El Parlament bloqueó todas las proposiciones de ley que Vox intentó presentar la pasada legislatura

La Mesa del Parlament bloqueó sistemáticamente la pasada legislatura todas y cada una de las proposiciones de ley que presentó el grupo parlamentario de Vox. En total, una treintena. Esta es otra de las formas que tienen los grupos, Junts, ERC, Comunes, CUP y PSC, para aplicar el cordón sanitario a la formación que dirige Ignacio Garriga. Vox presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, que aún no se ha pronunciado.

Lo cierto es que ninguna de las iniciativas pasó el filtro de la Junta de Portavoces y ni siquiera llegaron a debatirse en el hemiciclo. Entre estas proposiciones de ley está la que pedía que se retiraran los privilegios a los expresidentes de la Generalitat; otras hacían referencia a cuestiones educativas, como eliminar la zonificación a la hora de escoger escuela; otra pedían la supresión del Instituto de Estudios del Autogobierno o de las delegaciones de la Generalitat en el Exterior.

El grupo parlamentario pidió explicaciones a la Mesa, con mayoría independentista, pero desde este órgano les respondieron que la Junta de Portavoces es soberana para decidir el orden del día, aunque desde Vox consideran que la Mesa sí tiene potestad para fijar un orden, para hacer que se cumpla el Reglamento del Parlament. Y ante esas reiteradas negativas, se presentó recurso de amparo al Constitucional, aunque el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, señala que «debe estar en los cajones esperando las órdenes del señor Sánchez o del señor Illa». Y es que, como decíamos, el Alto Tribunal aún no se ha pronunciado sobre esta cuestión.

«Ataque flagrante»

Para Garriga, «no lo resuelven porque se va a evidenciar que es un ataque flagrante a los derechos de representatividad política de muchos catalanes». Y es que Vox ha sido la única formación que no ha podido defender una proposición de ley en el pleno. Y eso ha pasado siempre en la anterior legislatura, ya fueran con Laura Borràs, con Anna Erra o Alba Vergés.

Para el líder de la formación verde es un hecho «insólito» que «no ha pasado en ningún país europeo». Y lo considera un «atentado» a la libertad, la democracia y al derecho a la representatividad. De hecho, ha mantenido que aquellos partidos que se llenan la boca de democracia, al final, «son los más contrarios a reconocer la representatividad política de una parte de los catalanes». Una actitud que ha contrapuesto a la de Vox, a quien, asegura Garriga, «no nos mueve el sectarismo». Y una prueba de ello, apunta, es que han apoyado iniciativas de otros grupos, incluso de la CUP, si con eso se mejora «las condiciones de vida de los catalanes».

Pero no solo la Mesa ha bloqueado sistemáticamente las proposiciones de ley presentadas por Vox. La mayoría de la cámara, los independentistas, comunes y PSC, también votaron sistemáticamente en contra de todas las mociones y propuestas de resolución del partido, e incluso llegaron a relegar a los diputados de Vox, que se tuvieron que instalar en la buhardilla del edificio del Parlament.

Y otra muestra del cordón sanitario a Vox se ha evidenciado esta misma legislatura. Teniendo en cuenta el Reglamento del Parlament, al grupo le corresponde la presidencia de dos comisiones. Y, efectivamente, las tiene. Pero se trata de las dos únicas que todavía no se han convocado, y que casi nunca se reúnen: la de textos consolidados y la de peticiones.

También en esta legislatura PSC, Junts, ERC, los Comunes y la CUP han reeditado el acuerdo que ya se impulsó la pasada legislatura para imponer un «cordón sanitario» en el Parlament a Vox, y al que ahora se añade Aliança Catalana. En virtud de ese pacto se comprometen a no aceptar ninguna de las iniciativas o propuestas que presenten e impedir, en la medida de lo posible, que tengan presencia en nombramientos y órganos de la cámara catalana.