Cataluña
El plan de la educación diferenciada en Cataluña para resistir el acoso del Gobierno: Viaró y Canigó se unirán
El objetivo de ambos centros es que las familias puedan acceder a ella «independientemente de su situación económica»
Los anteriores gobiernos de la Generalitat, especialmente con ERC dirigiendo el departamento de Educación, pusieron en el punto de mira a la escuela concertada en general, y a la educación diferenciada en particular. Especialmente beligerante fue Josep González Cambray, que decidió que no se iban a renovar los conciertos económicos a los centros que ofrecieran ese tipo de educación.
Y algunos de estos centros se han tenido que buscar la vida para sobrevivir y garantizar la educación diferenciada para aquellas familias que así lo soliciten. Es el caso del Viaró, de chicos y ubicado en Sant Cugat; y el Canigó, de chicas, situado en Barcelona, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, que han decidido unirse, aunque este proceso aún tardará unos años, para «alcanzar las sinergias necesarias para seguir ofreciendo nuestro modelo educativo a pesar de no contar con financiación pública».
En definitiva, tendrán que ser centros privados. Y el objetivo de ambos centros es que las familias que opten por la educación diferenciada puedan acceder a ella «independientemente de su situación económica». En el caso de Viaró, por ejemplo, se han mantenido las cuotas desde que perdieron el concierto en secundaria y se buscan vías de financiación alternativas.
Recordemos que desde el curso 2022-2023 (e incluso en cursos anteriores), ocho escuelas que optaban por la diferenciada, decidieron aparcar este modelo y optaron por el mixto. Básicamente, eran centros de la Institución Familiar de Educación: La Farga, La Vall, Institución Tarragona (que cuenta con centros en La Canonja y Constantí), Airina, Les Alzines, Igualada y Lérida. Fue, como decíamos, una apuesta de González-Cambray, que retiró el concierto a estas escuelas porque consideraba que estos centros y su modelo educativo «discriminaban» y porque «la segregación por género aumenta los estereotipos y legitima el sexismo».
El entonces consejero de Educación pasó de las palabras a los hechos, y estas escuelas se quedaron sin concierto en secundaria. Todavía conservan el de la etapa de primaria hasta el curso 2025-2026, cuando tocará renovarlos. Pero, recordemos, que si quieren mantener la diferenciada, no podrán acceder a ellos.
De ahí que Viaró y Canigó hayan decidido iniciar ese proceso de fusión. Se está todavía en plenas negociaciones y conversaciones, y hay que ver cómo se acaba concretando la oferta. Pero, en principio, la idea es que en cada centro pueda haber líneas para niños y para niñas, aunque en espacios diferentes.
En El Debate hemos hablado con Sofía Echániz, madre de Viaró. Defiende la fusión porque «no nos han dado opción desde las administraciones, de poder dar esta educación que queremos para nuestros hijos. Nos han puesto entre la espada y la pared. Y es la forma de que muchísimas familias que sí que quieren este tipo de educación puedan seguir teniéndola».
Pero Echániz considera «injusto» esta persecución que hay con relación a la educación diferenciada, porque «cumple con todos los estándares» que marca la administración. Y deja claro que «no podemos hacer que todas las educaciones concertadas sean iguales, no lo son». Y le parece muy «valiente» la decisión que han tomado Viaró y Canigó «porque no han cedido».
Para esta madre, detrás de todo esto hay «un tema de marketing clarísimo». De hecho, explica que alguna vez ha tenido discusiones «con gente que no opina igual y que no está dispuesta a pagar por una educación que es de una minoría, dicen. Pero luego hay que pensar que se pagan otras minorías, pero esta, en particular, no les gusta». Y añade: «se trata un poco de atacar, y al final es muy de marketing a nivel político: yo voy contra esto. Entonces, ¿esto gusta no?».
Y, como decíamos, los anteriores gobiernos de la Generalitat apretaron el cinturón de la concertada, y mucho. Según un estudio elaborado por la escuela de negocios ESADE, en Cataluña, llevar un hijo o hija a una escuela concertada implica pagar más del triple de lo que se paga, por ejemplo, en Andalucía. Las familias catalanas pagan casi 1.700 euros por alumno y curso en los centros concertados. ¿Uno de los motivos principales? La infrafinanciación de la escuela concertada, que es más acusada en Cataluña.