Varias personas con fotos con la cara de Puigdemont, en la concentración del juevesEuropa Press

Cataluña

Así huyó Puigdemont: de un «muro humano» y un sombrero de paja al semáforo en rojo que frenó a los Mossos

El relato de cómo Carles Puigdemont se escabulló de los Mossos d’Esquadra después de reaparecer en España y darse un baño de masas en Barcelona parece un chiste o una spoof movie, pero no lo es. Este viernes, el comisario jefe de la policía autonómica catalana, Eduard Sallent, ha detallado punto por punto cómo el expresidente de la Generalitat burló a sus agentes.

La historia incluye como ingredientes un «muro humano», un sombrero de paja, un coche a punto con una silla de ruedas como elemento de atrezzo y un semáforo en rojo que los Mossos decidieron respetar y que dio al traste con la persecución. De nuevo, según el comisario jefe del cuerpo policial, que hoy se ha negado a reconocer el «ridículo», pero sí ha constatado que, pese al despliegue de medios y agentes, no lograron detener al líder de Junts.

Estos son los momentos clave de una huida que ha puesto en jaque a los Mossos d'Esquadra y ha desacreditado al cuerpo policial tanto dentro como fuera de Cataluña. Una humillación que ha llevado a Sallent a comparar a Puigdemont con el espontáneo viral Jimmy Jump y a afearle que «nosotros [los Mossos] aún nos creemos un mínimo las instituciones».

Lagunas de inteligencia

Los Mossos d'Esquadra no disponían de «operación operativa y de inteligencia» sobre el paradero de Puigdemont, ni saben a día de hoy cómo ni cuándo regresó a territorio español, según ha reconocido Sallent. Ha asegurado que la primera vez que vieron a Puigdemont fue llegando al Arco de Triunfo, ya rodeado de una «masa humana» de cargos y diputados de Junts.

El Debate ha preguntado a Sallent por las imágenes en las que se ve a Puigdemont recorriendo las calles de Barcelona casi solo, acompañado por Turull y unas pocas personas más, junto a algunos periodistas. Sallent ha asegurado que no se enteraron de que el expresidente estaba avanzando así antes de que se dieran a conocer estas fotos, porque en caso contrario lo habrían detenido entonces.

«Lo visualizamos acompañado de una masa y autoridades políticas, lo que no hacía oportuna ni idónea la intervención en ese momento», ha apuntado Sallent. El comisario jefe también ha confirmado que todo el operativo montado por los Mossos se basaba en la confianza en la palabra de Puigdemont, que había prometido que intentaría entrar al pleno de investidura en el Parlament. La posibilidad de una nueva huida apareció en la «lluvia de ideas», pero no se le dio más crédito.

El «muro humano»

Descartada la posibilidad, según Sallent, de detenerlo antes, decidieron esperar a que Puigdemont realizase su performance frente a unos 4.500 seguidores. Tras un breve discurso, se despidió diciendo «no sé cuándo volveremos a vernos», abandonó rápidamente la tarima junto a Turull y a su abogado Gonzalo Boye y se adentró en la comitiva de cargos que avanzaba hacia el Parlament.

Una comitiva integrada, entre otros, por el presidente del Parlament, Josep Rull -segunda autoridad de Cataluña-, y otros cargos electos, entre ellos los expresidentes Artur Mas y Quim Torra. Ninguno de ellos iba acompañado de escolta, porque los que cuentan con ese servicio de protección de Mossos habían renunciado a él esa misma mañana.

Puigdemont en España antes de escapar de la Justicia por segunda vezEFE

Los agentes de la Comisaría de Información, que estaban desplegados en la zona de paisano, intentaron acercarse a Puigdemont en ese momento, pero «una masa de personas configuró un muro» que les cerró el paso, ha detallado Sallent.

Sombrero y silla de ruedas

Oculto entre la masa que lo arropaba, Puigdemont aprovechó entonces para deslizarse hacia una carpa próxima montada con motivo del acto, donde tanto él como Turull se colocaron un sombrero de paja, idéntico al que usaban los miembros de la organización del acto.

Manifestantes con sombreros de paja como el usado por Puigdemont para camuflarseEuropa Press

Disfrazados, se movieron con rapidez hasta un Honda de color blanco, propiedad de un mosso d'esquadra, ya detenido. El vehículo llevaba una silla de ruedas sobre el asiento del copiloto, visible desde fuera: un elemento de atrezzo que le permitía pasar por un coche de discapacitado con permiso para estacionar en una zona privilegiada.

El semáforo en rojo

El Honda emprendió la huida a toda velocidad en dirección hacia la Estación del Norte de Barcelona y, posteriormente, descendió por las calles Nàpols y Sardenya, rodeando el parque de la Ciutadella que alberga el Parlament.

En ese trayecto fue perseguido por los Mossos d'Esquadra con una conducción «no rectilínea», que hizo pensar a los mandos policiales que planeaba entrar por otra de las puertas del recinto de la Ciutadella para acceder al Parlament. No fue así. El turismo de Puigdemont giró por el paseo Circumval.lació, aún con el coche de los Mossos detrás, pero un semáforo en rojo cerró el paso al vehículo policial.

El respeto de los agentes a las normas de circulación dio al expresidente de la Generalitat unos minutos de ventaja que fueron claves para asegurarse la huida, en una zona cercana a las rondas que permiten cruzar Barcelona a toda velocidad, esfumándose una vez más de las manos de los humillados agentes de la policía catalana.