Sociedad
No es el famoso Park Güell, pero este jardín es el paraíso secreto de las rosas en Barcelona
Este parque es una joya escondida de la ciudad, donde arte, naturaleza y tranquilidad se unen para ofrecer una experiencia inolvidable
A menudo, cuando se habla de los parques más hermosos de Barcelona, los primeros en venir a la mente son la Ciutadella o el Park Güell. Sin embargo, hay un rincón menos conocido que deslumbra por su belleza y tranquilidad: el Parque Cervantes, ubicado en el barrio de Pedralbes, en el distrito de Les Corts. Este oasis urbano alberga más de 150.000 rosas de 235 variedades, que inundan el aire con su perfume.
El parque Cervantes, situado en los terrenos del antiguo torrente Estela, ofrece a sus visitantes mucho más que flores. Dos esculturas de gran valor artístico destacan entre la vegetación: Rombes Bessons (1977) de Andreu Alfaro y Serenitat (1964) de Eulàlia Fàbregas de Sentmenat. Además, en el corazón del parque, dos monolitos rinden homenaje al escritor y diplomático Àngel Ganivet y a la autora Concha Espina.
Un lugar para el descanso y la recreación
El parque no solo es un espacio para los amantes de la naturaleza y el arte, sino también para quienes buscan un lugar de descanso y ocio. Casi en su centro, se encuentra una gran plaza soleada equipada con juegos infantiles, mesas de pimpón y una fuente. Para quienes buscan un ambiente más relajado, una zona de picnic, resguardada bajo un pinar, ofrece el escenario perfecto para practicar tai chi o simplemente disfrutar de la sombra.
Aromas y visitas espectaculares
Nada más entrar al parque desde la Avenida Diagonal, los visitantes son recibidos por una imponente rosaleda que llena el aire con el embriagador aroma de sus flores. El Parque Cervantes no solo ofrece un espectáculo visual, sino también olfativo, con una fragancia que acompaña a los visitantes durante todo el recorrido. Además, el parque cuenta con bancos estratégicamente ubicados donde es posible descansar y disfrutar de las impresionantes vistas de Barcelona.
Cómo llegar
Para llegar a este tesoro escondido, se puede acceder desde la entrada principal en la Avenida Diagonal, o bien optar por una ruta más relajada descendiendo desde la Ronda de Dalt. Este rincón es un lugar perfecto para desconectar del bullicio de la ciudad y sumergirse en un entorno de paz y belleza.