Manifestación independentista por la Diada, en BarcelonaEFE

El independentismo llega a la Diada desmovilizado, dividido y con miedo a pinchar

Sus organizadores han decidido no convocar una única manifestación –como es tradicional– sino realizar cinco convocatorias para que así no se pueda establecer la comparación con la misma facilidad

Fem més curt el camí (Hagamos el camino más corto – en referencia a la independencia) es el voluntarioso lema con el que la otrora todopoderosa ANC, la Assamblea Nacional Catalana, convoca su tradicional manifestación del 11 de septiembre.

En el pasado, desde inicios de agosto los medios de comunicación públicos y afines al poder daban información de cómo se iban cubriendo los tramos de la concentración, cuántos autobuses se fletaban procedentes de toda Cataluña, qué servicios especiales los Ferrocarriles catalanes ponían a disposición de los manifestantes y se hacían cábalas sobre si se superaría la asistencia del año anterior. Pero todo esto forma parte del pasado.

Formalmente la convocatoria es unitaria y va firmada por la ANC, la Asociación de Municipios por la independencia AMI, Òmnium Cultural, el Consell per la República, la Intersindical y una desconocida CIEMEN (Entidad de naciones y pueblos sin estado).

Las organizaciones convocantes han sufrido en los últimos tiempos crisis y divisiones diversas que reflejan el momento que vive el independentismo. La ANC ha quedado muy debilitada de su intento de formar una lista electoral para concurrir a las elecciones autonómicas y, además, de la mano de su nuevo presidente, el cantautor Lluís Llach, ha perdido la transversalidad en el independentismo dado que han criticado duramente los acuerdos entre ERC y el PSOE. La ANC es hoy en la práctica una filial de agitación de Junts y afirma que mantiene 40.000 militantes al corriente de pago que les reportan cuotas por valor de 1,7 millones de euros.

Otro de los convocantes vinculado a Junts, el Consell de la República de Puigdemont, también vive días convulsos por las acusaciones hacia su vicepresidente, Toni Comín, de utilizar dinero de la organización para viajar en yate por el Mediterráneo acompañado precisamente por Lluís Llach. En redes sociales son muchas las críticas de miembros del Consell al proceder de Puigdemont y su entorno.

El otro grupo convocante, la Intersindical, es un sindicato separatista que fundó Carles Sastre, un personaje de aire siniestro condenado por el asesinato del empresario José Maria Bultó y juzgado por el asesinato del exalcalde de Barcelona, Joaquín Viola. Sastre, fundador del grupo terrorista Terra Lliure, fue absuelto por falta de pruebas de un macabro asesinato en el que se adosó una bomba en el pecho a Viola, aunque había sido reconocido por sus hijos.

La única organización independentista que parece escapar a la crisis interna es Omnium Cultural, con décadas de historia vinculada a la promoción del catalán, OMNIUM cuenta con 190.000 afiliados y es la organización cívica con más miembros de Europa.

Los organizadores conscientes de su mal momento organizativo y político han decidido no convocar una única manifestación, como es tradicional, sino realizar cinco convocatorias para que así no se pueda establecer la comparación con la misma facilidad.

Otra novedad de la Diada 2024 es que la misma no será una concentración, ni será preciso inscribirse previamente. Otro dato llamativo es que se ha abandonado la hora tradicional de convocatoria a las 17 horas y 14 minutos en recuerdo de 1714, fecha de la Guerra de sucesión por la corona de España, y este año se realizarán marchas de las 16 a las 17 horas.

La decadencia de las manifestaciones del 11S no es una novedad, la eclosión de estas concentraciones fue en 2012, cuando la Guardia Urbana de Barcelona dio un dato de asistencia de 1,2 millones de personas. La asistencia más elevada se dio en 2014, fecha del primer referéndum ilegal de independencia, cuando se congregaron 1,8 millones de personas. En 2017 fecha del segundo referéndum ilegal la asistencia fue de un millón.

En las dos últimas convocatorias el respaldo cayó hasta 150.000 asistentes en 2022 y 115.000 en 2023. El objetivo del independentismo en esta edición es evitar el esfuerzo de sus seguidores de tenerse que desplazar hasta Barcelona y conseguir así que el acumulado de asistentes en las cinco manifestaciones sea superior al de 2023.