Asistentes a la manifestación en la plaza de Sant Jaume, en Barcelona, este martes

Asistentes a la manifestación en la plaza de Sant Jaume, en Barcelona, este martesX / ANC

Cataluña

El independentismo toca fondo: solo 350 personas para celebrar los siete años del referéndum ilegal del 1-O

Carles Puigdemont y su entorno pasaron la jornada de este martes intentando animar a los suyos y evitar el pinchazo de la manifestación conmemorativa del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, convocada en la plaza Sant Jaume de Barcelona. Todo fue en balde.

Los nostálgicos del día en que, hace siete años, el gobierno autonómico intentó separarse por la fuerza de España fueron, según la Guardia Urbana de Barcelona, apenas 350. Ni rastro de los 1.066 heridos que ese día se inventó la Generalitat, y ni mucho menos de las decenas de miles que dos días más tarde, el 3 de octubre, secundaron una huelga general e ilegal promovida desde el gobierno catalán con el objetivo de forzar al gobierno de España a negociar la independencia.

Entre los asistentes a la deslucida concentración de este martes estaba Laura Borras, aún presidenta de Junts y condenada por trocear contratos, junto a otros dirigentes de su partido. Durante la vigilia y el día de hoy el agitprop lo lidero el prófugo ex presidente de la Generalitat quien difundió un vídeo con apariencia de mensaje institucional desde Waterloo en el que afirmaba que el «el 1 de octubre fue una victoria».

El resto de la jornada Puigdemont la ha pasado haciendo ruido, filtrando primero que tras su visto y no visto retorno a España, el pasado 8 de agosto, mantuvo una conversación telefónica con Illa, extremo desmentido desde la presidencia de la Generalitat, y luego ha subiendo a las redes sociales una foto suya con el expresidente de EE.UU. Jimmy Carter de fecha indeterminada.

Manifestación deslucida

La manifestación ha transcurrido desde la comisaría de Policía en la Vía Layetana hasta la plaza de Sant Jaume, donde está la sede la Generalitat. El paseo es de unos pocos cientos de metros y los asistentes tuvieron problemas para llegar a cortar la calle dada la baja asistencia a la concentración. En la plaza Sant Jaume los convocantes, la Asamblea Nacional Catalana y los Comités de Defensa de la República, han leído un manifiesto quejándose de que la Generalitat «está ocupada por un catalán españolista», en referencia a Salvador Illa.

Algunos de los asistentes se preguntaban amargamente «¿Cómo hemos llegado a esta situación?». Los convocantes han realizado un llamamiento a «provocar al estado español de manera creativa» (SIC). En la clausura del acto, Jordi Pesarrodona, dirigente de la ANC y payaso de profesión, con poca gracia en opinión de muchos de los que han asistido a sus actuaciones, ha tildado a Illa de «usurpador» y ha pedido se implemente el resultado del referéndum del 1 de octubre de 2017, o sea, que se declare la independencia de forma unilateral.

Mucho más discreta ha sido la celebración en las filas de ERC. Oriol Junqueras se ha limitado a publicar un artículo y Marta Rovira ni tan siquiera ha subido mensaje alguno en X.

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