José Luis Bonet: «Los catalanes hemos de recuperar la posición perdida por el ‘procés’»

José Luis Bonet (Barcelona, 1941) preside la Cámara de Comercio de España desde hace una década. Firme oponente del separatismo catalán, el también presidente de honor de Freixenet fue investido esta semana doctor honoris causa por la Universidad Abat Oliba CEU. Minutos antes de la ceremonia, atendió a El Debate para hablar sobre la década perdida en Cataluña, el rol de las empresas y la responsabilidad de los directivos con las nuevas generaciones.

–¿Qué supone para ud. recibir este doctorado honoris causa?

–Lo recibo con mucha satisfacción, alegría y esperanza, y también con compromiso. En este momento, además, instituciones con valores como la Universidad Abat Oliba CEU van a ser necesarias, porque Barcelona, Cataluña y España han de recuperar el prestigio, relevancia y liderazgo que han tenido siempre.

–¿Cómo se recupera este brío?

–Volviendo a la senda correcta. En Cataluña, lamentablemente, el procés extravió a la gente. Hoy parece que esto está quedando atrás, y es el momento de que los catalanes nos esforcemos por recuperar la posición perdida. La potencia de Cataluña no se ha perdido, sigue ahí, pero la gente se ha ido a cosas que no eran lo más conveniente para la sociedad en su conjunto.

–Ud. pide pasar página del procés, pero el nuevo gobierno catalán, con Salvador Illa al frente, depende en buena medida de un partido independentista, como es ERC. ¿Eso es pasar página?

–No, quien pasa página es la gente. Ya se ha visto una desinflamación. Muchos catalanes se han visto engañados, y ahora están en actitud positiva, de crear y no de distraerse. En ese sentido, confío en que Illa cerrará el procés y nos pondremos todos a trabajar por Barcelona, Cataluña, España y Europa.

–¿Cuál es su opinión sobre la nueva financiación para Cataluña pactada entre el PSC y ERC?

–Que está por ver. Se habla mucho sin conocimiento, y creo que se podrá debatir cuando sepamos bien cuáles son las circunstancias, que en ningún caso creo que sean de un régimen de cupo, como se ha dicho. Veremos qué propuesta se plantea y entonces podremos opinar.

–A pesar de la caída del independentismo, la salida de empresas no se ha frenado: según los datos, 2024 va camino de ser el peor año en este sentido desde 2017.

–La herencia del procés tiene también una derivada fiscal: como consecuencia de la política que se ha hecho aquí, Cataluña es el lugar peor tratado fiscalmente de España. Con lo cual, no es de extrañar que haya empresas que se vayan. Creo que esto debe normalizarse, dentro de una España que tiene una voracidad recaudatoria importante, y que de alguna manera hay que dejar que también vuelva al sitio. Pero de momento no se está produciendo. Creo que se está afectando demasiado desde la perspectiva fiscal, presionando de manera incomprensible a las clases medias que tienen que hacer esfuerzos en mantener un nivel de consumo y una cierta posición.

–¿Ud. bajaría impuestos?

–Por ejemplo, pero se trata de revisar todo el sistema fiscal. En los periódicos vemos a menudo a gente de clase media que han de renunciar a la herencia de sus padres porque no pueden pagar el impuesto de sucesiones. Y es evidente que es una discriminación insoportable ver cómo hay autonomías que están grabando mucho este impuesto y otras que no: no hay igualdad de trato entre españoles.

–Ahora que habla de la vivienda, es un tema candente en las últimas semanas. ERC ya ha anunciado que llevará al Parlament esta semana la regulación de los alquileres.

–Todo esto son desviaciones de lo esencial, que es que no hay suficientes viviendas, porque la política en este ámbito parece que no existe. Ha de haber un esfuerzo de todas las administraciones para que realmente se construya, y no solo desde el punto de vista de la burocracia, sino también de incentivos a la gente. Hay que hacer que la gente ahorre comprándose la vivienda: es lo que hemos vivido, y ahora esto está desaparecido. Yo no lo acabo de entender.

–Ud. siempre ha puesto en valor el sector turístico, ¿le parece sensata la guerra al turismo que parece haber declarado Barcelona y a la que se están sumando otras ciudades catalanas?

–España se ha convertido en el paraíso de los europeos –daneses, holandeses, ingleses–, y creo que hay que procurar que este atractivo se mantenga. Sí, hay que poner orden en las cosas, pero hay que pensarlo bien y no actuar de manera reactiva para no perjudicar esta riqueza tan extraordinaria que tiene España, y que nos permite ir mucho mejor que otros países europeos. Además, el turismo no son solamente los hoteles, sino que arrastra a alimentación, a comercios… Al menos un 25% del PIB depende del turismo y de su efecto arrastre. Y aún diría más.

–Como presidente de la Cámara de Comercio de España, ¿qué prioridades observa en el panorama empresarial actual?

–En general, se necesita una transformación, en el sentido que plantean [Enrico] Letta y [Mario] Draghi en sus informes. Dicen que Europa ha perdido comba, y ha de recuperarse, y el camino es la transformación de las empresas, aprovechando los fondos europeos Next Generation, sobre todo en la digitalización y la sostenibilidad. Y en España hay otros dos retos: la internacionalización y el emprendimiento, que es absolutamente necesario para que un país como el nuestro progrese.

–¿Mantiene su propuesta de que los grandes empresarios pasen tiempo en la universidad y los profesores, en las empresas?

–Sí, y además lo haría. Defiendo que los altos directivos de empresas y los empresarios sean profesores asociados de las universidades, porque nadie más sabe de lo suyo como ellos, y les daría a los alumnos un sentido de realidad que muchas veces no les llega. Y que lo hicieran sin cobrar, pro bono. De la misma manera, también defiendo que los profesores full time de las universidades públicas –en esto las privadas están bastante mejor– pasen cada año entre 15 días y un mes en una empresa. De nuevo, para que el sentido de la realidad llegue a los alumnos.

–Volvamos al inicio: ¿cómo ve Cataluña de aquí a diez años?

–Habrá recuperado la posición que el procés le ha hecho perder, y será líder y relevante en la economía española y europea.