situación contable,

En concreto, se han descubierto numerosas irregularidades contables que ha hecho Toni Comín con la disposición de los recursos de la entidad. Entre otras, facturas sin justificar, prelación en el pago de determinados proveedores ante las nóminas o gastos estrambóticos, como un crucero de placer por la Costa Azul francesa, que Comín habría realizado junto a Lluís Llach, actual presidente de la ANC.

Con lo cual podemos decir que Valtònyc se ha subido al carro de vivir de las subvenciones, y por eso ahora afirma que tiene un buen trabajo. No piensa regresar a Cataluña, a pesar de que ya no está perseguido por la justicia, ya que en Bruselas vive muy bien, cobrando su recompensa por «exiliarse» y atacar a España.